Gabriela Cabezón Cámara lee Placebo, de José María Brindisi, y escribe para Clarín:
«Placebo es el título de la nueva novela de José María Brindisi. Se llama Placebo pero tranquilamente podría llamarse “Sin remedio” o “Sin aliento”. No sólo porque lo que aprieta es la muerte –y no hay fármaco posible contra lo irremediable– y no sólo porque el discurso del narrador corra, tenso, opresivo, al borde de la asfixia y sin puntos y aparte en un único párrafo que es un desbarranque. También porque Brindisi apuesta a no hacer concesiones; le sale bien: en Placebo no hay consuelo y no hay futuro.
Becerra, el narrador y principal personaje de esta nouvelle de 90 páginas, es un hombre exitoso que mira el mundo desde su Audi nuevo. Ve la medida de su éxito social, la amortiguada distancia que lo separa de los otros. Ve a dos mujeres jóvenes sentadas sobre un Lamborghini amarillo y las desea. Ve la distancia que lo separa de esa juventud. Y las sigue deseando, es una imagen que lo asalta. Otra es la de un caballo blanco reventado por la muerte al costado de un camino que vio durante un viaje que hizo cuando él mismo era joven, junto a su mejor amigo, que ahora agoniza en la cama de un hospital. Además, una ex mujer, muerta. Otra, la suya, a la que que detesta. Una madre por morir. Una casa en una isla del Delta, con todo lo de opresivo que puede tener una isla por lujosa que sea. Una vocación de escritor bastante frustrada. Un vecino inquietante. Una amante con la que se ve furtivamente.
Con esos elementos Brindisi retoma un tema clásico como el de la fugacidad de la carne, tan objeto del deseo como de los gusanos. Y revisa la idea de éxito vigente.»
jueves, abril 14, 2011
Sin remedio
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario