miércoles, diciembre 21, 2016

Mocka, de Diego Muzzio

Reseña de Mockba en Planeta Ceres.



Los doce cuentos que componen Mockba, directa o indirectamente, están regidos por un tema central que ya pasa a ser un distintivo de la narrativa de Diego Muzzio: la muerte.

Sin embargo, a lo largo de todos los relatos se produce una especie de tensión entre la muerte más concreta y el concepto de muerte, la parte más abstracta. En ese sentido, varios de los cuentos relatan muertes, o también tienen que ver con cementerios, profanadores de tumbas, cremaciones, y demás, pero varios otros rozan este tema de forma más alejada, si se quiere. De esta forma, cuentos como “Jeremías y Zacarías” no contienen hechos estrictamente relacionados a la muerte, pero sí incluyen otros elementos que pueden vincularse con este tema, como puede ser, por ejemplo, el grupo de adolescentes que interpreta las trágicas obras de Sófocles, con el personaje principal de Edipo. En este tipo de relatos la muerte es abordada de modo que no funcione solamente como el hecho principal de la historia, sino que sirva como contexto o ambientación para que las situaciones que se narran puedan ir desarrollándose. Por otra parte, el concepto de la muerte como herramienta para contextualizar los cuentos también sirve para ver qué rol tiene esta en nuestra mente, cómo nos relacionamos con ella y qué representa en nuestra vida cotidiana; cómo la muerte puede ser interpretada de distintas formas según la persona que la esté enfrentando. Por ejemplo, en el texto “Mapas”, en el que una pareja se dirige a un cementerio, la muerte es el tema que los enfrenta, que inicia el enojo de ambas partes, a partir de lo que parece ser el fallecimiento de una hija o de un ser querido. En este relato, la muerte de Martina, la chica fallecida, se muestra como un juego de responsabilidades, es decir, si es que su muerte fue culpa de uno o de otro. En contraposición, por citar otro texto, en “Póker de reyes”  la muerte relacionada con el tema de las apariciones sobrenaturales, es utilizada por parte del protagonista para obtener una ventaja por sobre su competidor en el juego.

Naturalmente, también hay otros cuentos que sí encaran este tema como eje único y principal, pero siempre hay algo que los complementa, ya sean las experiencias de los personajes, su propia psicología o la inclusión de otros “géneros”, por decirlo de alguna manera, como puede serlo la biografía, específicamente en el último cuento. Así, los relatos conforman un mundo único; si bien estos pequeños universos comparten rasgos generales entre sí, cada uno puede valerse por sí mismo, incluyendo determinados elementos que los hacen sobresalir a medida que se van desarrollando.
Ya desde el primer libro que leí de Muzzio me encantó su prosa. En la mayoría de los pasajes de estos relatos se ve un estilo realmente estilizado, con una elección de palabras inmejorable, y una gran cuota de poesía en prosa, podríamos decir. Lo que me ha llamado bastante la atención o, mejor dicho, es uno de los factores que más me gustaron de estos cuentos, (y que también me había pasado con Las esferas invisibles y El sistema defensivo de los muertos) es la genial habilidad que tiene Diego Muzzio para narrar o para escribir sobre un tema que en un principio idealizaríamos como algo feo (la muerte) de una forma muy bella, poética y lírica. De esta forma, en muchas ocasiones, me encontré habiendo olvidado el tema central que rige estos doce cuentos y atinando solamente a disfrutar de la capacidad narrativa de este autor. Porque poder abstraernos (aunque sea por un rato) del concepto general que rige estos cuentos para apreciar con mayor profundidad la forma que tiene Muzzio para contárnoslo es probablemente uno de los mayores logros de este libro.

Si bien hay algunos que me gustaron más que otros, todos los cuentos que componen Mockba se destacan individualmente, por un lado por las historias interesantes y diferentes que plantean, y por otro por la excelsa manera que tiene el autor de narrarnos lo que va sucediendo.  

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