martes, octubre 18, 2016
Las partes del que fui
jueves, julio 21, 2016
“Lo temido y lo deseado son parte de lo vivido”
Entrevista a Edgardo Cozarinzky en La Gaceta de Salta. Por Verónica Boix.
lunes, julio 11, 2016
Opulencias del recuerdo
Por eso es que importa tanto esa concentrada concisión como un indicio para el intento de desarmar, sacar a la niñez de su inapelabilidad como relato. El propio inicio, que lleva por título «Elegía», acarrea la potencia del subjuntivo como modo verbal en análogo vínculo con ese deseo de escribir algo de todo eso otro que no fue pero es, o quiere ser, en la escritura:
Él odia al niño que fue.
Decide vivir los años de vida que le quedan como el niño que nunca fue, que hubiese querido ser y no se atrevió a ser, o acaso haya sido intermitentemente, perdido entre los roces y el desgaste de crecer. De ese niño espera que le devuelva una mirada que descubra el mundo, aunque solo fuera el mundo estrecho y mezquino en que creció.
Si yo pudiese enseñarle a sortear los obstáculos que le empañaron la vida, a preservarle la mirada ya sin miedo de bautizar lo que veía, de inventarle nombres que no fueran los que imponían los adultos, si pudiera decirle que la timidez corroe el alma y son la temeridad y la insolencia y el arrojo quienes pueden guiarlo en el camino que lo espera y solo él podrá recorrer, y no es el que le han pautado, si pudiera pedirle que viva más allá de los años una infancia no domada, sin sumisión ni escondite.
Si pudiera.
En esa muerte elegida, en ese entierro de la niñez, como dije antes, por la escritura, son los fragmentos –como forma que corta la linealidad que se supone comienza con la infancia y gradualmente lleva en la teleología de la vida a la madurez– los que sostienen ese otro modo de explorar los destellos de la tachadura de lo pasado como originador de un presente ineludible por su propia impronta anterior.
Un desvío que se me hace propicio aquí es el mismo comienzo de un texto homenaje a Roland Barthes escrito por Cozarinksy en 1980. Esa memoria comienza con un epígrafe de Sade, Fourier, Loyola, donde Barthes proponía «el robo: fragmentar el antiguo texto de la cultura, de la ciencia, de la literatura, y diseminar sus rasgos según fórmulas irreconciliables, del mismo modo en que se maquilla una mercadería robada» como «única reacción posible» a la ideología burguesa y que Cozarinsky llama en ese texto una «epifanía personal». Como en Borges, como en Benjamin, Cozarinksy lee en Barthes al «escritor ‘en’ ladrón que maquilla una mercadería robada» (109), así como él mismo lo hace en Niño enterrado. Una cita, por ejemplo, de la novelista italiana Anna Maria Ortese sigue inmediatamente la «elegía» inicial: «¿Quién, de los niños que yacen en la tumba de una carne adulta, de una voz madura, pudo alguna vez volver atrás? ¿Quién pudo? ¿Quién?» (11). «Tumba de una carne adulta, de una voz madura» decía Ortese, la escritura es el mecanismo por el que la madurez ha decidido desarmar esa condición
lunes, mayo 30, 2016
Entrevista a Edgardo Cozarinsky
Guillermo Piro y Rafael Toriz entrevistaron a Edgardo Cozarinsky por la salida de sus dos últimos libros: Dark (Tusquets) y Niño Enterrado.
La entrevista para LQM (Libros que muerden, Radio Cultura) se puede escuchar completa en este link
lunes, mayo 09, 2016
La gran Cozarinsky
Por Daniel Link para Perfil.com
viernes, mayo 06, 2016
El pasado permite novelar con mayor libertad
Entrevista a Edgardo Cozarinsky en Ciudad Equis, La Voz del Interior.
Por Gustavo Pablós
jueves, mayo 05, 2016
Niño enterrado, de Edgardo Cozarinsky
Por Matías Raia para Otra Parte Semanal
lunes, abril 25, 2016
Las galerías de la memoria
Edgardo Scott escribe sobre Niño Enterrado y Dark, de Edgardo Cozarinsky para Ideas La Nación
lunes, abril 11, 2016
Blanco Nocturno
Dos libros de Edgardo Cozarinsky marcan su regreso a la ficción y el perfeccionamiento de su capacidad para la miscelánea, la pincelada reflexiva y al paso, la descripción de paisajes urbanos sumergidos y ásperos. La elegía por una temprana juventud donde anidaban tesoros, deserciones y promesas de futuro anuda ambos volúmenes: Dark, una inmersión en las aventuras nocturnas de los años 50, y Niño enterrado, fragmentos de un peregrinaje que no cesa.
Los que aman, odian. Así sentenciaron hace años, con ese pegoteo filoso apenas separado por la coma, Bioy y Silvina Ocampo, sin aclararnos si al revés las cosas funcionaban parecido o diferente. ¿Los que odian, aman? No es que la respuesta sea ni perentoria ni decisiva pero viene muy a cuento cuando uno se topa con la primera frase del primer texto de Niño enterrado. “Él odia al niño que fue”. Es evidente que no hay, no habría lugar aquí, para el amor. No es creíble que, en el fondo, “él” amara al niño que fue, ni al adolescente/ joven que fue y que empezará a tallar su novela de iniciación en el libro contiguo, Dark. Y sin embargo, en algún momento crucial de esta novela resonará un grito desgarrado, de furia y rabia (“¡Te quiero, pendejo!”) y quien al final del recorrido declara ese afecto, ese amor a los gritos, bien podría ser el doble, o uno de los dobles que rondan por estos libros como fantasmas inquietos del pasado. Quizás no estemos tan lejos de una reconciliación entre el niño que fue y los adultos que le siguieron aunque de lo único que estemos seguros es que los que aman, odian.
viernes, abril 01, 2016
El pasado es un país extranjero
Pedro Rey comenta en La Nación los último dos libros de Edgardo Cozarinsky: Dark (Tusquets) y Niño enterrado.
Aventuras de un cachorro de escritor invitado a vivir en los márgenes
Entrevista a Edgardo Cozarinsky por la salida de sus libros Dark (Tusquets) y Niño enterrado.
Por
Jorgelina Núñez para Clarín Cultura.
lunes, marzo 28, 2016
"Detesto la nostalgia. No quisiera haber vivido en otro tiempo que el que me tocó"
Entrevista a Edgardo Cozarinsky por la salida de sus libros
Dark (Tusquets) y Niño enterrado. Por Pablo Gianera para La Nación.
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| Foto: Sebastián Freire |
lunes, marzo 21, 2016
Literatura y mala vida
Por Patricio Zunini para el blog de Eterna Cadencia








