martes, abril 14, 2009

El grado cero de la utopía

A propósito de Bizarra, por Jorge Dubatti, para Ñ.

La edición de "Bizarra" constituye un acontecimiento descomunal en la historia del teatro argentino. Hay que agradecer especialmente al editor Juan Nadalini el riesgo de publicar la que tal vez sea la obra de teatro más larga del mundo (o al menos una de las más largas). Es un acontecimiento porque pone en evidencia la talla del genio de Rafael Spregelburd, cuyos detractores esta vez deberán llamarse a silencio para no tener que aceptar que hablan sin haber leído los varios centenares de páginas de esta pieza monumental. Es también un acontecimiento porque el texto publicado permite evocar de una manera más aproximada la poética del espectáculo teatral que durante semanas pudo verse en entregas, para regocijo de los espectadores, en el Centro Cultural Rojas de la UBA y que es, a nuestro parecer y el de otros muchos críticos e investigadores, un hito en ésta nuestra nueva época de oro del teatro argentino. Además, la edición permite ratificar la calidad literaria de este texto que afianza una de las modalidades más interesantes del teatro de Spregelburd: su línea explícitamente política, ejercida a través de una virulenta crítica social. No se salva nada ni nadie, no hay personaje positivo ni moraleja bienpensante. Como más tarde en "Acassuso" y "Bloqueo", "Bizarra" arrasa, pulveriza todos los discursos sociales para construir la metáfora de un país impresentable, berreta, insostenible, con formato de telenovela, que se parece mucho a nuestra Argentina.

Demolidos por la crítica todos los discursos, el espectador llega a través de la risa a un sentimiento de carencia y de sustitución y es invitado a imaginar el otro país que desearía, debería, podría tener. Nueva modalidad política de la sátira que denuncia una realidad degradada y, aniquilándola simbólicamente, permite ver que esa realidad ha sustituido a otra posible que no conocemos y deberíamos empezar a soñar. Es el teatro del grado cero de la utopía, a partir del que empezar a imaginar otra vez: Spregelburd no dice cómo debemos pensar, sólo invita a pensar nuevamente porque es indispensable. La operación política y poética puede sintetizarse: demolición, sustitución y vacancia, llamado por efecto de carencia o ausencia a imaginar o concebir la utopía de un país a otro, de un mundo mejor.

Bizarra posee además un rasgo notable: su escritura está amasada en la teatralidad, por lo que reafirma la conquista para la literatura argentina de un territorio nuevo y singular, no el de la "literatura dramática" o literatura escrita para el teatro, sino el del teatro en sí mismo –convivio efímero y eterno, cuerpos en acción, gramática del espacio e intensidad musical de los acontecimientos de escena– transformado en una nueva y extraña literatura. Muchos no comprenden aún la revolución que el teatro de Spregelburd significa; en el mejor de los casos les falta perspectiva histórica. Ojalá la lectura de la desmesurada y tan terrenal "Bizarra" los ayude para calibrar tamaño fenómeno artístico.

2 comentarios:

joe dijo...

nadalini, un capo,
pero, y los otros tres, dubati?

ernesto dijo...

Open Door no se consigue en tematika.com?