Fragmento de una entrevista a Manuel Puig (y parte de un posible apéndice a su "Teatro completo", magnífico y voluminoso título en preparación).
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[“Manuel Puig finaliza su primera obra teatral, titulada “Bajo un manto de estrellas”, por Francesc Arroyo, desde Barcelona, en El País, miércoles 23 de marzo de 1983; p. 27 (Suplemento La Cultura).]
Pregunta: Que escriba usted teatro tras siete novelas ¿está relacionado con el éxito de la adaptación teatral de su novela?
Respuesta: Nunca había pensado en escribir teatro, pero poco a poco fue abriéndose paso la idea. Cuando empecé a escribir novela y dejé el cine pensé que de ahí no me movería jamás, porque el tipo de trabajo que a mí me gustaba hacer con la novela era un intento de comprender una realidad muy compleja en la que estaba metido.
P.: El cambio de género, ¿repercute en un cambio de estilo?
R.: Sí. En novela siento la validez de un diálogo realista, que pretende ser una recreación del habla cotidiana de clases sociales reconocibles. Me interesaba llevar eso al teatro. Antes de pensar en escribir teatro había reflexionado mucho sobre la crisis del lenguaje actual. El realismo de un Arthur Miller en La muerte de un viajante, lo lleva a un diálogo realista que se presta al desarrollo del drama. Miller consigue una tragedia moderna y válida que se sigue reponiendo y siempre impresiona, pero se pensó en ese momento que aquello era un filón infinito, inagotable. Se pensaba que un autor de los quilates de él iba a producir una gran cantidad de obras de alto nivel. Otros intentos también revelaron lo mismo: que cierto tratamiento teatral realista limita íntimamente al autor. Yo había seguido esta crisis del realismo con asombro. Después está el caso de Tennessee Williams, donde la introducción de cierto elemento poético es más evidente, pretendiendo amalgamarlo en situaciones realistas. Williams no sé hasta qué punto está envejeciendo bien. Es decir que el teatro realista se me hace peligroso. Una vía poco rica en posibilidades. Y creo que la crisis actual del teatro tiene que ver con eso. Lo que ha impresionado después de esos logros realistas han sido obras como las de Ionesco, que son diametralmente opuestas. Yo veo el realismo mucho más adecuado al tratamiento novelístico. Cuando es posible un acercamiento analítico al tema, cuando se puede prescindir de la síntesis, hay una posibilidad de tratamiento realista rico. Veo una posibilidad de realismo expresivo. En cambio, no veo bien el maridaje de realismo con síntesis, por eso siento más, en cine o en teatro, un lenguaje alegórico, estilizado. El sueño nuestro de cada noche es un modelo de síntesis, en pocos segundos está contada toda una historia. Me parece que la fantasía, el sueño, se presta a la síntesis. (...)
viernes, junio 08, 2007
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1 comentario:
magnífico!
voluminoso!
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