lunes, abril 14, 2008

Artificios de superficie

[Reseña de Berazachussetts, por Jorge Consiglio, vía ADN]

Ya en la primera escena de Berazachussetts , novela con la que Leandro Ávalos Blacha ganó el Premio Indio Rico 2007 cuyo jurado estuvo integrado por César Aira, Daniel Link y Alan Pauls, se evidencia la clave que será el punto de apoyo del resto del texto. Hay cuatro amigas que caminan por un bosque con la idea de tomar unos mates y que descubren a una gorda punk semidesnuda, inconsciente, apoyada contra un tronco. Formulan hipótesis sobre cómo pudo haber llegado a ese lugar. Una de las amigas le saca fotos. Finalmente deciden llevarla al departamento que comparten. Más que la voz del narrador son los hechos mismos los que sostienen la figura que impondrá el rumbo de lectura: el sarcasmo. Un sarcasmo que, para encontrar sus raíces, abrevará en un grotesco que se asienta en la inmediatez y en lo "bizarro", rasgo que será explorado con esmero en la trama.

Luego del hallazgo de Trash, la gorda punk, el foco de la acción se abre en cuatro líneas y se corresponde con el destino de cada una de las amigas. Estos diferentes rumbos se suceden como fragmentos que establecen un ritmo sincopado pero, como el hilvanado de la historia no reporta complejidad alguna, el resultado es una sustancia narrativa abierta, de lectura fluida y ligera. Este recurso favorece la tensión de la intriga. Aunque velado, el escenario de la novela es reconocible, sobre todo por los nombres distorsionados de las localidades en las que transcurren los hechos: Berazachussetts, las playas de Burzacapulco, Tolosaka, las aguas del Ezpeletámesis, Lomas de Zamibia, Longchamps ...lysée. La acción parece tener lugar en el sur del conurbano bonaerense; lo notable es que el germen de esta incerteza se vincula con el modo en que el relato desdibuja o retuerce toda referencia precisa para alejarla de su eventual modelo. El universo ficcional, entonces, adquiere una cotidianidad extrañada. Todos los personajes de la novela de Ávalos Blacha son planos y no logran escapar de la rigidez impuesta por una férrea tipología. La gorda punk, de la que en seguida nos enteramos de que se trata de una zombie antropófaga, funciona como disparadora de los destinos de los otros personajes. La elección de esta clase de personajes, cuya entidad remite al maniqueísmo propio de las historietas, no es casual ni arbitraria sino que aporta un ingrediente más a la estética que sostiene el texto y que se completa con dos aspectos: la relación del poder con el abuso y la crueldad, y la miseria como espectáculo.

Berazachussetts es, en suma, un ejercicio narrativo con más herencia cinematográfica que literaria. Un ejercicio que, más allá de los giros de su artificio, no logra encontrar el resorte indispensable para alejarse de la más absoluta superficie.

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