viernes, marzo 23, 2012

Arrebatos

A raíz de la publicación de Partida de nacimiento, Virginia Cosin, es sometida a las afamadas 10 preguntas del suplemento cultural del diario Perfil:

«Virginia Cosin nació en 1973 en Caracas, Venezuela. Vive en Buenos Aires desde los 5 años. Estudió cine en la Escuela Nacional de Experimentación Cinematográfica y es egresada de la carrera de dramaturgia de la Escuela Metropolitana de Arte Dramático. Fue productora periodística en radio y televisión y realizó investigaciones en proyectos documentales. Estrenó en el Centro Cultural Recoleta el cortometraje Media Luna, escrito y dirigido por ella. Obtuvo una mención en el V Premio Germán Rozenmacher de Nueva Dramaturgia. Escribe guiones, obras de teatro y narrativa. Coordina un taller de escritura y colabora con suplementos culturales de distintos medios nacionales. Partida de nacimiento (Entropía) es su primera novela.

—¿Cuál es el primer libro que recuerda haber leído?
—Mi mamá nos leía a mi hermano y a mí antes de dormir un libro que se llamaba Chiti Chiti Bang Bang, cuya historia ya olvidé por completo, pero su protagonista era un auto que, como Cupido motorizado, estaba vivo. Como a todos los chicos, lo que más me gustaba era leer y volver a leer muchas veces la misma historia. Entonces, una vez que mi mamá terminó de leernos el libro, yo volví a leerlo por mi propia cuenta.

—¿Cuál es su autor favorito vivo?
—Por un pelito hubiera podido decir J.D. Salinger, sin ninguna duda. De entre los que quedan me cuesta decidirme, pero me inclino por Lorrie Moore. Sobre todo me fascinan sus tres libros de cuentos, que tuve la fortuna de conseguir a precio de saldo, hace ya como diez años, y lamentablemente están agotadísimos.

—¿Qué libro se llevaría a una isla desierta?
—Una pregunta difícil para mí, porque cuando salgo de viaje llevo una cantidad desmesurada de libros, muchos más de los que llego a leer. Asumo que la pregunta supone que sería una isla de la que no podría volver. Así que tendría que ser un libro que admitiera muchas relecturas, que contuviera en él muchos otros libros y que, a la vez, despertara en mí el deseo de, también, escribir. Por ejemplo, El libro de las preguntas, de Edmond Jabés.

—¿Cuál es el último libro que leyó o qué está leyendo en este momento?
—En general, leo muchos libros al mismo tiempo. En este momento estoy con Agape se paga, de William Gaddis, los Cuentos completos de Lydia Davis y La tentación del fracaso, que son los diarios íntimos del escritor peruano Julio Ramón Ribeyro.

—¿Qué libro reciente no pudo terminar de leer?
—Del mismo modo que leo muchos libros al mismo tiempo, dejo por la mitad o, incluso, apenas empezados, muchos otros. No siempre –o casi nunca– el motivo es que no me gustan o no me “atrapan”. Lo hago de puro ansiosa por empezar otro nuevo. Abandoné hace poco Vida y época de Michael K., de Coetzee. Pero no descarto retomarlo en algún momento.

—¿Qué libro quisiera releer pronto?
—Los Diarios de Kafka.

—¿Cuándo escribe?
—Cuando puedo. Cuando tengo espacio físico y mental. Escribo por arrebatos. En general, por la noche. Pero también en bares durante el día, o caminando por la calle, si me asalta una imagen o una idea.

—¿Quién debería ser el próximo Nobel?
—Nunca entendí bien cuál es el criterio para elegir el Nobel. Además de ser un premio políticamente correcto, creo que es una humorada de la Academia Sueca para desconcertar al mercado.

—¿Cuáles son sus rituales o supersticiones a la hora de escribir?
—No tengo rituales. Pero sí tengo excusas, o pretextos. Antes de escribir, por lo general tengo que leer algo. O releer muchas veces alguna otra cosa que ya escribí. Ultimamente me volví medio dependiente de unos cuadernitos Moleskine, que son así de finitos y se pueden llevar en la cartera. Y siempre usé pluma. La mía es una Lamy que pierdo cada dos por tres y tengo que volver a comprar. Cada vez me resulta más difícil escribir en la computadora, porque si bien se supone que es un “ordenador”, el acceso ilimitado a Internet lo vuelve caótico y un elemento de dispersión.

—¿Cuál es su comienzo favorito de la literatura universal?
—“Otros, ellos, antes, podían.” Es de La mayor, de Juan José Saer.

No hay comentarios.: