lunes, julio 14, 2008

Sobre Requena y sus discípulos

[por: Juan Terranova, para HiperCrítico]

Requena es la primera novela de Alejandro García Schnetzer. Breve, bien escrita, de trato educado con el lector y sus personajes, el libro, editado por Entropía, cuenta la relación de un filósofo de barrio y erudito reo con un grupo de jóvenes aspirantes a poetas. Aunque incomodan algunos deslices dolinescos, la historia está bien organizada, es ocurrente y se deja leer. Al mismo tiempo, también sirve como base de lanzamiento de algunas ideas menos candorosas.

Biografía apócrifa
¿El ambiente que se teje entre los párrafos de Requena recuerda ineludiblemente a Macedonio Fernández? Sin duda. Ayudado por el la historia de la literatura universal, el relato que construye García Schnetzer es simple. Después de una entrada llena de épica canyengue donde aparece leyendo el Martín Fierro en sánscrito, Requena se queda en el bar y los poetas del barrio le adjudican el lugar de tutor. Con guiños de todo tipo, él les enseña el valor de la arbitrariedad, el poder del error, la irreverencia y la desacralización del conocimiento. Así, entre metafísica de café y noctambulismos varios se desglosa la novela. Palermo es todavía arrabal. La bobería de la admiración va a y viene. Y es predecible que se cite a Kropotkin, a Büchner y a Brahma. Hasta acá todo bien.

No existir es más literario que existir
Una de las ideas fuertes del libro tienen que ver con el remanido tic tardo-borgeano que dicta que si uno quiere ser escritor, es mejor no escribir: la sustracción antes que el aplomo. Así, Requena escribe poco o nada, oculta lo que escribe, y su obra queda en los márgenes de los libros que subraya. Es, sin lugar a dudas, un maestro socrático. Y su prédica no es rara, si no más bien coherente, porque nadie se anima a cuestionar, a esta altura, la determinante influencia del silencio. Sin embargo, esta apología de lo liviano, de lo etéreo, de la sospecha antes que la confirmación, rápidamente empieza a encubrir, a veces la pereza, y más a menudo la imposibilidad. ¿Es acertado hacer de las limitaciones personales una ética? La operación tiene ribetes románticos pero también nefastos. El enunciado “podría haber sido un genio de las letras pero prefirió regar las plantas y pasar el tiempo con los muchachos en el café” cae simpático la primera vez. Pero no paga alquileres y puede esconder narcisismos de prédica purulenta. Requena entonces también es un recorrido por las manías, las taras y las afectaciones literarias que prevalecieron en el siglo XX argentino.

Anacronismo
¿Cómo leer el deliberado gesto anacrónico de Requena? Hay muchas formas de hacerlo. La principal tiene que ver con la defensa de una ideología estética que arma rápidamente parnaso y tradición. (Lo nombres y las filiaciones son evidentes: Borges, Florida, las vanguardias de los años 20, el futuro grupo Sur, pero también Caras y caretas, la bohemia, Shakespeare y Nietzsche.) Pese a esto, Requena se deja leer con placer por el lector que no comparte en absoluto esa ideología, mezcla de biblioteca y nostalgia. Por momentos, la prosa de García Schnetzer suena como esos discos de jazz en estilo que reproducen la música de los años treinta, cuarenta o cincuenta, pero fueron grabados en el 2000. La fritura del disco de pasta no se percibe, pero los timbres, las melodías y los fraseos son los mismos. ¿Por qué negar que algunos de estas remakes pueden producir un raro placer estético? Insisto, hay humor inteligente y buenas lecturas en Requena, y eso vale. Aunque me gustaría dejar sentado que el libro ganaría si sobre el final de la vida del maestro, los discípulos entendieran que la ética de la diletancia es una verdad juvenil, fácil y torpe. Más bien un estilo que una verdad. Arrimo un solo dato. El libro empieza en 1929 y se estira hasta la muerte de Requena en el mismo año 33 que murió Yrigoyen. El simpático recuerdo de Sarmiento dándole de comer a unos patos no alcanza. Los jóvenes filósofos de bar, que relativizan la realidad y el tiempo, van derecho a chocar contra la revolución política y cultural del peronismo.

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