martes, abril 27, 2010

Desde Camerún a Somalia

Desde Chile, Rodrigo Pinto escribe una breve reseña sobre Manigua, de Carlos Ríos:

Manigua, del argentino Carlos Ríos, es uno de los tantos libros que me traje de Buenos Aires en mi último viaje, en mayo del año pasado. Lo leí hace pocos días, en un bus que se dirigía hacia la costa. Breves 61 páginas y toda una curiosidad: la novela está ambientada en algún país africano (que puede ser cualquiera de los habitados por los bantúes, desde Camerún a Somalia, cosa que puede deducirse si se investiga las denominaciones tribales usadas en el libro), en un paisaje que alterna la exhuberancia de la naturaleza con la sequedad del desierto. Es la primera novela del autor, nacido en 1967; antes había publicado un par de libros de poesía (aquí hay una selección de su poesía). Como a veces ocurre en estos casos, lo principal aquí es el tratamiento del lenguaje.

Nada es lineal aquí y el hilo de la leyenda que se narra -el hijo que tiene que partir lejos a buscar una vaca, para celebrar el nacimiento de su hermano- se apoya en un narrador que cambia de personas y de lugares; a veces al lado del camastro donde agoniza su hermano, ese hermano que requería la vaca, muchos años después, a veces desde un presente que de todos modos se difumina en versiones alternativas y relecturas de los mismos hechos. Tiene, todo ello, un extraño atractivo, y el carácter experimental de la novela no impide mantener viva la curiosidad y el interés. Y reafirma mi percepción de que siempre hay que prestar atención a los catálogos de las editoriales independientes, como Entropía. No tenía la menor idea previa sobre Ríos, pero ya sé que conviene seguirle la pista.

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