Quizás sepan que tenemos un perfil de Facebook. Una tecnología cuyo manejo se nos escapa casi en su totalidad. Una plataforma infernal, alejada de nuestro habitual recato.
El problema es que el tiempo todo lo erosiona. Y un día descubrimos que nuestro perfil ya no admitía más amistad. Habíamos alcanzado un arbitrario tope de cinco mil amigos y eso, pareciera, era inadmisible para los servidores que alojan la información bajo el ardiente pedregullo de Napa. La red, aparentemente, no puede albergar tanto amor.
Desolados, como es de suponer, resolvimos una medida desesperada. Creamos una nueva página de Facebook, que directamente
rechaza el concepto de amistad. Sí, en cambio, habilita a los hombres y mujeres de buena voluntad a fanatizarse. Al fundamentalismo, fase superior del destemplado afecto.
Los invitamos a sumarse a la cruzada. Contra los impíos.
miércoles, julio 14, 2010
Club de fans
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