miércoles, febrero 27, 2013

Radiaciones lejanas

Rodrigo Ottonello lee Cuaderno de Pripyat, de Carlos Ríos, y escribe su reseña para Los Inrockuptibles:


«La literatura argentina no es ni tiene por qué ser literatura sobre la Argentina. Cuaderno de Pripyat, segunda novela de Carlos Ríos, es un relato sobre las radioactivas ruinas ucranianas en torno a la explotada central nuclear de Chernobyl. De hecho no es la primera vez que un escritor local se ocupa del tema: lo hizo Juan José Saer en uno de sus últimos cuentos (“Lo visible”) y Ríos lo reconoce en un epígrafe. Sin embargo de ello no se desprende que Cuaderno de Pripyat sea la negación del color local en un momento en que buena parte de que la literatura local se aferra intensamente a la descripción de rasgos y gestos nacionales. No lo es porque se despega de un localismo para aferrarse a otro: en vez del Conurbano, la periferia de la Unión Soviética.

El protagonista de la novela se dedica a mirar antes que actuar y a yuxtaponer sensaciones antes que a expresar lo que siente; llega a la ciudad de Pripyat para hacer un documental y en su habitación de hotel se dedica a componer collages; es, en definitiva, muy parecido a los argentinos pasivos y con dificultad para decir de los que nos hablaron tantos relatos de los últimos tiempos, más interesados en describir paisajes y costumbres que en narrar. Cuaderno de Pripyat se construye intercalando testimonios de habitantes de la ciudad, postales sombrías de las zonas en las que se supone que no debería vivir nadie, escenas de vidas contaminadas por la radiación y retazos de los pensamientos torturados de su protagonista. El conjunto luce descompuesto, tal vez en un intento deliberado por dar cuenta del mundo en ruinas del que habla. Ello no quita que haya pasajes intensos, crueles y hermosos, como aquél en que los bueyes plantean revelarse contra los carniceros y destruirlos, pero enseguida se preguntan si luego no serán otros hombres quienes buscarán sus carnes y si eso no será aún peor. Son fragmentos cuyos diálogos con los otros fragmentos quedan en silencio para el lector, quien oscila entre reconstruir lo que no se dice o resignarse y aceptar que solo hay destrozos.

En su primera novela, Manigua (09), Carlos Ríos también se había ocupado de lo lejano, contando viajes de tribus africanas a través de desiertos y de ciudades de cartón y plástico. Allí, también atendiendo a lo desolado y descompuesto, introduciendo cierta mirada antropológica, Ríos había construido un relato con ritmo de aventura que lograba ser singular. En Cuaderno de Pripyat, en cambio, la búsqueda de nuevos horizontes literarios parece limitada a la búsqueda de nuevos paisajes extranjeros, cuando quizá lo que importa, menos que a dónde mirar, es con qué ojos hacerlo.»

lunes, febrero 18, 2013

Melodías sin nombre

Javier Mattio lee Andrade, de Alejandro García Schnetzer, y escribe su reseña para Ciudad X, el suplemento cultural de La Voz del Interior:

«En un procedimiento diametralmente contrapuesto al de la “novela histórica”, Alejandro García Schnetzer (Buenos Aires, 1974) recurre en Andrade, su segunda novela, más a una impostura histórica que a una mera reconstrucción temporal. Interponiendo pasajes realistas subvertidos por un porteñismo “de época” junto a citas apócrifas y de una erudición hilarante que van puntuando la narración de manera transversal, la nouvelle narra las divertidas andanzas de Andrade y Galíndez, dos buscadores de libros usados en la década de 1940 en Buenos Aires.

El protagonista es un ex pianista y viudo de 40 años, Lucio Andrade, que obtiene trabajo en Librería del Sur, una librería de viejo situado en “Moreno y Defensa” atendida por el anciano Villegas, quien pronto le saca a Andrade todo entusiasmo económico respecto al oficio. Así y todo, nada impedirá que Andrade se embarque junto a su colega Galíndez en una serie de descabelladas búsqueda bibliófilas encargadas por su patrón, que incluyen fallidas e inútiles excursiones a bibliotecas que no valen nada.

“El hombre. He aquí, amable lector, todo el tema de estas páginas”, dice una de las tantas citas que pueblan Andrade, adjudicada a un tal Padre Jesús Simón S. J. En esa breve admonición con tono de prólogo universal está resumido el amplísimo y a la vez escueto y deliciosamente tratado “tema” del libro, una miniatura híper-artificiosa de un tiempo histórico que es más verbal que temporal y que retrata a un hombre solitario, picaresco y un tanto melancólico que se debate entre su pasado idealizado compartido con la fallecida Esther y un presente turbio, difícil, desmoralizante, en el que intentará hacer pie y encontrar su destino.

“Raleaban”, “intimaban”, “se tomó el espiante”, “el transido”, son algunos de los términos con que Schnetzer invierte la típica sumisión del lenguaje a la época que despliega todo bestseller histórico para construir en cambio un tiempo y un mundo únicos a través de una poética autoconsciente, pensada específicamente para el libro. Así, la historia de Andrade funciona como una proyección oblicua nacida del artificio, a través del cual su autor consigue así y todo narrar una serie de anécdotas convencionales, lineales, que pueden leerse como peripecias novelísticas.

Son las citas, intercaladas en Andrade con las derivas de su protagonista, que Schnetzer pone en juego su gesto más arriesgado: por ejemplo, en una negociación libresca en la que Andrade regatea con una señora que le ofrece sus volúmenes añejos, el diálogo entre ambos está mechado por una supuesta cita del Talmud que reza “Hasta los pájaros del aire detestan al avaro”. Esas menciones, extemporales en una novela tan temporal en apariencia, termina por configurar un artefacto extraño, asumidamente híbrido, que tiene su mayor valor en la moderación de toda agresividad o pedantería: Andrade empieza y termina como una sutil melodía de piano, una pieza sin tiempo que amerita más escuchar el sonido que liberan las teclas que ponerse a pensar en su autor, su tema, su nombre.»

viernes, febrero 15, 2013

Havilio’s Magical Mystery Tour

Iosi se va a Londres para leer, el 3 de marzo, fragmentos de Opendoor en la Jewish Book Week. Reserven ya sus pasajes.



«An acclaimed new literary voice from Argentina, Iosi Havilio comes to Jewish Book Week to discuss his first novel Open Door, an atmospheric tale of solitude that has been likened to Albert Camus’s L’Etranger.

When her partner disappears, a young veterinary assistant drifts from the city towards Open Door, a small town in the Argentinean Pampas named after its psychiatric hospital. Embarking on a new life in the country, she finds herself living with an ageing ranch-hand and courted by an official investigating her partner's disappearance. She might settle down, although a local girl is also irresistible ...This evocative, atmospheric book makes a quiet case for the possibility of finding contentment in unexpected places, with unexpected people.

Iosi Havilio was born in Buenos Aires in 1974. Open Door is his first novel. His second novel is Estocolmo (Stockholm, 2010), and he is currently working on a novel that follows on from Open Door. He has become a cult author in Argentina after Open Door was highly praised by the outspoken and influential writer Rodolfo Fogwill and by the most influential Argentine critic, Beatriz Sarlo.»