martes, septiembre 29, 2009

Fogwill by Oloixarac

Miercoles 30, presentación de Cuentos completos, de Fogwill
En La boutique del libro, Chacabuco 459, San Isidro, 19hs
Participan: Pola Oloixarac y el autor.

viernes, septiembre 25, 2009

Poemas para usar

[Por Silvia Hopenhayn, para La Nación, a propósito de El tesoro de la lengua, de Ariel Schettini]

No siempre lo que se dice se escucha, ni lo que se escribe es leído. Pero ¿qué pasa cuando los registros se cruzan, el lenguaje comulga con el cuerpo, y entonces lo que se escribe, se escucha? ¿Qué ocurre en ese momento casi neblinoso, cuando las palabras se trasladan en busca de alguien que las pronuncie, que se las ponga, vistiéndose de signo? Es casi un momento de coincidencia, o sea, de felicidad.

Ariel Schettini, domador de dogmas y finísimo testigo del susurro del lenguaje, revolvió los tesoros de la lengua hasta encontrar esos poemas más escuchados; los que forman parte de la vida cotidiana, poemas que se recitan en distintos ámbitos, ya sea escolares, callejeros o amorosos.

Su libro, recién publicado en Entropía, se titula, precisamente, El tesoro de la lengua - Una historia latinoamericana del yo, con el subtítulo: "Una antología razonada de los poemas más escuchados en América latina". ¿Qué significa esta propuesta? En realidad, es una invitación al viaje más rebelde, menos asible: el viaje de la literatura.

Schettini eligió quince poemas, y cada uno viene acompañado por una peripecia crítica, un abordaje exquisito y punzante del autor (a la manera de lo que en Francia se llama commentaire composé). Comienza con "Redondillas", de sor Juana Inés de la Cruz, y sigue con Andrés Bello, Rubén Darío, Amado Nervo, César Vallejo y Octavio Paz, entre otros.

El recorrido parece azaroso, pero es el azar de la memoria. De lo que aparece sin que se lo llame. Como señala el autor, son poemas que van hacia la memoria, poemas a los que la lengua necesita y usa. De allí que el método confeso en este libro es el de la captación y el aprendizaje. "El método exigía aprenderlos de memoria, es decir, hacerlos partes del cuerpo, aceptarlos como lo extraño que vive en nosotros".

Se trata pues de la "colisión entre poesía y sentido común". Hay algo de verdad en lo que estos poemas anuncian: quizá de allí provenga la persistencia para hacerse escuchar. Verdades que parecen provenir de una violenta expulsión.

Se procura "liberar al poema de su historia". Schettini abre las puertas de todas las celdas y sale a pasear con los poemas a cuestas. Los lleva al gimnasio, al bosque, de vacaciones; los ata a la pata de la silla para compartirlos con amigos en el bar de alguna esquina amigable. Y cada yo (del poema, del autor) se vuelve varios. Schettini lo anuncia: "el primer lugar indiscutible del yo es el diálogo, es decir, la incertidumbre". De allí que "el concierto barroco de Lezama Lima, en su poema "Llamado del deseoso", presente al yo deseoso de extralimitarse, de hacer de América latina una identidad en primera persona del plural. En cuanto al famoso verso "Puedo escribir los versos más tristes esta noche" (Neruda), el autor distingue el poder de serpenteo del alejandrino, esa pincelada de la voz que "permite el detalle y la demora en la minucia". La rima es a veces vista como "cárcel, placer o forma de dominio". También la rima es azar, o lo que el cálculo realiza como ocurrencia.

El libro termina con un "Hasta mañana" (final de "Títere de la moneda", de Arturo Carrera), quizá una forma del autor de despedirse para cambiarse de ropa y hacerse de un poema nuevo.

miércoles, septiembre 23, 2009

viernes, septiembre 18, 2009

Tandem

Agosto, de Romina Paula, y El tesoro de la lengua, de Ariel Schettini, en librerías.


lunes, septiembre 14, 2009

viernes, septiembre 11, 2009

Manigua feliz

Editorial Entropía y Grupo Cultural Independiente Dársena 3 invitan a la presentación de Manigua, de Carlos Ríos.

El encuentro se realizará el viernes 11 de septiembre a las 20 hs. en la librería ¿Quién es Chesterton? (Corrientes 1731, Mar del Plata).

Matías Moscardi charlará con el autor, que luego leerá fragmentos de la novela.

Marplatenses, a las cosas.

miércoles, septiembre 09, 2009

La Tribu

Ezequiel Acuña escribe para Radar sobre Manigua, de Carlos Ríos. Y dice cosas importantes. Como éstas:

-"Manigua es una muy buena demostración de lo que la poesía puede hacer por la narración en prosa. O mejor aún: revela lo inútil de establecer en ciertos casos una separación entre una y otra cuando todo se trata, en definitiva, de métodos y formas de modelar el lenguaje para hacer aparecer mundos exteriores e interiores. La novela de Carlos Ríos es sumamente corta, un libro fragmentado –y fragmentario, como la memoria–, dispuesto para releer por secciones y quedarse atrapado tal vez en un solo capítulo. Porque es un libro corto pero bastante espeso, como si estuviera compuesto por varias capas sedimentadas en donde distintos lenguajes se van apilando y mezclando, formando un barro común, marrón como la tapa del libro. En la historia que se cuenta no parece haber un único estilo, Manigua se define más bien por lo caótico. Y si hay una forma de caracterizarlo es como un libro raro, de una belleza concentrada e inusual."

-"El mundo que construye Carlos Ríos en su novela es cambiante, movedizo –la palabra “manigua” se refiere, precisamente, a algo confuso, pantanoso, de difícil acceso–. Nunca queda claro dónde hay civilización y dónde no. Los espacios y los personajes mutan, y las ciudades se vuelven casas de cartón o simplemente desaparecen sin una regla que marque las progresiones."

-"Manigua es, como su historia, de una belleza inestable, un pequeño caos finamente controlado que casi a punto de desbordarse nos amenaza con su tono arcaico: 'Cuando se apagaron los gritos de los que quedaron atrapados, todavía se escuchaban bajo el barro los timbres de sus celulares'."

La reseña completa, acá.

jueves, septiembre 03, 2009

miércoles, septiembre 02, 2009

Manuel Puig o el gran dramaturgo olvidado

[Por Patricia Suárez, para Crítica de la Argentina]

Manuel Puig es un personaje singular en la literatura argentina. Dueño de un genio como pocos, manejaba una prosa admirable, en la que recurría a cuanto medio se le antojaba para contar una historia (insertaba diarios íntimos, cartas, noticias de los diarios, conversaciones grabadas en magnetófonos, diálogos de películas de Hollywood, críticas de arte), su pluma no temblaba y salía airoso de la prueba. Estos recursos más los diferentes registros de lenguaje a los que solía apelar: desde un español culto, a uno atravesado de modismos brasileños, o barriobajero, hicieron de él el gran renovador de la novela argentina.

Había nacido en General Villegas, provincia de Buenos Aires en 1932, adonde lo llamaban Coco, de muy pequeñito, apodo que él cambió por Toto, cuando se convirtió en personaje de su primera novela en 1968 La traición de Rita Hayworth. Cuando publicó la segunda, un año después, Boquitas pintadas, dejó de ser un miembro querido en el pueblo. Puig construyó toda su obra sobre los recuerdos: especialmente los dos primeros libros del autor estaban basados en dichos y vivencias de su infancia en Villegas y la publicación de los mismos fue en el pueblo un escándalo –hasta hoy muchos niegan haberlo leído–.

La edición del Teatro reunido de Manuel Puig, anotada por el crítico Jorge Dubatti, pone en primer plano el trabajo de un autor teatral que solía estar en sombras. Aunque el total de obras asciende a siete, entre teatro y comedia musical, probablemente su producción fue eclipsada por su brillante novelística.

La nota completa se puede leer acá.