viernes, febrero 29, 2008

Brandon Lee 2

El Quinteto - La fiesta de la narrativa

Funes
Molina
Levín
Romero
Oyola

Viernes 29, 21 hs.
Casa Brandon L. M. Drago 236

lunes, febrero 25, 2008

Brandon Lee

Memorias de la vida cotidiana

Letras y música:
Lola Arias/ Florencia Minici/ Gato Cabezón/ Romina Paula/ Juan Ravioli/ Cecilia Szperling///
Curadora: Soledad Fernandez Moujan//

Jueves 28, 21 hs.
Casa Brandon L. M. Drago 236

martes, febrero 12, 2008

Noticias del correo del zar

Por Graciela Goldchluk

[Punto de vista/ BazarAmericano.com]

Voy a hablar de Mockba, un libro de cuentos publicado en 2007 por editorial Entropía, cuyo autor es Diego Muzzio, un poeta que tiene obra publicada, pero que presenta narrativa por primera vez. Creo que Muzzio es un narrador excepcional, alguien a quien es necesario leer, y es entonces que reparo en que ya son muchos los escritores excepcionales que encuentran su lugar en editoriales independientes, pequeñas. La noticia parece haberse desplazado de los autores a las editoriales, es el fenómeno que trajo la devaluación y la buena noticia de la crisis: frente a la dificultad de leer libros impresos en España (que de todos modos comienzan a leerse nuevamente) surgieron emprendimientos que porque saben que no apuntan a las grandes masas se dan el gusto de publicar lo que les gusta, y ahí está su fuerte, se sostienen publicando lo que un pequeño grupo de lectores persigue en las librerías: buena literatura. Otra buena noticia de la crisis es un rasgo tal vez sorprendente que caracteriza las nuevas editoriales: no se desean el exterminio mutuo. Hay tanto escritor, hay tanto por publicar, y es tan costoso en todos los sentidos hacer un libro, que cada una se pone contenta cuando la otra saca algo bueno y lo comenta en su blog. Entre todas están desterrando el cliché de que una editorial independiente debe corresponderse con un objeto desprolijo, mal distribuido y poco visible. Algunos libros, muchos, son preciosos, por lo tanto los libreros los ponen en sus estantes, en particular los libreros que leen. La distribución en la ciudad de Buenos Aires se basa en el contacto personal, en contar qué es lo que están llevando, y es así como las cadenas terminan comprando, porque también quieren tener eso que hay en las librerías.

[Completo aquí.]

viernes, febrero 01, 2008

En el país de las maravillas

Por Pablo Plotkin

[Rolling Stone]

La ciudad de Berazachussetts es un bardo. Los hijos del poder secuestran perejiles, se los llevan al bosque y los intiman a que violen y maten a mujeres desprevenidas. Los filman y suben el material a Internet. La pasan bomba. En ese decorado abyecto irrumpe Trash, una zombi metalero que tiene pinta de haber sobrevivido al ultraje y se topa con un inefable cuarteto de docentes jubiladas –unas trillizas de Belleville versión SUTEBA– que le dan cobijo en su depto. Trash rompe el hielo comiéndose el cadáver de un volantero y bajándoselo con una cervecita en el living de las maestras. “¿Tienen freezer?”, les pregunta con voz dulce antes de repartir los restos del cuerpo en diversos tuppers para la vianda de la noche. A esta altura de los acontecimientos, página 21, la pregunta que se impone es: ¿quién te baja de un comienzo semejante? Ganador del premio Indio Rico 2007 a la mejor nouvelle bonaerense, veredicto unánime de César Aira, Alan Pauls y Daniel Link (a ver quién se les planta a esos tres juntos), este relato desbordante de Leandro Ávalos Blacha (nacido en Quilmes en 1980, discípulo de Alberto Laiseca, autor de Serialismo) monta un GBA paralelo en cuyos márgenes se cocina una revolución caníbal. Con una escritura precisa y una inventiva voraz, el autor descerraja personajes y situaciones a un ritmo disparatado: héroes cumbieros, políticos sin piedad, cuadrillas de lisiados, viejas chotas, fantasmas y profetas rancheros de un Apocalipsis pop. Ávalos parece haber cirujeado en los contenedores de Alicia en el país de las maravillas, Los siete locos y La conjura de los necios para hacerse un banquete personal con los residuos de esas obras maestras.
Acá las acciones caen en torrente, los géneros se baten a duelo y la fauna de Berazachussetts se revuelca en los restos de civilización de un Conurbano reloaded. Hay estrellas de Pehuajóllywood, hay un Muro de Bernal, hay monoblocs de Ciudadelhi y hay un escritor que acumula visiones distópicas y postales decadentes con un ingenio zarpado. El humor narrativo de Berazachussetts es negro y tierno, contemporáneo y a la vez anticuado, y combina lo cáustico y lo festivo con una naturalidad admirable.