El próximo fin de semana largo: ni Cataratas ni Calamuchita, ni Punta Tombo ni Tafí del Valle. La opción es una sola: Pringles, provincia de Buenos Aires.
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JORNADAS PREPARATORIAS
PRIMER CERTAMEN REGIONAL DE DECLAMADORAS DE POESIA-2008
PROGRAMA:
Viernes 12 de octubre de 2007:
- "Poesía, ritmo y oralidad", taller a cargo de Daniel Link.
- "VOZ ALTA Poesía, oralidad y declamación", conferencia a cargo de Jorge Monteleone.
- "Cabaret literario", performance a cargo de la poeta Gaby Bejerman.
Sábado 13 de octubre de 2007:
- "Declamación y disciplinamiento de la voz: la enseñanza de la lengua en la Argentina del aluvión inmigratorio", conferencia a cargo de María Celia Vázquez.
- "Voz y memoria", taller interactivo a cargo de Teresa Arijón.
- "Cierre de las Jornadas Preparatorias", a cargo de Arturo Carrera.
- "Caravana de las declamadoras", puesta en escena de Vivi Tellas.
Las actividades con certificados de asistencia requieren inscripción previa. Cupos limitados. Inscripción gratuita.
Por e-mail a jornadas@estacionpringles.org.ar
viernes, septiembre 28, 2007
Conozca el interior
jueves, septiembre 27, 2007
miércoles, septiembre 26, 2007
Último tren a Pringles
Narrador bonaerense, el 30 de septiembre cierra Indio Rico. Corre a la estafeta postal más cercana. Gracias y suerte.
martes, septiembre 25, 2007
Otro durísimo revés
[Buenos Aires/ Escala 1:1, vía la Fundación Iracundos los Niños]
(...) Como es de esperar, el resultado es relativo, con algunos cuentos muy logrados, otros simpáticos y algunos que son definitivamente un asco. Los más, para hacer honor a la verdad, son un asco, y probablemente una de las cosas divertidas de estas recopilaciones generacionales es que le permitirán al escritor longevo observar cuántos de estos escritores alcanza producir un texto medianamente atendible y cuántos se pierden en la furia y el ruido de la industria cultural.
Más bilis, por aquí.
lunes, septiembre 24, 2007
viernes, septiembre 21, 2007
Un chino en bicicleta
Tal es el título de la novela con la que nuestro traductor estrella, Ariel Magnus, acaba de obtener el Premio La otra orilla 2007, de manos de nuestro jurado estrella César Aira, y el escritor colombiano Santiago Gamboa y la española Nuria Amat. Todo esto sucedió en Cali, Colombia, algo así como ayer.
(Edita Norma, y el premio en metálico son treinta mil dollars, caramba.)
jueves, septiembre 20, 2007
Pero, Mairal...
Acá Pedro Mairal dice que dudó y dudó acerca de su texto para nuestra antología. Que reescribió dos cuentos que no lo convencieron.
Finalmente no nos envió ninguno.
Ahora se lamenta un poco, él (y nosotros):
“Recién ahora me doy cuenta de que quizá podría haber mandado esto que copio más abajo, sobre las idas a Constitución con Cucurto, y haber hecho ese enroque: Cucurto en Barrio Norte y yo en Constitución...”
martes, septiembre 18, 2007
lunes, septiembre 17, 2007
De la heptalogía
Mañana y pasado, a las 19 hs., en el CCC, "La paranoia", de Rafael Spregelburd (autor también de Bizarra, de próxima aparición por Entropía).
viernes, septiembre 14, 2007
Entropía: ahora en tres tamaños
jueves, septiembre 13, 2007
Oferta por tiempo limitado
Narrador bonarense, que no te tiente el oropel del Malba, ni el pasaje en business por Air Madrid.
La opción es Indio Rico. Sin contubernios de preselección. Leen todo y dan su veredicto: Alan Pauls, César Aira, Daniel Link.
Convoca: Asociación Estación Pringles, presidida por Arturo Carrera. Nosotros publicamos al ganador.
Todavía hay tiempo: cierra el 30 de septiembre.
Las bases están acá.
miércoles, septiembre 12, 2007
The Man Comes Around
Costó, pero aquí está: este domingo, por primera y única vez en el año, Sebastián Martínez Daniell, nuestro novelista más esquivo, accede a compartir sus textos en una lectura pública.
La cita es en Casa Brandon (Luis M. Drago 236), a las 18:00.
También participan: Claudia Feld, Alejandra Laurencich, Guillermo Martínez y Ana María Shúa.
Todo coordinado por Elsa Drucaroff.
martes, septiembre 11, 2007
lunes, septiembre 10, 2007
Highlights
[La Boca / "Quinquela", por Iosi Havilio, de Buenos Aires/Escala 1:1.]
1.
Alberto, el encargado de mi edificio, dice que en el ´89, cuando lo echaron del ministerio, le agarró tanta bronca contra el gobierno que decidió entrar a robar al museo. Me lo dice en la terraza, mientras cuelgo la ropa, un domingo de mucho calor. Vení, dice y me hace señas con la mano para que lo siga. Ves, dice, subimos por ahí atrás, por el patio de la escuela. Nos trepamos al muro ese, pasamos del otro lado, y caímos justo en el primer piso del museo. De acá no se ve, dice. Fue con el ex-cuñado, que es un degenerado. ¿Y qué se llevaron? Dos cuadros, uno para cada uno. Él se quería llevar todo lo que había, las sillas, la mesa, el piano, es un falopero. Vuelvo a colgar la ropa que queda y Alberto me sigue, me da detalles. Dice que se llevaron los cuadros con marco y todo y que salieron por adelante. Quién se iba a fijar, esa época era un quilombo, me explica. ¿Y qué hicieron con los cuadros? Los tengo en el sótano, abandonados. A mi cuñado no volví a verlo más, vive para la droga. Si querés, me dice Alberto, un día de éstos bajamos y te los muestro. ¿Vos entendés un poco, no?, dice y me da una palmada en el hombro con la mano bien abierta. Está contento. Cuando llego a casa, con la película que me acaba de contar Alberto en la cabeza, abro la ventana y me asomo para ver el frente del museo. Está recién pintado.
2.
Otro día, el mismo verano, saliendo de casa. Alberto, parado en el escalón más alto de la entrada del edificio, me da un codazo y señala con el mentón a dos chicas que pasan caminando del otro lado de la calle, por la ribera. Son dos chicas del barrio que me parece haber visto, en el supermercado chino, o en el playón ensayando con la murga. Usan unos tops mínimos que les aprietan las tetas tanto que parecen crecer a cada paso. Una es rubia y la otra morocha. La rubia lleva unas calzas rojas y la morocha una minifalda igual a una vincha. Alberto, sin mirarme, con la boca abierta, cierra el puño de la mano derecha, dobla el brazo y hace tres o cuatro movimientos frenéticos. Que dan miedo. Les doy, me dice al oído. Y a mí me sale sonreír y mover la cabeza como un caballo manso. ¿A las dos? Alberto se ríe como un perro. Yo le sigo la corriente: ¿Pero cuántos años tienen, trece, catorce? Él se lleva el dedo índice a la boca como las enfermeras en los pósters. Me agarra del brazo y me lleva hacia él. Les doy en el sótano, me dice otra vez al oído, vienen solas, y cuando se van me dejan guita. Me suelta y yo repito la última frase: ¿Te dejan guita? Sí, dice, diez, veinte mangos.
3.
Afuera sopla un viento muy frío y arremolinado que en otras partes de la ciudad no se siente. Llamo el ascensor. Alberto aparece de golpe, viene del sótano. Te acordás de los cuadros que te dije, bueno, estuve pensando, tengo algo para proponerte, un negocio. Vos que conocés gente que pinta, no querés ver si le interesan a alguien, yo qué sé, quizás aparece un tipo, un tipo de confianza, que no pregunte mucho, y se lo tirás así, a la pasada, le decís que vos no tenés nada que ver, que son de un amigo, de un conocido, que a vos te los ofrecieron, pero que no te interesa, y si el tipo agarra, vamos mitad y mitad, yo tengo auto, se los puedo llevar a la casa. ¿Qué decís? ¿Cuánto pueden valer? ¿Te animás? Puede ser, dejame ver, le digo y me apuro en cerrar la puerta del ascensor. La idea me deja perplejo. Cuánto pueden valer, veinte, treinta, digamos diez mil porque al fin y al cabo son robados, y eso un marchand o un coleccionista tiene que saberlo. Diez cada uno, diez para mí, diez para él. Si se vende uno solo, cinco y cinco, tampoco está mal. Levanto los ojos y me sorprendo en el espejo del ascensor, con el ceño fruncido, haciendo cálculos.
Completo, acá.
viernes, septiembre 07, 2007
Stats
LOS QUE COMPRARON OBRAS DE DIEGO MUZZIO TAMBIEN COMPRARON:
Hay que Sonreir, Luisa Valenzuela
Fotocopias, John Berger
En Tinieblas, Leon Bloy
Sobre las Propiedades del Retrato Fotografico, John Berger
Open Door, Luisa Valenzuela
LOS QUE COMPRARON MOCKBA TAMBIEN COMPRARON:
Carta Abierta sobre la Intolerancia, Roberto Gargarella
Contra Ratzinger, Anonimo
Cosa de Negros, Washington Cucurto
Cria de Asesinos, Andres Rivera
En Tinieblas, Leon Bloy
jueves, septiembre 06, 2007
¿Sabemos más que un chico de quinto grado?
miércoles, septiembre 05, 2007
Precios bajos, todos los días. Siempre.
Otras antologías:
"En celo" (Mondadori): $34.-
"La joven guardia" (Norma): $31.-
"Una terraza propia" (Norma): $31.-
Antologías de Entropía:
"Buenos Aires/ Escala 1:1": $29.-
martes, septiembre 04, 2007
Cómo estar solo
[Los estantes vacíos, por Alejandro Soifer vía El interpretador]
¿Cómo escribir sobre un libro del que ya se ha dicho tanto? Intentémoslo.
Tenemos entonces, quince relatos agrupados en un libro con ciertas continuidades temáticas y argumentales tanto como formales y de procedimiento.
Podría establecerse como plano de lo narrado el espacio y el tipo de personajes que se repiten en los relatos. Tenemos hombres y mujeres de entre 20 y 30 años, de clase media – media baja (en esa franja difícil de clasificar que algunos han llamado La generación del milqui: mil quinientos pesos de sueldo que obligan a la vida gasolera y el alquiler y los gastos compartidos con otro; compañero de cuarto o pareja) que intentan vivir y sobrevivir a la vida en la época del ningún- ismo.
Establecer que hay una repetición de arquetipo de personaje que se reproduce a lo largo de los quince cuentos es un mecanismo crítico productivo porque permite hablar del desplazamiento de personajes y situaciones como una constante en la construcción del libro. Una idea básica se desliza: no importa el personaje, importa la situación. Los personajes entran en un juego de enroques permanentes, un desplazamiento que sigue la línea de toque de de significantes vacíos. Como si de jugar el Juego de la mancha se tratase, un nombre propio que representa a un personaje en un cuento le pasa la mancha o el significado a otro personaje, otro significante, en otro cuento, permaneciendo ese significado inmutado en el traspaso. No hay una delimitación de los personajes tal que permita el juego de las diferencias sino que hay un montón de nombres propios actuando como marca y posibilidad de encadenamiento, deslizamiento del significado (ese condensado que incluye situaciones y escenarios similares en desplazamiento a lo largo de los cuentos) de cuento en cuento, de personaje en personaje (lo que es lo mismo en este caso, de nombre propio en nombre propio) lo que lleva a pensar una categoría excesiva pero posible y esclarecedora: un Archipersonaje como presencia previa, como personaje que deviene personaje encarnado en los nombres propios que saturan los relatos.
Sigue, bastante, por acá.