viernes, octubre 23, 2015

Un poeta suelto en Nueva York

Sobre Mi descubrimiento de América, de Vladimir Maiakovski
En Revista Veintitrés por Lucas Cremades



Lo digo para afirmar el derecho y la necesidad que tiene el poeta de reorganizar y reciclar el material visible, en vez de pulir lo que es evidente a simple vista”. Con esa necesidad imperiosa de que sus pensamientos y observaciones calzaran en los oídos del pueblo, materializando así su dual y compleja relación entre lo artístico y lo político, las crónicas de viaje de Vladimir Maiakovski (Baghdati 1893-Moscú, 1930) de su paso por algunos países de América entre 1925 y 1926, forman parte de los tesoros que una de las figuras de las vanguardias estéticas de comienzos del siglo XX legó a las generaciones futuras, en vistas “de una lucha lejana”. El autor de Poesía y revolución narra sus recorridos durante una visita fugaz a Cuba, un paso por México y una estadía imperdible –por la intensidad de sus observaciones– de 6 meses por Nueva York, Chicago y Detroit. En cada estadía y región, el dramaturgo nos alcanza con su agudo razonamiento: “La excentricidad de la política mexicana y sus rasgos insólitos a primera vista se explica por el hecho de que sus raíces se encuentran no sólo en la economía de México, sino también, y principalmente, en las expectativas y los anhelos de los Estados Unidos”. Maiakovski transmite su mirada de lo ajeno, del visitante que se admira y se advierte en territorios lejanos a la URSS, para discurrir y reflexionar sobre política, la desigualdad, los sistemas ferroviarios de transporte, la explotación y la enajenación del trabajo, los objetos, las costumbres, los modos de producción y la comunicación. Cuatro años después de este viaje, el inolvidable escritor se suicidaría de un disparo al corazón el 14 de abril de 1930.

No hay comentarios.: