miércoles, octubre 31, 2007

Fumata bianca
























En Buenos Aires, a los 30 días del mes de octubre de 2007, los Jurados del Premio Indio Rico que firman el presente dictamen se reúnen para emitir fallo de acuerdo con las Bases del Premio elaboradas por Estación Pringles para la edición 2007 en el género nouvelle, objeto de la convocatoria.
Luego de haber leído con atención los treinta y siete (37) originales recibidos oportunamente, los jurados deciden declarar finalistas a las siguientes obras, presentadas con los seudónimos que se aclaran entre paréntesis:

Berazachussetts (Jorge Romero)
Desgrabaciones ordinarias (Clifford)
La ira del Curupí (Juan Baini)

Discutidas las obras de referencia, el Jurado decide por unanimidad otorgar el Primer Premio a la nouvelle

Berazachussetts (Jorge Romero)

de la que se destacan el estilo desenvuelto y corrosivo con el que el autor tritura las convenciones de género y el modo en que hace coincidir los motivos más emblematicos de la cultura chatarra de nuestros días con la geografía del conurbano bonaerense, para construir un universo ficcional particularísimo cuya mayor virtud es la felicidad con la que se impone al lector.
Berazachussetts es un relato original y cautivante que, al mismo tiempo que conecta con las más desenfadadas tendencias de la literatura actual, reclama una reflexión sobre las complejas y muchas veces absurdas relaciones entre literatura y mundo social.

Una vez abiertos los sobres y verficados los datos, se declaran finalistas a

Mariana Terrón por Desgrabaciones ordinarias
Leandro Ávalos Blacha por Berazachussetts
y Diego Fernando Meret por La ira del Curupí

Se otorgan menciones especiales y recomendación de publicación. a Mariana Terrón, en primer término, y a Diego Fernando Meret, en segundo término. El ganador del certámen, Leandro Ávalos Blacha, fue notificado en el acto de la decisión del jurado.

César Aira, Daniel Link, Alan Pauls

martes, octubre 23, 2007

Esto no es una presentación

Editorial Entropía y la Fundación Centro de Estudos Brasileiros invitan a

Buenos Aires/ Escala 1:1
en la FUNCEB

Leen Marina Mariasch, Iosi Havilio y Félix Bruzzone
(Entonces: es una lectura, la presentación “oficial” es el mes que viene.)

Jueves 25 de octubre, 19hs.
Esmeralda 969

martes, octubre 16, 2007

“Mapa de fantasía para narrar a Buenos Aires”

Por Julián Gorodischer [para el suplemento Cultura de Página/12]

La visita a la ciudad literaria, que se desprende de la ficción reciente, empieza en Palermo, narrado con una furia digna del colombiano Fernando Vallejo (La virgen de los sicarios), en la antología recién publicada Buenos Aires. Escala 1:1 (Entropía), allí donde se escribe que “como Cambridge, como Padova, como la Sorbonne, el barrio de Palermo cuenta, también, con su propia universidad. La Universidad de Palermo, privativo palacio de la memoria. Aunque su proyecto académico más verosímil a la fecha sea la loable tarea de auspiciar, con representativa gentileza, a Los Simpson. Por Fox”. El mérito del paseo de Nicolás y Adrián en el relato Palermorama en seis vuelos rasantes, de Nicolás Mavrakis, es incorporar la palermidad a la forma, empapar la mirada de los que andan de una liviandad menos ligada a lo etéreo que a lo intrascendente. El “territorio” ingresó con fuerza a la ficción de este año, tomando partido por el Contarás tu aldea en El Once (Alfaguara) de Marcelo Birmajer y en Filcar, ese híbrido agudísimo entre el ensayo y la crónica que Alan Pauls les dedicó a ciertos emblemas del ex Palermo rojo en el libro Diagonal Sur (Edhasa).

Completo, aquí

miércoles, octubre 10, 2007

¿Qué escriben los que nacieron después de 1960?

MARTÍN KOHAN
IGNACIO MOLINA
PATRICIA RATTO
PAULA VARSAVSKY

Y el bonus track intergeneracional:
MARÍA ROSA LOJO

Coordina ELSA DRUCAROFF


Domingo 14 de octubre, 18 hs

CasaBrandon
Luis Maria Drago 236 (a dos cuadras de Canning y Corrientes).
Parque Centenario, Buenos Aires

jueves, octubre 04, 2007

Paula 2.0

Anticipándonos a la inminente segunda edición de ¿Vos me querés a mí?, de Romina Paula...

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[El placer no es una variable, por Alejandro Soifer para "Alrededores"]

La época de la abulia existencial tiene diversos epígonos y ha encontrado en cierta literatura de nuestros días, una encarnación proliferante.
Puede pensarse una trama que entrelaza la estética del Nuevo Cine Argentino con la de algunos de los escritores nóveles que empiezan a ver la luz de la existencia por mano de algunas editoriales que están apostando a esta literatura fresca.
En ese sentido, la Editorial Entropía lleva la delantera en cuanto a preciosas publicaciones de interesantes nuevas promesas del campo literario y de la estética de existencias abúlicas.
La editorial pareciera estar encarando la edición de sus libros siguiendo la regla del “secreto del éxito” de toda pequeña editorial: publicar para determinada pequeña porción de mercado que las grandes editoriales descuidan. Lo que se llama “el nicho editorial”.
Entropía por su parte, pareciera haber encontrado su nicho en lo que podría llamarse “la efervescencia de Puán”: la construcción de lo cool y lo integrado que es ser de Letras en este momento o ser del palo de Letras (basta recorrer los centenares de blogs e intervenciones en blogs de satélites de la carrera, los encuentros de estudiantes de letras, los ciclos de lecturas de narrativa y poesía que se expanden por cuanto antro haya en la ciudad, la importancia de las nuevas revistas literarias de Letras y las intervenciones mediáticas de gente de letras que adquirió, con el Caso DiNucci del verano 2007 su momento de mayor exposición).
“El mundo como supermercado” es el inteligente título (no así tanto el libro) que le puso Michel Houellebecq a una colección suya de artículos de revistas. En momentos en que es clara la forma en que los ciudadanos somos tratados como consumidores a los que se nos intenta vender cualquier cosa como se intentaría vender jabón en polvo, también hay una literatura que puede ser de consumo masivo pero que al mismo tiempo, está contaminada de guiños formales, estructurales y de contenido que harían sonreír de satisfacción a cualquier estudiante que haya aprobado Teoría y Análisis Literario I.
“¿Vos me querés a mí?”, primera novela de Romina Paula se inserta en ese preciso espacio.
La novela toca varios tópicos de la insatisfacción juvenil y en su apuesta por una retórica ampulosa y vacía, desarrolla su problemática: la duda.
Enunciada desde el título, la duda es duda de todo: los valores familiares, el amor, la verdad, la sexualidad, las fantasías, la normalidad, la muerte y el psicoanálisis.

Para leer el resto del texto, pulse aquí.

martes, octubre 02, 2007

lunes, octubre 01, 2007

Micronesia

[Microrrelato publicado en Perfil por nuestro escritor en boga, SMD]


Estoicismo para lactantes

Por supuesto que yo también tuve padres, niño. Y que mis padres tuvieron padres. ¿Qué más quieres saber? Ya te lo he dicho. Éramos multitud. Estábamos aquí desde siempre; teníamos un linaje más antiguo que la hierba. Vestíamos pieles de bestias rastreras. Desollábamos serpientes y cubríamos nuestras vergüenzas con angostas escamas. Y pasábamos frío. No creas, niño, que no pasábamos frío. Sufríamos los inviernos y nuestra gente era diezmada por el viento del Norte. ¿Qué me puedes decir tú? ¿Te gustan tus estufas, tus bufanditas? Nosotros moríamos en los brazos de cualquiera, sobre la nieve. Metíamos los pies entre las vísceras de los cadáveres tibios. Encendíamos fogones con los bosques y asesinábamos por dormir junto a las brasas.

¿Te preguntas, niño, por qué Dios nos daba la espalda? Pues no había un Dios magnánimo. Más bien, criaturas caprichosas que hacían sus cosas sin meditar. Una lloraba y hacía llover, otra eructaba desde el Sur y traía la primavera. Ahora le llaman animismo, niño. Pero, qué podrías saber tú de animismo, si te despiertas cada mañana y te acercan calostro caliente a la cuna.

¿Quieres saber si teníamos un rey? Claro que sí, muchos. Nerón, se llamaba el mejor. Era imponente. Entraba a palacio entonando la lira y todos callaban. Nos dejó tan joven... Dicen que incendió Roma. ¡Falso! El hombre estaba en Anzio, ajeno de todo, concupiscente con las Camenas. Dicen que mató a su madre. Puede ser. Que mató a su hermanastro. Pareciera que sí. Que instigó la muerte de su tutor. Seguro, cualquiera hubiese hecho lo mismo.

Es que tú no conociste a Séneca. Intrigante, jactancioso, indolente. Todavía lo recuerdo, niño. Llega el centurión y le anuncia: Nerón quiere que te mates. Séneca como si nada. Se mete en la tina y se corta las venas. Pero la sangre apenas mana; es un hilito viscoso y morado que ensucia su brazo izquierdo. Pasa el tiempo y el militar se impacienta: Señor, ¿podría hendirse el puñal detrás de los tobillos? Sí, claro, y se tajea de nuevo. Percibe, con decepción, que cada diástole apenas impulsa la sangre. Con dos cortes más podremos sortear esta demora, ministro. No hay problema, responde el viejo y se hiere detrás de las rodillas. Pero no hay caso: la hemorragia no mata.

Al centurión se le hace tarde. Se le ocurre decapitar al anciano; lo sugiere. Pero Séneca quiere cumplir con precisión las órdenes de su entenado. Exige a su médico que prepare un poco de cicuta. Toma un primer trago y espera. Tráiganme otro, pide al rato. Apura una segunda dosis. Nada. Sigue divagando: “Lo importante es no oponer resistencia cuando se aproxima lo inevitable”, dice a sus hijas. También adoctrina a su mujer: “Has nacido mortal. Has parido mortales. Debes pensar en todo. Esperarlo todo”.

Finalmente, propone una solución. Llévenme a los baños, reclama. Y que me cubra el vapor. El vapor lo cubre y, entonces sí, niño, Séneca se desvanece en el aire.

Ahí están. Nerón y Séneca: mis hermanos. ¿Qué más quieres? ¿Te intriga saber si teníamos contacto con los muertos? ¿Ansías saber de dónde vinimos? Pues a mí no se me antoja contártelo ahora. Quédate con esto. Y cada vez que te compren guantes de lana, cada vez que te pongan la camperita impermeable, acuérdate de Séneca, niño felón. De Séneca y de su máxima: “Nadie nace impunemente”.