lunes, agosto 13, 2012

Incómoda reverberación

Felipe Velasco lee la edición española de Agosto, de Romina Paula, y escribe su reseña para Todo Literatura:

«“Algo así como que quieren esparcir tus cenizas. Algo como que quieren esparcirte”, dice la primera línea de esta novela. Y, a partir de entonces, Emilia, la protagonista de Agosto emprende el regreso a su Patagonia natal para participar en el homenaje fúnebre de Andrea, su amiga de la infancia.

Agosto es, por tanto, el relato de un viaje. Pero no se trata del usual viaje iniciático en el que quedan subrayados los puntos de inflexión en la evolución de los personajes. Todo lo contrario: en este viaje nada se inicia, nada nace expulsado hacia el futuro, sino que el pasado resuena para poner en cuestión un presente estable, pero insatisfecho. De esta manera, podríamos definir el viaje como una incómoda reverberación, algo a lo que contribuye en gran medida la narración en tiempo presente aportando una sensación falsa de avance que, en el fondo, termina transmitiendo estancamiento.

Así, el reencuentro de la protagonista con la época de su niñez y de su adolescencia, que fueron a la vez tiempos idealizados y trágicos, actualizará su vida mediante el uso de la incertidumbre radical más que de la nostalgia.

El estilo utilizado por Romina Paula en esta novela engloba múltiples formas y tonos alrededor de una prosa bastante característica que le permite manejar una universalidad íntima. De este modo, la novela combina la primera persona de una mujer que reflexiona acerca de su vida mientras intenta seguir adelante con un extenso monólogo interior y la apelación a una segunda persona mediante la cual la protagonista se habla a sí misma en momentos decisivos e importantes para ella.

Por tanto, la escritura de Romina Paula da vida a una intimidad indirecta que en un principio podemos considerar que no está contada para nadie o que está relatada para ella misma. Así, nos encontramos con una narración en la que se tratan temas como el amor, la amistad o las preocupaciones que está cimentada sobre las dudas, penas o euforias pasajeras.

En definitiva, Agosto es una novela de carácter introspectivo, que logra adentrarse en los entresijos del pensamiento de alguien cuyo pasado, lejos de ofrecer respuestas, pone en cuestión un presente estable pero, de algún modo, insuficiente.»

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