sábado, enero 27, 2007

Continuidad de los parques

(...) Enseguida apareció la señora psicótica del viernes pasado y se sentó al lado mío. Juan Incardona me propuso ir a sentarnos lejos, al fondo pero yo quería filmar cerca del escenario.
Igual, llegó un hombre con un termo y un mate y se sentó al lado de ella y hablaban. Pensé que él era su acompañante terapéutico y que ella no se había olvidado de tomar los antipsicóticos esa tarde, asi que estaba bastante compensada. De hecho, cuando todo terminó se fue sin hacer ninguna manifestación psiquiátrica.
La lectura de Gonzalo Castro estuvo muy buena. Me pareció muy atractivo el tema del libro (Hidrografía Doméstica) que leía: una chica de 10 años que vive sola y que tiene una relación especial con el agua. Y después, el reportaje se centró en la editorial (Entropía) de Castro y eso también estuvo muy interesante. Pero había mucho viento, enseguida se hizo oscuro y yo tenía frío. A veces parecía que se iban a volar todas las cosas. Los eucaliptus largaban miles de hojitas agudas todo el tiempo y los pájaros esta vez volaban muy muy alto. Me puso muy triste. Cuando todo terminó era casi de noche. Eso me puso más triste. (...)

[vía "Viejos son los trapos"]

9 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Eso fue todo? ¿La asistencia de un depresivo desabrigado, las esporas que provocan la alergia por el aire y unos cuervos volando en círculo? Esperábamos más... que fuera el gordo Samid, la hija de Perón...

Anónimo dijo...

Estuve ahí. Me aburrí con Incardona, me deprimí con el otro, me comieron los mosquitos, me embarré el traste al sentarme, y me perdí de ver a la loca, a todas luces lo más emocionante de la tarde.

Anónimo dijo...

Vos estuviste en el otro, Pepper, en el de Incardona. No en el de Castro, objeto del presente post. Hubiera estado bueno que leyeras la crónica completa antes de lanzar tus críticas erradas.

Anónimo dijo...

¿MOlina es defensor de pobres y ausentes?

Anónimo dijo...

No, soy esclarecedor. Me molesta que alguien, por más dr. que sea, deje un comment pendenciero en un post que no leyó. Además, Gz no está ausente ni es pobre: posee un inconmensurable capital simbólico.

Anónimo dijo...

Grave error de interpretación, atribuible a la lectura lineal tan cara a los egresados de Puán. Estuve en ambos, en uno el entrevistado era Incardona, y en el viernes siguiente entrevistaban a un joven pelado de gestos espasmódicos que declaraba su amor por la literatura japonesa, todos esos apellidos impronunciables que suelen abrumar el catálogo de Anagrama. O Rodrigo Fresán sufrió una calvicie súbita y devastadora, o se trata de Castro, pensé.
Y en ambas oportunidades sufrí el acoso de los mosquitos. En ambas también, mi pantalón quedó impresentable. Y parece que a los dos eventos concurrió la paciente psiquiátrica que, en semejante contexto, hubiera sido un muy apreciado toque de color. Haber cruzado los dos acontecimientos en uno solo fue apenas una licencia poética.
(¿Al estimado Molina le aumentan el royalty por defender a sus editores?).

Anónimo dijo...

Dr. Pepper me acusa de egresado de Letras?? Por favoorr, nada más alejado de la realidad. Quién le habrá vendido ese pescado podrido?

Los editores no me aumentan el royalty por esto. Es más: Gz operó durante mucho tiempo para expulsarme del catálogo. Pero yo, aunque tengo memoria, no soy rencoroso.

Anónimo dijo...

GZ: Respecto de mi trastorno depresivo, en el próximo evento del ciclo que vaya, pienso pedirle a la paciente psiquiátrica que comparta conmigo sus tabletas de Alplax. Y sobre la pelambre de Fresán, tengo entendido que intentó hacerse un impante capilar en Barcelona, pero su actividad cerebral se resintió, generando honda preocupación en las oficinas de Herralde y muchas risas en la redacción de Página 12. Al final el affaire capilar quedó en bluff.
Molina: GZ lo dijo en un memo interno dirigido al departamento de marketing. No acepta ningún autor que venda menos de 5.000 ejemplares. Va camino a convertirse en jerarca de Bertelsmann, como verá.

cristopo dijo...

dr.pepper es un peppelotuddo