miércoles, febrero 18, 2015

Todos los caminos conducen al cine (o a otra parte)

El primer libro del crítico de cine Marcos Vieytes, Subjetiva de nadie, reúne en un mismo espacio géneros que resulta difícil imaginar juntos como la crítica, la poesía y el diario personal.

Por Horacio Bernades para Tiempo Argentino.



De las tres citas que abren Subjetiva de nadie, primer libro de Marcos Vieytes, una es de uno de los más importantes teóricos cinematográficos (el argelino Jean-Louis Comolli) y otra del poeta Henri Michaux. Poeta y crítico cinematográfico (edita muy buen el sitio de Internet Hacerse la Crítica), en lugar de mantener separadas las dos cuerdas que lo mueven, Vieytes decidió juntarlas, sumándoles encima una tercera vertiente: el diario personal. Subtitulado Fragmentos de un diario crítico, este libro se propone lo que a simple vista parecería un doble oxímoron. ¿Puede concebirse acaso una subjetiva de nadie? ¿Un diario crítico? ¿Y crítico y poético? En la idea que lo anima, Subjetiva de nadie no parece reconocer precedentes y admite una sola clase de lector: aquel que saca boleto para un viaje que desconoce, y que posiblemente no lo lleve a ninguna parte.
Vieytes "sopla donde quiere", cita bíblica con la que él mismo titula el segundo apartado, dedicado a John Ford, maestro del western y del cine en general. Sus textos siguen recorridos dictados por la libre asociación de ideas, de temas o motivos. Y saltan, separados por párrafos o en forma de llamadas con asterisco, a un recuerdo personal o un poema. Diario personal, libre ejercicio de la crítica de cine, irrupción poética: esos tres ejes se yuxtaponen y entrelazan en Subjetiva de nadie. Tanto como se fusionan la cita culta con la lengua coloquial-popular. Las libertades que el autor se toma incluyen el objeto del que habla o cita: Vieytes no ensaya sobre "las películas que conocemos todos", sino sobre aquéllas sobre las que considera debe hacerlo.
Así, puede dedicar miniestudios de seis páginas a Maurice Pialat, cineasta francés de quien en Argentina no se estrenó ni una película (lo cual no le resta un gramo de importancia) o al genial Jackie Chan, máxima expresión de la kinesis cinematográfica, conocido aquí casi únicamente en su etapa de decadencia hollywoodense. O comparar al señor Spock de Viaje a las estrellas con el protagonista-alter ego de los films del gran Nanni Moretti. Viajes galácticos los de Vieytes, llenos de desvíos lógicos pero imprevistos. En medio de esos sesudos análisis, el autor recuerda el olor de Dominga Indelangelo, la señora que lo cuidó de niño. Revisa el éxtasis que sintió en una librería de usados por una chica que ojeaba libros a su lado. Califica al director de cine mudo Fred Niblo de "nabo". Versea "quebraduras/ de hierro en las costillas/no más alga/viscosa no más liquen/quemaduras/de cigarro en las entrañas (…)."

Lo dicho: un libro que es muchos y no se parece a ninguno. 

Tiempo Argentino, 15/2/2015

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