domingo, agosto 30, 2009

Me mandaron una carta por el correo temprano

Editorial Entropía y Casa de la Lectura invitan a participar del ciclo "El género epistolar", que se desarrollará este martes 1º de septiembre a las 20 hs en la Casa de la Lectura (Lavalleja 924).

Estarán presente Graciela Goldchluk, Eric Schierlon, Diego Bentivegna, Claudia López y Horacio Tarcus quienes reflexionarán sobre la correspondencia de Manuel Puig, Herman Melville, Pier Paolo Pasolini, Victoria Ocampo, Gabriela Mistral, Leopoldo Lugones, Horacio Quiroga, Ezequiel Martínez Estrada, Luis Franco y Samuel Glusberg.

viernes, agosto 28, 2009

jueves, agosto 27, 2009

Budassi, la docta

Budassi parte hacia Córdoba para enfrentar desafíos que se nos ocurren impensables desde nuestra centralidad unitaria.

Por lo pronto, este viernes será presentada por David Voloj en El Baúl (Ayacucho 319, Córdoba Capital), hasta donde llegará munida de sus ejemplares de Los domingos son para dormir.

No conforme con ello, durante el sábado compartirá el estrado con el escritor Pablo Natale, en un encuentro pactado en Galileo (Gauss 5700, Córdoba Capital), donde la tertulia versará sobre ese Golem prolífico llamado Nueva Narrativa.

Extenuada, suponemos, regresará luego a la capital de nuestra bienamada república para retomar sus labores periodísticas, o quizás se refugie en su Bahía Blanca natal para presenciar entre eruditos lo que reste del Premundial de Básquet Puerto Rico 2009.

martes, agosto 25, 2009

viernes, agosto 21, 2009

miércoles, agosto 19, 2009

En una playa junto al mar

Se presenta por vez primera Manigua, la novela de Carlos Ríos, nuestro escritor oriundo del indómito Partido de la Costa.

La cita es, tras la caída del sol, en un bajel anclado sobre las arenas de Santa Teresita. Acudid los temerarios. Aquí está la invitación:

Las bases de un teatro cosmopolita

Jorge Dubatti, prologuista de nuestro Teatro reunido, se explaya sobre la obra de Manuel Puig como dramaturgo, en una nota para la revista Ñ, que comienza así:

"Tras ser perseguido por la Triple A, e incluso antes de que fuera censurada su novela The Buenos Aires Affair, Manuel Puig se fue de la Argentina en setiembre de 1973. Frente a las amenazas y el peligro que corría su vida, decidió no regresar. Durante su exilio se radicó, sucesivamente, en México, Estados Unidos y Brasil. A pesar del retorno de la democracia a la Argentina, optó por no regresar. Continuó viviendo en Río de Janeiro hasta comienzos de 1990, cuando se instaló otra vez en México (Cuernavaca), donde murió pocos meses después. Hay huellas de que su alejamiento del país se hace sentir hasta hoy, trauma y continuidad de la dictadura en la posdictadura. Una de esas huellas se reconoce en el teatro argentino: no se ha recuperado aún al Puig dramaturgo como éste lo merece. Para los teatristas locales, Puig sigue siendo un novelista rutilante, pero, en el mejor de los casos, un dramaturgo secreto.

Basta confrontar su rica recepción en los escenarios extranjeros con la escasez de los montajes de su teatro en la escena local (donde, sin embargo, cada temporada se estrenan centenares de otros autores). También es sintomática la casi ausencia de su nombre en los principales libros de historia teatral del período o la escasez de conocimientos sobre su teatro en obras enciclopédicas y diccionarios especializados en teatro. Sin duda, ha habido importantes esfuerzos por revertir esta situación y contribuir al regreso de la dramaturgia de Puig a la Argentina: la edición de tres tomos con sus dramas realizada por el sello Beatriz Viterbo en Rosario; algunas puestas en escena, como las dos versiones porteñas contabilizadas hasta hoy de Misterio del ramo de rosas o los dos montajes de la versión teatral (no el musical) de El beso de la mujer araña (uno de ellos actualmente en cartel, en el teatro El Cubo); la consideración de su teatro en los trabajos de investigación de especialistas.

A esos esfuerzos se suma el flamante volumen Teatro reunido (Entropía), que recoge cinco obras. No consideramos parte de ese regreso la versión de El beso de la mujer araña-El Musical, dirigida por Harold Prince en Buenos Aires en 1995. Paradójicamente, en la escena nacional abundan las adaptaciones teatrales de sus novelas (como Boquitas pintadas, versionada por Oscar Araiz y Renata Schussheim). Pero sus textos teatrales, salvo excepciones, siguen ignorados. La producción teatral de Puig incluye ocho títulos, entre dramas y comedias musicales. Puig inicia su escritura teatral en los años de su exilio, como ha escrito Julia Romero: "El comienzo del exilio significó también, para Manuel Puig, el comienzo de una nueva línea en su escritura, una línea que aparece en esbozo en las novelas y que tiene su desarrollo en los textos marginales que comienza a escribir de manera profesional: los guiones cinematográficos y las obras de teatro". Sus dramas son El beso de la mujer araña (1980), Bajo un manto de estrellas (1981), Misterio del ramo de rosas (1987) y Triste golondrina macho (1988). Sus comedias musicales: Amor del bueno (1974), Muy señor mío (1975), Tango de la medianoche (Gardel, uma lembrança) (1987) y Un espía en mi corazón (1988)."

La nota completa se puede leer acá.

sábado, agosto 15, 2009

La naturaleza (o la ausencia de artificio)

[A propósito de Manigua, de Carlos Ríos. Por Oliverio Coelho para Los Inrockuptibles.]

Cada tanto aparecen novelas que rompen silenciosamente con algunas convenciones narrativas, sin subrayar su propio experimentalismo ni escenificarlo en un ámbito que no sea el esctrictamente literario. Manigua tiene la cualidad extraña de ciertos relatos cuya singularidad radica en la naturaleza -o en la ausencia de artificio- con la que presentan el acto de narrar. En las primeras páginas el relato remeda una ficción antropológica. Pasada esa apertura, anécdotas que bordean mitologías tribales -la swahili y la kikuyu- en una atmósfera posapocalíptica se imbrican en las voces del narrador y del personaje. El cruce de voces, la disputa coral, agrega profundidad a un relato que parte de un plano -ese plano helado de las novelas de Bellatin- y se desplaza hacia anécdotas laterales. No son desviaciones del sentido ni digresiones, sino visiones paganas de alguien que ve, recuerda, y conjura la muerte lenta de un hermano. Ese alguien es Apolon, que pone o puso -según el momento de la narración- en riesgo su vida para buscar una vaca y honrar el nacimiento de su hermano en un ritual pensado para su padre. La voz encarnada y atemporal de Apolon refiere, entonces, una odisea terrestre por un suelo calcinado y a la vez mágico: un África traspapelada milagrosamente en la pluma de un argentino que vivió en México y está de vuelta. El narrador -y aquí reside la naturaleza espontánea del experimento, en el paso continuo de la primera a la tercera persona- lleva al extremo esa aventura que remite, de un modo cíclico, a la escena donde el hermano agoniza. En todo caso, en Manigua hay un oído y una voz, y tantos paisajes apocalípticos como sucesos irracionales. Además de poner en abismo el hecho mismo de narrar y dejar que la elipsis apuntale las diferentes capas de la novela, Ríos aborda poéticamente un asunto delicado e imposible: la relación con ese par semidivino que puede llegar a ser un hermano.

jueves, agosto 13, 2009

La torre de Opendoor

La novela de Iosi Havilio sigue despertando adhesiones allende el océano. En este caso, se trata de María José Obiol, quien reseña la edición española de Opendoor para Babelia, la separata cultural española por antonomasia.

Obiol nos dice esto:

"Ya sea en el puente desde donde alguien se lanza al río o en el establo donde un caballo agoniza o en ese instante en el que una adolescente descarada se ofrece, donde sea, la rutina no cesa de conspirar contra la mujer que habita la novela: una joven empleada de una clínica veterinaria que mira al techo mientras a su lado duermen tanto el amante viejo como la memoria de una mujer que en la oscuridad era de una manera y en la luz de otra. No hay duda de que Iosi Havilio (Buenos Aires, 1974) ha logrado que su primera novela expanda una sensación de agobio proveniente tanto de una parte del escenario, ese sitio llamado “Opendoor” donde se puso en práctica la medicina psiquiátrica de puertas abiertas, como del espacio cerrado de la propia mente, esa habitación sin vistas donde se desenvuelven los personajes muy logrados de esta novela. En Opendoor, la luz está en sus imágenes sombrías, en su desnudez tremenda. La historia está hecha de voces que apenas dialogan y cuyo entendimiento es de gestos casi primitivos. Lo terrible no es lo que sucede sino ese perverso cotidiano de los días que se repiten, esa retaguardia desoladora de la rutina. Aquí, en esta novela, el autor documenta el vacío y lo narra con eficiencia, pues a quien lee, le llegan tanto la desesperanza de los días como la mirada observadora de la protagonista, la mujer de la que no sabremos su nombre. Acompañándola está el sexo resuelto y desvergonzado de casi una niña, el cansado amante, el salto al vacío, un enamorado funcionario y un labriego asalariado. Pero Opendoor no es una novela coral sino de cantos solitarios, de claves íntimas, y encierra una historia que se rumia y no se olvida."

La reseña, es prístino como las aguas del Tajo, mola mogollón.

martes, agosto 11, 2009

Conquista del margen oriental

Nuestra política expansionista sigue rindiendo frutos.

En este caso, enviamos una avanzada hacia el margen oriental del río Uruguay encabezada por el eximio traductor de lenguas germánicas Ariel Magnus. Una vez sobre el terreno, este jueves, presentará en el Goethe-Institut de Montevideo Conquista de lo inútil, de Werner Herzog. Junto a él, aportarán sus saberes Ana Inés Larre Borges (crítica literaria y periodista) y Ronald Melzer (crítico de cine).

Aquí se puede leer el anuncio formal de nuestro desembarco en las tierras de Felisberto Hernández.

lunes, agosto 10, 2009

El martes, orquídeas

Tal como se informa acá, este martes, desde las 19 y hasta el amanecer, nuestra Sonia Budassi estará departiendo sobre literatura con Samanta Schweblin y Mariana Enriquez, en Eterna Cadencia (Honduras 5582).

De más está decir, recomendamos enfáticamente la asistencia.