viernes, marzo 31, 2006

Las mejores erratas del mundo









Un error de postscript, un pase magnético, un palo en la veloz rueda productiva; o pura entropía. Entropía de la mala.
¿No sabíamos las fechas de la correspondencia de Puig?
“Mil-nueve-cincuenta y algo hasta, qué sé yo, ponele: mil-nueve-setenta y dos, o sesenta y dos... má‘ sí, dejá, después vemos.”
¿Así opera Entropía?
No, no. Había un ”seis”, dos ”seis”; pero de repente (misterio) había dos signos de interrogación. Y esa pila, recién impresa, de una, dos, tres, cuatro, novecientas tapas, de color y registro perfectos...
“No es posible/ no importa/ esto no está sucediendo;
te guillotinaré/ te emparcharé/ nadie lee las solapas traseras.
Bueno, en fin, no, hay que reimprimir. Ay.
Tenemos que reimprimir esta tapa.”

Seis meses después, sin fallas:
_Todo esto será tuyo

jueves, marzo 30, 2006

[¡Nueva sección!] Qué está leyendo la Burli














En esta nueva sección, la Burli (diez años y medio, hija de Loli, nuestra polémica comentadora) se aboca de pleno al catálogo de Entropía, dejando a un lado ciertas lecturas pasatistas del verano (todo hay que decirlo), como Harry Potter seis (o nueve), o la infernal saga de Narnia. En esta primera oportunidad, la Burli (tal su apodo, que para su madre significa “nenita, hermanita, niñita, nena chiquita”) lee un pasaje de Semana, de SMD (Sebastián Martínez Daniell), un poco antes de entregarse a los arrumacos/ arrullos de Morfeo.
El fragmento leído, estimamos, se trataría de éste:

_Su pequeña mano

miércoles, marzo 29, 2006

Making of Antuca (contratapa)

[1er párrafo primigenio]
"Antuca es un nombre de mujer, de una mujer referida en una novela a seis voces (masculinas y femeninas), donde las sucesivas primeras personas toman distancia y se perspectivan. Antuca como punto de fuga de un grupo disuelto de amigos que atravesaron los años sesenta explorando las posibilidades de una década de fórmulas abiertas, y que se reencuentran veinte años después. En cierta manera iguales, pero, a la distancia, violentados por la pérdida, persiguiendo lo irrecuperable."

[un editor comentó:]
Me gusta. Sobre todo la primera frase. Aunque dudo en el paréntesis. Y el verbo "perspectivar" está fuera de todo diccionario. Después sigue bien. ¿"Veinte años" no da la sensación de década del 80? El cierre es fenomenal.

[otro editor respondió:]
Se supone que si exploraron a fondo las posibilidades de la década, la terminaron. Eso nos sitúa, por lo menos, en la década del 70 (+20=90). Lo de perspectivar, bueno, es una palabra horrenda.

[2do párrafo, en un principio]
"Con una brillante articulación sonora, simplificando la compleja arquitectura del relato en una secuencialidad adictiva; mordaz, lírica y de salvaje melancolía, Antuca se desentiende de las implicancias políticas (y sobre todo de la didáctica sobre los “años de plomo“), imbricándolas de manera tácita en la carga emotiva de sus personajes."

[un editor comentó:]
Fundamentalmente, tres objeciones. La primera, estilística. Entre la primera palabra y "Antuca" hay cinco "modificadores" (por llamarlos de algún modo), que a su vez contienen seis adjetivos. Quedó un poco churrigueresco. Parece una novela mía. La segunda, de contenido. Creo ver a dónde apunta todo el asunto, pero no creo que sea cierto que "se desentiende" de las implicancias políticas. En todo caso, esquivemos el asunto de otro modo. Tercera, war-against-cliché: "años de plomo".

[otro editor respondió:]
La primera objeción atenta contra los cimientos mismos de nuestra práctica contratapística. Mirá, vos lo sabés muy bien, esto se trata de apilar adjetivos sin echar mano nunca a incómodos verbos que puedan obstruir el necesario y perfecto nihilismo. En este caso esto deriva, exitosamente, en la negación de la responsabilidad política acerca de los plumbic years (cliché vintage, ennoblecido por la corrosión del desuso, y, por ello, reutilizable). Yo creo que se desentiende bastante, al menos es ciertamente no-didáctica.

[otro editor, distraído:]
Ahora nos preocupan las aliteraciones... El leve ulular del heliotropo...

[3er párrafo, manuscrito]
"La escritura de Raúl Castro, por momentos exuberante, entre científica y erótica a la vez, es la presa de un vibrante motor narrativo que admite la reflexión y la quietud en sus altas revoluciones, pero nunca la intrascendencia."

[un editor comentó:]
Tres dudas menores. 1) Me gusta "entre científica y erótica", pero no sé si "a la vez". 2) ¿"Presa"? 3) Por supuesto que funciona así como está, pero ¿quién creería que admite la "intrascendencia"?

[otro editor respondió:]
1. Tal vez no va, claro.
2. Presa es imposible.
3. No sé.


Seis meses después, esto:
_Antuca (contratapa)

martes, marzo 28, 2006

[¡Nueva sección!] Making of Antuca (tapa)






















Tras recolectar, una mañana, audazmente, del revoltijo de fotos familiares de Raúl Castro, el equipo de diseño de Entropía se retiró sigilosamente con estas tres fotos (un árbol palo borracho, la luneta trasera de una Ranchera, una cañería hiperfluvial con clavadistas) en los bolsillos interiores de sus anoraks.
Luego de ensayar cerca de seiscientas combinatorias, seis meses después, se arribó a esto:
_Antuca

lunes, marzo 27, 2006

La libertad como condena [fragmento de Link en Debate]






¿Cómo condicionan a esa operatoria política los distintos medios de comunicación, véase la academia, la prensa, el blog, el mercado editorial? Usted, en función de lo que pretende de su labor, ¿qué puede y qué no puede en cada una de esas situaciones comunicativas?

La academia y la prensa, salvo contadas excepciones, han funcionado siempre de acuerdo con la lógica de las relaciones laborales. Los condicionamientos no funcionan allí tanto por el lado de las restricciones sino por el lado de las obligaciones: uno está obligado a tocar ciertos temas y a hacerlo de cierto modo. En cuanto al caso del blog, allí todo es más libre, pero eso no significa que sea más fácil: la libertad como condena. En los medios masivos no se puede analizar (es decir, desmontar minuciosamente) el sentido común de masas; en la academia no se puede intervenir en relación con el presente fuera de los protocolos académicos (contenidos mínimos, sistemas de evaluación, informes de avance de las investigaciones, bibliografía consultada, etc.). El blog no admite desarrollos (ficcionales o argumentativos) largos o con aparato crítico. El libro sigue siendo el momento de síntesis más alto, me parece, donde la libertad, las restricciones y las obligaciones, cuando uno tiene, además, suerte, se equilibran entre sí. Naturalmente, el mercado opera selectivamente en relación con todo lo que se publica, pero si uno revisa todo lo que se publica tampoco puede quejarse de que el mercado sea demasiado selectivo sino todo lo contrario.

{Sigue en Linkillo}

["Presenciamos una masificación de la escritura" (entrevista de Agustín Valle, foto de Sebastián Freire), Debate (revista semanal de opinión), Buenos Aires, 23 de marzo]

Leyenda. Literatura argentina: cuatro cortes

viernes, marzo 24, 2006

Nueva conducción

Querido G.,

Me voy a Harvard. Me dicen que tiene peor nivel académico que la UADE, pero mejores fiestas en el campus, mejores fraternidades y mucho más prestigio internacional. Es lo de menos. El hecho es que me gané una beca para un MBA en “Marketing Directo Aplicado a la Literatura Latinoamericana Post-Boom”, y no la puedo desperdiciar. (Lo hago por el futuro de esta casa editorial. Velo de ese modo.) Te encomiendo, durante mi ausencia, la administración del blog. (Por un momento pensé en seguir los pasos de Llach, y liberar el password al dominio público para que cualquiera posteara lo que le viniera en gana, pero después me di cuenta de que el poeta mentía y que, claro, nadie en su sano juicio se atreve a dejar sin llave un blog, para que aparezca cualquier loquito y borre todo desaprensivamente, incluidos tus magníficos comments.) Así que lo pongo en tus manos [aquí no se entiende la letra], en las que confío como si fueran las mías. Juicio y buena suerte. Tantos saludos,

JM

jueves, marzo 23, 2006

Saer por Link

[fragmento de "Opiniones contundentes", de "Leyenda"]

(...)
“No es que los nuevos soportes no permitan una elaboración estética, pero vivimos una invasión de productos industriales. El modo en que los grandes grupos monopólicos hegemonizan la cultura es inadmisible. Esto afecta severamente a la literatura porque afecta a la industria del libro”, pensaba Saer. Aunque lo que reconocemos como “la literatura” no debería coincidir necesariamente con “la industria del libro”, Saer era consciente de hasta qué punto los dictados de la industria interfieren en el sistema de conceptos que es “la literatura” en un momento determinado. “Afortunadamente, siempre hay proyectos independientes. Y mientras haya una industria del libro independiente, queda garantizada la existencia de la literatura. La ventaja que presenta la literatura escrita en lengua española es que, habiendo varios centros editoriales (Buenos Aires, Barcelona, México), eso hace más pluralista el funcionamiento del mercado.”
Saer creía que no hay que aceptar los engaños. Una editorial no es solamente un proyecto comercial sino también un proyecto de intervención política en el seno de la sociedad y de la cultura. Por lo tanto, “no importa si Antonio Di Benedetto vende o no. Me parece que sus libros son mejores que algunos que venden decenas de miles de ejemplares, firmados por personas que ni siquiera podríamos calificar como escritores”. Saer se negaba a dar nombres, prefería no hablar –sobre todo– de sus colegas argentinos. Después de mucho titubear se animó a tomar a Paulo Coelho como representante de lo que despreciaba. “Es sólo un ejemplo: Coelho es un estereotipo de la literatura de mensaje. Su falso optimismo es muy comercial y tiene por objeto embarcar a los lectores en esa ficción de la falsa felicidad. No estoy en guerra con esa gente, pero reclamo un espacio para la literatura (Gadda, Vallejo, lo que se prefiera) menos preocupada por el mensaje en el sentido en que lo hace Coelho.”
(...)

miércoles, marzo 22, 2006

The Romina Paula’s Experience

[por Fabio Blanco, para RSVP]

El universo es apenas un puñado de percepciones. Todo lo que conocemos o creemos conocer consiste solo en lo que nos dictan nuestros imperfectos sentidos. Quizás a ello se deba que el recurso formal de acercarse a los personajes de una novela a través de la pura trascripción de sus diálogos resulte fascinante y perturbador. Es lo que sucede con ¿Vos me querés a mí? (así, con pleonasmo incluido) el debut novelístico de Romina Paula, autora teatral, actriz y dueña no solo de un oído privilegiado para el habla coloquial sino también de la notable capacidad de su traslado a la escritura. Sus personajes se saben atrapados por el lenguaje, y aún cuando intentan deconstruírlo trabajosamente con sus novios, parientes y psiconalistas (“Yo no dejo de ser una construcción, para vos, yo para vos soy lo que te cuento…”) lo único que logran es obsesionarse, ser invadidos por él: “No puedo no pensar” es la angustiosa queja.
Por sus procedimientos y por la calidad con que Romina Paula los ejecuta, ¿Vos me querés a mí? evoca rasgos de la última novela de Manuel Puig (Cae la Noche Tropical, 1988). Que esté en el catálogo de Entropía, que acaba de publicar la correspondencia de Puig, es un merecido honor. Para la joven escritora y para la joven editorial.

martes, marzo 21, 2006

La tierra de las oportunidades

La Cámara Argentina del Libro (CAL) informó que la producción de libros en el país durante 2005 tuvo un crecimiento del orden del 18,35 % en relación al 2004. En el pasado año se produjeron 66.261.742 ejemplares contra los 55.985.843 de 2004. En tanto, los títulos continuaron creciendo y se alcanzó la cifra de 19.334 en 2005, cifra superior a los 18.828 de 2004, que ya fue un récord histórico en el país.

También evolucionó favorablemente el promedio de la tirada, ya que en 2004 alcanzó los 3.000 ejemplares por titulo, y en 2005, el promedio ascendió a los 3.400 ejemplares por título.

Aquí, más optimismo.

lunes, marzo 20, 2006

viernes, marzo 17, 2006

jueves, marzo 16, 2006

Expecto Patronum

No sé cómo andaremos ranqueados en el mundillo editorial, pero en la categoría "blogs de magia" estamos primeros, lejos.

miércoles, marzo 15, 2006

Ágil y feliz

A horas de la salida de "Leyenda", recuperamos esta reseña-adelanto que publicó Juan Terranova en "Perfil".

Tres partes y el presente

Leyenda - Literatura argentina: cuatro cortes se presenta en su introducción no como “un libro de historia de la literatura argentina” sino más bien como “un tratado de arqueología”. La periodización crítica, en todo caso, hace de columna vertebral en las primeras tres partes y sobrevuela la cuarta. El primer corte, Peronismo y misterio (1942-1953), se compone de útiles respuestas sobre el destino del género policial en la Argentina y sus vinculaciones con lo político, esfera que también recorre las dos partes siguientes. Crítica y política (1955-1966), quizás la mejor pieza del libro, rastrea los momentos de inflexión de la crítica literaria local. Leyendo a partir de sus diferentes soportes, círculos de pertenencia y procedencias editoriales, Link construye una identidad y una ubicación convincentes para cada uno de los escritores que nombra (Viñas, Jitrik, Sebrelli, Masotta, entre otros).
En el tercer corte, Crisis de la literatura (1968-1983), se releva el desempeño de distintos actores intelectuales en el paso de los “festivos” años sesenta a los conflictivos setenta. A estos tres ensayos de neta producción académica se le opone el cuarto corte (1995-2010), una miscelánea de críticas breves publicadas en medios especializados y suplementos culturales. Es como si, para hablar del presente, Link tuviera que abandonar la forma no rígida pero inevitablemente esquemática del paper y dejarse avanzar por la desarticulada energía cotidiana, donde las lecturas son más audaces y jugosas en su arbitrariedad.La prosa de Link, siempre prolija, pone especial atención a las diferentes formas de la narración, sus soportes y oscilaciones entre lo artesanal y lo industrial, entre la elite y lo masivo.
Hay una influencia evidente en la mirada y escritura de Leyenda... que conjuga, por su claridad y legibilidad, lo mejor de Beatriz Sarlo con la fuerza intelectual de Literatura argentina y política de David Viñas. Menos ambicioso que Literatura y disidencia, menos teórico que Cómo se lee y otras intervenciones críticas, Leyenda... es un libro algo predecible pero ágil y feliz, al mismo tiempo que un excelente recorrido por un fenómeno tan esquivo y vital como es la literatura argentina del siglo XX.

martes, marzo 14, 2006

Yo era una niña de once años

[Fernanda Nicolini, para "Llegás a Buenos Aires"]

En “Hidrografía doméstica” es Chloé la que habla, la que observa, la que interpreta el mundo a través de su voz, que no es cualquier voz: Chloé tiene 11 años pero puede razonar con una extraña lucidez y usar un vocabulario complejo, para luego sumergirse en un cándido diálogo infantil con una amiga. Y este es uno de los puntos interesantes de la novela de Gonzalo Castro: el autor propone, aunque no haya sido una operación consciente, un pacto con el lector. Aquel que acepte que Chloé tiene la libertad de pensar como un adulto (sus monólogos internos se deslizan entre la ironía y el sarcasmo, con destellos poéticos, pero siempre matizados por cierta ingenuidad que evita la parodia), y que a su vez es una preadolescente que va al colegio, habla con su mejor amiga de cosas de nenas, se asoma con curiosidad al mundo amoroso y sufre porque se copió en una prueba, sin dudas va a disfrutar mucho de su lectura. "Voy caminando, corriendo, cayéndome, y justo me encuentro con el que podría ser el amor de mi vida si yo fuera como cualquiera de mis amigas tontas (Vero, Lara, Romi, tontas, bobas, buenas)”. Así habla Chloé; y también así: "Mis sentimientos son una soga atada a una cadena atada a una cuerda de acero atada a una sábana y no quiero saber qué más hay detrás, prefiero quedarme con lo de ahora, que es esta tristeza. Una tristeza sólida, muscular”. De este modo se combinan las palabras en el mundo de esta nena que vive sola en una casita en el fondo de la casa de sus padres, tiene como mejor amiga a la hermosa Daphne (sí, como Daphne y Chloé, del romance pastoral), a quien adora como se adora a una amiga a esa edad, lee “Rinocerontes” de Ionesco y reemplaza los espejos por autorretratos en una polaroid. Mientras tanto, la novela avanza a través de fragmentos de esta cotidianidad algo alucinada: Chloé se pelea a las piñas con unos compañeros de colegio, viaja con su padre y Daphne a la costa, se aburre con los dibujos animados... Si bien los pasajes descriptivos son extensos y constantes, el relato nunca se estanca: las descripciones resultan dinámicas y la escritura, precisa y rica, con el ritmo con el que una adolescente mira, piensa, deduce, cuestiona.
La habilidad de Gonzalo Castro, entonces, no sólo está en convencer con ese pacto inicial, sino en construir una voz extraña que fluye, que no suena forzada en ningún momento. Por eso el relato funciona, porque la novela es la propia Chloé. La encantadora Chloé.

lunes, marzo 13, 2006

Homónimos

¿Y éstos quiénes son?

viernes, marzo 10, 2006

Flash social

Querido Gonzalo,

Ahora me dicen que te fuiste al Malba, a encontrarte con tu pen-pal Oliverio, el prolífico novelista. Yo, como te imaginarás, casi no abandono mi escritorio. ¿Qué clase de vida es ésta? Mi secretaria privada me dejó con el balance a medio hacer, aduciendo no sé qué invitación al remoto Brasil (¡un tour arquitectónico para conocer el sueño de urbanización federalista de Juscelino El Rojo!); y Sebastián Ernesto sigue en las termas de Daimán, viendo si la fangoterapia funciona también para curar el sarcasmo... En fin, contame –si querés– un poco acerca de esa presentación. Contame sobre tus relaciones públicas, sobre el mundo exterior. Saludos,

JM

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[2 am, ni llueve]
Uf, es que no me lo vas a creer. Fuimos ayer, con Valeria, al Malba. Era la presentación de la novela "Promesas naturales" de Oliverio Coelho (cuarta novela, o decimocuarta, no oí bien) [Editorial Norma]. Qué decir, es como que sentíamos tener un millón de amigos; entre Axel Krygier, Cristián Constantini, Martín Kohan, Carlos Gamerro, el mismo Oliverio, todo era amor.
En fin, cronología:
Llegamos a tiempo, mientras las puertas permanecían cerradas, para comer un tostado con un café con leche tardío, haciendo cuenta regresiva porque teníamos que asistir, también, a la presentación de Acuanauta, de Melero, en un muy otro lugar, casi al mismo tiempo. Pero la literatura es más fuerte, y permaneceríamos.
En el majestuoso auditorio, nos sentamos contra un pasillo, a media altura, y presenciamos un espectáculo multidimensional. Subieron Analia Couceyro y el extraordinario pianista Krygier. A un costado de la mesa reservada para los conferenciantes, había una silla que ocupó la lectora-actriz, y silla y teclado para el músico. Enseguida advertimos, que, además del keyboard, axel se concentraba sobre un pad-sampler (no sé nada de instrumentos electrónicos) que frotaba y percutía, manipulando todos los sonidos, incluyendo la voz de Analía. Ella leía, incólume, y cada tanto lo miraba, y axel, por ejemplo, pulsaba y repetía “Chatrán”, el nombre del protagonista de la novela (creo), que ella acababa de pronunciar. La novela, sumamente lúdica, se prestaba al juego, y Axel secundaba con melodías y pequeños valcesitos balcánicos la perfecta dicción y los caprichosos énfasis de la lectora. Veinte minutos de esto pasaron en un suspiro (podrían haber seguido con toda la novela), y dio lugar a la presentación formal.
Oliverio, flanqueado por Gustavo Ferreyra y Juan Becerra, en clásico tridente, resolvieron todo en otros veinte minutos. ¿Pretendes, Juan, que te resuma las ponencias de los adláteres del autor? Hubiéramos enviado un periodista, y un taquígrafo, y un criptógrafo. Bellas fintas, digamos, en torno a la obra; inteligentes, indiscernibles. De haber leído el libro, estaríamos en desacuerdo o concordaríamos; por ahora aplaudimos. Oliverio agradeció ceremoniosamente, remató con simpatía y ya. Una perfecta presentación, con claros rasgos avant-garde; todos contentos. Cambiamos figuritas con el artista, y corrimos a lo de Melero.

{Aparte: cuando nos despedíamos, no entendí lo que me dijo Oliverio con respecto a éste, nuestro hermoso blog. Cinco segundos después, alejándonos, me di cuenta que él pensaba que vos y yo somos la misma persona. Que yo posteo y yo, con otro nickname, comento. Eso explicaría la acusación de esquizofrénico de el otro día por parte de un anonimous. Pero eso no es así, ¿nocierto? Vos sos un ser humano, Juan N., un editor inconmensurable, y un blogger-master perfecto. “Yo es Otro”, “Yo es Otro”.
Supongo que de nada servirá que tú me digas que no he perdido la razón.}

Ahora, a descansar,
gzal

jueves, marzo 09, 2006

Antuca

«Antuca es un nombre de mujer, de una mujer referida en una novela a seis voces, masculinas y femeninas, que se alternan en la posesión de un relato común.
Antuca como punto de fuga de un disuelto grupo de amigos que atravesaron los años sesenta explorando las posibilidades de una década de fórmulas abiertas, y que se reencuentran veinte años después; en cierto modo iguales, pero, a la distancia, violentados por la pérdida.
Con una articulación polifónica que simplifica su compleja arquitectura en una secuencialidad adictiva, Antuca se desentiende de la didáctica sobre la historia política, imbricándola de manera tácita en la carga subjetiva de sus personajes, hasta configurar un estudio dinámico del deseo. La vibrante escritura de Raúl Castro –un motor narrativo que en sus altas revoluciones admite, también, la reflexión y la quietud– hace de Antuca una obra mordaz, lírica y de salvaje melancolía.»

miércoles, marzo 08, 2006

¿Y ahora quién podrá ayudarnos?


















Aquí, una copiosa entrevista a Daniel Link, producto (imaginamos) de un largo intercambio de mails con Juan Terranova, pornógrafo y periodista cultural del diario Perfil. Algo como para ir esperando la salida de “Leyenda”, que por ahora permanece a merced de la infalible procrastinación de nuestros imprenteros del pueblo de Avellaneda.

martes, marzo 07, 2006

Todo esto será tuyo

«El protagonista de esta historia cambia permanentemente: de aspecto, de nombre, de ocupación, de residencia, de dueño... Su vida –un hipnótico tour de force pautado por el extrañamiento y el vértigo– evoluciona entre dos momentos decisivos de un improbable arco narrativo: cómo un adolescente de un olvidado orfanato de provincias llega a convertirse en la pieza clave de una sociedad dominada por una corporación ubicua, en un provenir tan fantasmático como reconocible.
En este crescendo argumental, "Todo esto será tuyo" ensambla una serie de universos tan disímiles como apasionantes y originales: la tauromaquia, la resistencia futurista, el boxeo, la guerrilla centroamericana, la distopía hipertecnológica; mundos exuberantes que fluyen y se encauzan en virtud de su potencia y de su capacidad para traccionar el relato.
En este tránsito, también, la forma misma de la novela sufre su mutación, y se postula como un intenso laboratorio de géneros en el que todo es posible: el realismo, la ciencia ficción, la fantástica, la narrativa de aventuras... Entre estos extremos, lo que permanece invariable es una extraordinaria voz narrativa, una caja de resonancia edificada a partir de un apabullante trabajo sobre el leguaje.»

lunes, marzo 06, 2006

¿Quién está en primera base?

Querido Gonzalo,

Me dicen que te hizo una entrevista nuestra amiga Fernanda Nicolini, para la estupenda publicación periódica "Llegás a Buenos Aires"... ¿Fue en tu condición de novelista ya-no-tan-joven, o como secreto cantautor de culto?
Bueno, contanos. Gracias,

JM

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Así, es, Juan. Fui citado en la Giralda, llovía, el mozo era un hombre encantador, yo leía la revista inrockuptibles de febrero, y llegó Nicoleta (tal su alias en el mundo del hampa).
A mí me pareció una periodista sensacional. Tenía un blocsito donde anotaba a toda prisa esas dos o tres tonterías que puedo llegar a decir (es mi segunda entrevista y ya me repito, o me contradigo). Me comprometí internamente a no hablar mal de Aira y, efectivamente, no lo hice, ni lo nombré.
Conté toda la verdad sobre esta editorial. Todo. Desde que vos fuiste criado por los lobos en la tundra, que Sebastián y Valeria se convirtieron a la Cientología, y que yo tengo que hacerme cargo de todo, hasta el complejo asunto del tráfico de correspondencia canónica. Hablé de lo fácil que me resulta plagiar a los austríacos, del nácar de mi prosa, de lo deslumbrante de mi inventiva. Se bebió café (corregime, Juan, si es que se dice ”sorbió”), hablamos mal de algunas personas (pero para vos, Juan, sólo tuvimos los mejores conceptos), y a punto estuve de pedir otro café. Ella dijo cosas sobre Hidrografía en las que yo no había reparado, y que me resultaron alentadoras, y que me confortaron un poco de todo el daño que en su momento me hizo Di Nucci, tan áspero, en radar libros.
Habrá que ver cómo resulta la reseña-entrevista, yo me volví contento.

Bueno, te doy gracias, Juan, por esta oportunidad única que me das de expresar todos mis sentimientos.

Gzal

viernes, marzo 03, 2006

...todo el Nilo en la palabra Nilo

Habrá que ver, pero parece que nos perdimos la mejor presentación de libros de todo el 2006 (algo que, dada la fecha, plantea un panorama bastante desolador para lo que queda del año). Ante el repetitivo Malbec, el rutinario paño negro y la monolítica cuadrícula de antianatómicas sillas de algarrobo, estas empeñosas editoras de poesía ofrecieron poltronas de duvet, finísima arena atlántica, el arrullo decontracté de las caracolas marinas y daiquiris de generosa fruta tropical (por no mencionar, quién se anima a negarlo, otro tipo de sustancias intoxicantes que sin duda sirvieron de acicate para la proliferación de metáforas, sinécdoques y aliteraciones). (El lado oscuro de la crónica menciona también prácticas aberrantes, como el nudismo, la capoeira y el tae-kwon-do full contact.)
“Hotel Quequén” se presentó (¿qué otra posibilidad cabía?) en Quequén, esa pintoresca localidad separatista de la costa argentina. Desde ya, entendemos que es necesario que esa estricta coincidencia entre el título de la obra y el sitio de su presentación se transforme en un hábito entre los editores locales. Entropía ya está preparando, por caso, una reedición de “Austria-Hungría”, de Perlongher. (Y para una etapa más ambiciosa estamos tratando de negociar los derechos de “Los anillos de Saturno”, del bueno de Sebald.)

jueves, marzo 02, 2006

Los estantes vacíos

ISBN 10: 987-21040-7-7
ISBN 13: 978-987-21040-7-8

miércoles, marzo 01, 2006

Griales (2)

Pequeños editores de la Argentina, uníos y tomad nota: aquí los cinco consejos finales de la revista PyME para perdurar en el fangoso mundo de las industrias culturales. En este caso, lo que NO hay que hacer.

1. No es un proyecto hippie. Se busca ganar dinero aunque no sea la principal motivación para poner en marcha el negocio.
2. No hacerse la pregunta “¿por qué lo haría?”, sino más bien “¿por qué no?”. En principio nada es una locura. En este campo, incluso el proyecto aparentemente más delirante quizás merezca al menos ser analizado.
3. No suele existir una competencia feroz con las otras PyMEs del rubro. Es bastante habitual que, cuando no se da abasto para satisfacer la demanda, se pasan los trabajos a las empresas colegas.
4. El socio capitalista no recibe un trato diferencial, como el que sí suele dispensarse al artista, que es comprendido en su sensibilidad y desorden.
5. No es ficticia la “buena onda” que se le atribuye a los emprendimientos de este tipo. Los climas de trabajo generalmente son amenos, alegres y relajados.