jueves, mayo 11, 2006

¿Quieres ser Peter Handke?

A pedido de Molina, acá va el resultado parcial del encuentro entre el autor de "Hidrografía doméstica" y la co-editora del blog Autobombo. La entrevista apareció oportunamente en "Llegás a Buenos Aires" (¿órgano de difusión oficial de Entropía?).
De todos modos, lo más interesante parece ser esta foto, que el propio novelista envió a la redacción del semanario. En la instantánea (un blending ideal entre Philip Seymour Hoffman y el sobrino de Francis Coppola), Castro posa en su segundo hogar: el bar "San Bernardo". Allí pasa las horas ensimismado en una de las vertientes más aberrantes del billar: la carambola a tres bandas.


[Fernanda Nicolini wrote:]

Gonzalo Castro cuenta que el germen de Chloé, la protagonista de su primera novela, tal vez esté en un fragmento de “La mujer zurda”, de Peter Handke, en el que hablaba un chico. Aunque no está tan seguro. Castro es diseñador gráfico, y antes tan sólo había escrito cosas sueltas, “híbridos”, como dice. Le llevó cuatro años terminar “Hidrografía doméstica”. Luego intentó publicarla a través de algún golpe de suerte: la mandó a algún que otro concurso, tanteó con unas pocas editoriales (“de las grandes, ya que probaba...”). Y nada. Hasta que junto a su hermana, Valeria, y unos amigos -Juan Manuel Nadalini y Sebastián Martínez Daniell- montaron una editorial. Así surgió Entropía, que en 2004 debutó con la novela de Castro y con “Semana”, de Martínez Daniell.
Un poco ajeno al mundo literario –reconoce- su intención al escribir es, ante todo, evitar los modos de narrar establecidos. “No me interesa mantener la fidelidad a determinado armado tradicional. Como lector, incluso, no me gusta cuando un relato cierra: me producen claustrofobia el encuentro de simetrías o las estructuras de evolución de personajes”.

¿Cómo surgió Chloé, el personaje de tu novela?
Busqué en la antípoda de mi percepción natural, quería trabajar con pocos elementos y me parecía que la mera existencia de este personaje y su subjetividad ya producían un espacio interesante. Creo que si hubiera elegido un varón de mi edad, hubiera caído en la anécdota para armar un relato, y es precisamente de lo que intenté escapar.

¿Por qué elegiste esta suerte de voz engañosa, la de una niña que habla como adulto?
Al momento de definir si iba a ser fiel al habla de una nena de 11 años preferí no limitarme. Quise contar desde cierta perspectiva pero con un lenguaje amplificado, que diera cuenta de diversos matices. Igualmente la voz adulta aparece en los monólogos internos -y en definitiva todo monólogo interno es una abstracción del propio autor- mientras que cuando Chloé se relaciona con el mundo exterior, lo hace desde el lenguaje de una nena.

Hay situaciones, sentimientos y hasta pensamientos de adolescencia “femenina” muy precisos, ¿de dónde los sacaste?
Tengo hermanas, pero más que nada surgen de la imaginación. Tal vez no haya tanta distancia como la que se cree entre ambos géneros, aunque no deja de ser un truco de traducir cierta sensibilidad masculina al mundo femenino que de algún modo funciona.

¿Creés que habrías publicado si no hubieran armado la editorial?
No sé, tal vez no. Pero es raro: ahora estoy del otro lado y veo la cantidad de manuscritos que llegan y entiendo esa sensación de imposibilidad de publicar.

¿Y cuál es el criterio en Entropía para editar?
El consenso, sólo el consenso.

12 comentarios:

Anónimo dijo...

gracias, blogger-master.

Y Castro, como siempre, apuntando contra la eficacia narrativa.

Apostillas dijo...

Es inútil que intentes ocultar tu vocación de farolero billarista a tres bandas. ¡¿Carambola libre?! En un pasado remoto, quizás...

Apostillas dijo...

Y tu retrato, por otra parte, es estupendo. ¿Quién lo tomó? Sabés que detesto publicar fotografías sin el crédito correspondiente. ¿Lo hiciste vos mismo, con el auto-disparador?

Anónimo dijo...

Pero inventé lindo, no?

Apostillas dijo...

Es hermoso, Nico. Qué articulados parecen tus entrevistados luego de pasar por tu libretita. Qué riqueza lexicográfica les regalás...

Molina dijo...

Inventaste hermoso, Nicoleta. Incluiste hasta frases que ya forman parte del imaginario conceptual público de Gzal.

Molina dijo...

A la flinfla, que convocatoria tiene Nicoleta. Empecé a escribir el comment anterior cuando había siete comments, y cuando accedí y publiqué ya había tres más.

nicoleta dijo...

La palabra "anécdota" figura en mi libretita dos veces. Prueba irrefutable de que en los días de lluvia tal vez le agarra el esquematismo, Castro.

Anónimo dijo...

Acciones legales? Justo ahora que estaba pensando en entrevistar al autor de Semana? JM sabe cuánto me gustó.

Apostillas dijo...

De las pocas cosas que sé, ésa es una de mis favoritas...

oliverio coelho dijo...

El bar San Bernardo, no te puedo creer, ahí voy a jugar al pinpon con rolandgarron y Pablito, tranquilamente podríamos haber aparecido en el fondo con nuestro malogrado aspecto de atletas del borda...!!! Lo tenés al profesor viejo encorvado y sudoroso que a altas horas de la noche te pide que sirvas...?

oliverio coelho dijo...

Creo que las mesas de apoco van a tomar todo el lote, van a desalojar hasta a los jugadores. Ahora que lo pienso, no sé por qué razón cambié el taco por la paleta. De "joven" castigaba las bandas. Y de pronto... Me encuentro con una paleta en la mano, mirando los billares como si fueran mamuts en un museo ciencias naturales.
En todo caso, si alguna vez reincido en el billar, ¿cuento con vuestra complicidad? O para ser ecuánimes con nuestras respectivas virtudes, podríamos jugar al pinpon en una mesa de billar.