viernes, agosto 31, 2007

A New Hope

El cierre del concurso Indio Rico se prorroga hasta el 30 de Septiembre.

lunes, agosto 27, 2007

Talking' Bout A Revolution

[Literatura y mercado, vía Rufián Melancólico]

(...) Esas apuestas cortoplacistas de la ganancia inmediata llevan indefectiblemente a la pérdida: pérdida de lectores, pérdida de posibilidades con libros editados que terminan en saldo porque nadie se siente motivado a apostar por un escritor joven argentino.
Lo más irónico es que la literatura argentina contemporánea queda relegada al lugar de lo no-mainstream y se genera un nicho de mercado que es el que está sabiendo aprovechar la revolución llamada Editorial Entropía.

Entropía publica algunos de los mejores libros de literatura argentina contemporánea, apuesta a la calidad, el diseño, el precio, la selección y los nombres poco difundidos. Y gana.
¿Gana dónde? Gana en ese nicho de mercado que somos nosotros: lectores obstinados, estudiantes de humanidades, apostadores a una nueva narrativa, gente que ha logrado superar sus prejuicios (hasta hace un año y pico sólo leía literatura francesa y norteamericana), intelectualoides de blog, gente que asiste a lecturas, etc.

Todo, acá.

jueves, agosto 23, 2007

Mártires

[microrrelato de Iosi Havilio, publicado en Perfil]

Muy temprano, demasiado, un estruendo de trompetas, bombos y platillos, irrumpe en el supermercado chino de Olavarría y Martín Rodríguez. Un sonido explosivo que intento esquivar como si viniera seguido de un golpe o de esquirlas. Los chinos también se sorprenden. Incluso alguno se anima a dejar su puesto en la caja para dar unos saltitos hasta la vereda. Para ver qué hay. Me apuro en comprar lo que vine a buscar: pan, café, manteca, detergente y algo de fruta. En la caja, para ir desasnándome, le pregunto al chino adolescente qué pasa afuera. El chino me sonríe, y con una mano toca una trompeta imaginaria. Salgo y lo que se ve en la esquina, a unos treinta metros, delante de la iglesia, es lo más parecido a una película sobre la mafia. Un película de época y de bajo presupuesto. Una celebración.

La calle está cortada por un autobomba. La banda, integrada por hombres uniformados, igual a carteros antiguos, con boinas y atriles portátiles, no para de tocar. Son músicos octogenarios que inflan los cachetes, le pegan al parche, o hacen chocar los platillos con una parsimonia asombrosa. El repertorio se compone de cinco o seis canzonettas y un par de arias que se repiten aleatoriamente con intervalos de cinco segundos entre una y otra. A parte de la banda, están los fieles que serán en total unos cincuenta, mayoría de mujeres mayores y chicos chicos, y el público en general, que pasa ocasionalmente por la esquina, una esquina inevitable un domingo por la mañana. Ahora que levanto la vista veo un pasacalle en la entrada de la iglesia que lo explica todo: “Santa Molfetta Virgen de los Mártires”. De pronto, se abren las puertas de la iglesia y los fieles al unísono agitan pañuelos blancos para saludar a la figura de la virgen que sale en andas sostenida por cuatro curitas jóvenes. Tarde me doy cuenta de que estoy en la zona acordonada. En medio de la procesión, entre la virgen y la banda. Y tengo que ponerme a caminar para que no me atropellen. Alguien que no se deja ver nos conduce con un megáfono y va marcando el recorrido. Vamos por Olavarría, cruzamos Brown y después Necochea. La virgen me lleva hasta la plaza Solís, la de las historias macabras. La plaza de todos los dealers. Donde se consigue la droga más barata del mundo. Bordeamos la plaza y pasamos delante de la villa con vista al río. La villa chica, la villita. Delante nuestro, debajo de los puentes, por encima de la villa, el horizonte. Y la mecha encendida de los destiladeros del doke en lo otra punta. No se sabe por qué, por momentos, la banda deja de tocar y sin aviso, con vehemencia, vuelve con todo. En una especie de corral, al frente de una de las casetas de la villa, un cerdo gordo, a punto de reventar, rasca la tierra. Y no sé si no me mira. Nos acercamos al río y un barco de prefectura que echa vapor nos espera haciendo sonar su sirena. La virgen se embarca y los que nos quedamos en tierra firme la saludamos con una mano en alto. Con o sin pañuelo. Después, todos se empiezan a besar, algunos, emocionados, lagrimean. Me llega el turno. Dejo las bolsas del supermercado en el piso y me entrego al ritual. Un chico de unos quince años, bien morocho, las cejas tupidas, la frente brillante, peinado para atrás con mucho gel, se acerca para darme la mano y un beso en la mejilla. No sé por qué me nace abrazarlo. Fuerte, con ganas. Y por un instante, apenas, apoyo mi cabeza sobre su hombro. Tatuado en el cuello, un pequeño dragón escupe fuego cerca de mis ojos.

jueves, agosto 16, 2007

The Final Countdown

Atención, nouvellista bonaerense, te quedan quince días.

miércoles, agosto 15, 2007

Más ruido

Sigue en cartel –luego de seis meses– “Algo de ruido hace”, la obra de nuestra novelista Romina Paula (ahora, además, integrando la programación local del Festival Internacional de Teatro de Buenos Aires).
Todos los miércoles (¡hoy es miércoles!) a las 21hs, en el Espacio Callejón.

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Clarin dijo esto:

“...Esta es la segunda obra de Romina Paula (28), que está a cargo de la dirección y la dramaturgia, pero además tiene el don del diálogo gracias a un oído absoluto para recrear situaciones orales y verosímiles.
El living de antes y la situación conversacional -tan afín al universo de Manuel Puig-, así como los silencios y la ingravidez de los varones, rápidamente atrapan el interés del espectador. Esteban Lamothe (Nacho) y Esteban Bigliardi (Colo) tienen algo más que un nombre en común. Simplemente hay que ver esas caras y esa gestualidad casi involuntaria, que bien les hubiera permitido ser estrellas del cine mudo...”


viernes, agosto 10, 2007

El contorno del deseo

[Microrrelato de Raúl Castro, publicado en el cultural de Perfil]


Cae, golpeando en las salientes, fragmentándose en infinitas partículas tremulantes, hasta sumergirse en sí mismo estrepitosamente, él.
Recoge unas palabras cercanas; mesa, vaso, ralladuras en la tabla de pino, algunas iniciales cuneiformes bajo la luz oblicua de la ventana; ve el viento en las hojas de la vereda y danza sin moverse, él.
–Sería mejor que no viniese –piensa–. Sería mejor.
Se amarilla con la tarde, se otoña, se envina mientras espera, él.
Si viniese tendría un vestido ligeramente verde, muy liviano, casi como dar vuelta la esquina, ella. Y frío. Porque refrescó.
Pero ya no tiene ganas de abrigar. Prefiere simplemente desear su ir llegando, el de ella. Imaginarla crecer desde la esquina, su pelo suelto, su andar viniendo.
Hay poca gente en la calle. Los coches pasan encerrados en su aire.
La vereda se pierde en la línea de fuga y el círculo rojo del vino va rodando por baldosas de vainilla su reflejo en el vidrio plano de la ventana.
No pasa casi nada, pero anochece.
Paga su vino, deja unas monedas sobre la tabla y se va caminando por donde esperó verla venir. Por donde ella vino muchas veces cuando era posible su llegada.
Atrás de sus pasos los árboles de la calle y las casas se disuelven.
A la vuelta de la esquina comienza el desierto. Una llanura de sal sin límites donde caminar o no caminar es casi lo mismo, salvo eso de mover las piernas. Pero la llanura no es de sal ni de arena, es un desierto de nada.
Se piensa un nombre: Juan.
Juan camina por un desierto de nada, pero puede nombrarse. Puede gritar su nombre. Eso sí, no hay eco. Todavía no llegó el momento de inventarlo.
Puede inventar el agua que es insípida, incolora e inodora, pero no tiene sed.
Si Juan tuviese sed, habría manantial y correría un río por el desierto.
Tiene dos materiales para hacer el mundo: la memoria y la imaginación. Le faltan ganas.
Prescindiendo de las ganas de Juan la nada se vuelve arena por propia voluntad. Una arena muy fina y blanca.
Mientras Juan deja correr la arena entre sus dedos, piensa que si no actúa todo volverá a ser como era, porque “lo mismo” quiere ser.
Detrás del horizonte, el humo negro de la vida flota sobre el contorno azul de la ciudad.
Si la imaginación está hecha del material de los recuerdos, piensa Juan, ¿por qué no pensar lo mismo?
Entonces piensa el bar con la ventana, y la vereda con baldosas de vainilla por donde ella, ahora sí, puede llegar.
Pasan los mismos coches y vuelven a pasar. Las mismas hojas vuelven a caer, la misma mujer del perro negro se detiene en el mismo árbol. Una película sin fin como las que se veían en las viejas máquinas a manivela de los parques de diversión.
Juan piensa sólo un fragmento de tiempo y ahora está cómodo en el retorno de lo mismo. Se recuesta en la góndola de una vieja calesita.
Todavía no está decidido a pensar su llegada, la de ella. No está preparado para verla dar vuelta la esquina y venir por la vereda de baldosas de vainilla, con su paso de encontrarse, pensando en él, ella, balanceando el encuentro con su andar vestido tan liviano a pesar del otoño.

jueves, agosto 09, 2007

El lenguaje de lo imposible

[texto de José María Brindisi, leído durante la presentación de Mockba]

Hace algunas semanas, a partir de los relatos de Mockba, se me ocurría pensar que, a su modo, Muzzio había revitalizado, y por qué no redefinido, aunque con apabullante clasicismo, los términos en que debíamos hablar del género fantástico en la Argentina de estos años. El género fantástico es, se sabe, el género por excelencia, porque trabaja más que ningún otro con la sugestión y con lo ambiguo; y en aquel entonces, cuando me tocó pensar y escribir sobre Mockba –y me disculpo por lo autorreferencial, pero apenas trato de ser coherente-, proponía leer estos relatos en el lenguaje de lo imposible: lo imposible, claro está, entendido como contracara de la medianía, de lo cotidiano, de lo previsible y, mucho más allá, de lo que nos es dado comprender o asimilar. Lo imposible es, también, la muerte, que aquí más que un imán se parece a un secreto, y que como tal debe ser guardado, e incluso negado.

Pero la muerte no sólo es, en este caso, el fin de todo, y sólo a veces es el comienzo de algo. Es más bien un rumor, y al mismo tiempo un meridiano; es el fatum, la fatalidad del destino, sólo que es un destino omnipresente, un destino que asfixia, que lo devora todo, un tatuaje, un mapa sin contornos ni nombres propios. Lo imposible es, en Muzzio, una utopía horrorosa: sus personajes transitan la vida como sombras, como un recuerdo de lo que nunca han sido. De vez en cuando deciden inmolarse: entre la pena y la nada, algunos eligen –fatídicamente- la pena, cuando su única salvación está en no hacerse notar y esperar, con mansedumbre, la muerte. Otros, en cambio, no tienen elección: son muertos vivos, y el horror en ellos es la posibilidad de que los arranquen de esa letanía, que vislumbren cualquier tipo de esperanza.

En su extensión total, aquí.

miércoles, agosto 08, 2007

Agenden

Talando Árboles

Una discusión sobre la situación de la literatura argentina y la industria editorial.
Cuatro jornadas de debate sobre la actualidad de los libros, las editoriales, las librerías, el periodismo cultural, los autores y los lectores. De la crisis a la explosión de las editoriales independientes, de las grandes editoriales a los suplementos culturales.
Durante agosto y septiembre Interzona Editora y Boutique del Libro Palermo Viejo organizan un ciclo de charlas con editores, libreros, periodistas y escritores orientadas a los interesados en los diversos aspectos del libro y su actualidad. Los encuentros se realizarán cada quince días, los días miércoles a las 19 hs en Boutique del Libro Palermo Viejo, Thames 1672.

PROGRAMACIÓN:

/ AGOSTO

• Miércoles 15 de agosto, 19 hs

Editoriales grandes y chicas.
Editoriales independientes y grupos: ¿Competidoras o complementarias?
¿Qué convierte a una editorial en independiente?
¿Las editoriales más chicas se encasillan?
¿Es el lugar que les dejan o el que eligen?
El rol de los editores. Los autores: ¿cómo eligen dónde publicar?
Relación con los mercados exteriores. Traducciones. Importaciones y exportaciones.
Ediciones pagas, concursos, criterios de selección y exclusión. Políticas editoriales.
Vínculos con librerías, con la academia y con los medios.

Participan:
* Alberto Díaz, editor (Emecé y Seix Barral, Grupo Editorial Planeta)
* Adriana Hidalgo / Fabián Lebenglik, editora (Adriana Hidalgo)
* Valeria Castro, editora (Entropía)
* Juan José Becerra, escritor

Coordina: Gabriela Adamo

La programación completa, por acá.

martes, agosto 07, 2007

¡Editores independientes, uníos!

Declaración internacional de los editores independientes, por la protección y la promoción de la bibliodiversidad:

Preámbulo
El papel de los editores independientes, como actores esenciales de la difusión de ideas, de la construcción del ser humano, se encuentra hoy gravemente amenazado en el mundo entero. La bibliodiversidad –la diversidad cultural en relación al libro– corre peligro.
Los editores independientes padecen intensamente los efectos de la globalización económica, que favorece la concentración financiera de este sector, dominado hoy por grandes grupos que poseen los recursos económicos, los medios de comunicación y mecanismos de difusión. La uniformización de los contenidos está en marcha.
La lógica puramente financiera empuja el mundo editorial hacia una mercantilización incompatible con la creación y la difusión de bienes culturales. A pesar de ello el libro debería ser un bien público.
Frente a estas amenazas, nosotros, 75 editores independientes de más de 45 países –entre los cuales hay representantes de colectivos que agrupan en total más de 465 editoriales– reunidos en París, en la Biblioteca Nacional de Francia, del 1º al 4 de julio de 2007 en el Congreso internacional de la edición independiente, reafirmamos nuestra determinación de resistir y actuar unidos.

Todo, todo: por acá.

lunes, agosto 06, 2007

Entre el sugerir y el mostrar

[reseña de Opendoor, por Solana Schvartzman, vía no-retornable]

Al leer Opendoor, la ópera prima de Iosi Havilio, en seguida me vinieron a la mente las siguientes palabras de Eduardo Grüner: “Si hay un imperativo ético para la poesía y el arte (…) es la de no dejar de buscar esa representación… pero guardarse muy bien de encontrarla. Es la reivindicación simultánea del anhelo y la imposibilidad: y ya sabemos muy bien lo que nos advirtió Freud sobre la satisfacción del Deseo: que es siniestra.”

En Opendoor conviven dos sensaciones distintas. Por un lado la sensación de una búsqueda siempre frustrada: montones de enigmas no resueltos, empezando por la voz de una protagonista que no tiene nombre y que se nos presenta más como configurada por los hechos que como propietaria de su accidentado andar. Por otro lado, y en paralelo, nos encontramos con la sensación de que la novela mete el dedo en la llaga, muestra en forma siniestra lo que a veces parecería mejor no ver: el modo en que un cuerpo suicida cae al suelo, el rostro de un cadáver, el beso entre dos hermanos.

Todo en texto, acá.

viernes, agosto 03, 2007

jueves, agosto 02, 2007

¿Valdrá la pena?

¿Servirá para algo? ¿Se venderán más libros?
¿Algún autor de la casa está particularmente interesado? ¿Alguno se ofrece como caso testigo? ¿Molina, Havilio, Muzzio, Link?

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Opción Libros lanza su quinta convocatoria.

El objetivo de este programa de Fomento a la Diversidad Bibliográfica es auspiciar y difundir la tarea de las pequeñas y medianas editoriales, facilitando la llegada y promoción de sus títulos en las librerías adheridas.

Las bases completas, acá.

miércoles, agosto 01, 2007