Mientras nosotros nos embarramos los pies en el lodo de la producción cultural argentina, nuestros autores desafían al huracán Wilma y se dan la gran vida comiendo cebollitas cambray y bebiendo mezcal.
"El viernes pasado, la polícia de la ciudad de Buenos Aires tocó timbre en nuestra casa. Buscaban a S. y pretendían llevárselo por la fuerza para que declarara contra una trabajadora de la carne. Dije que estaba de viaje. Tomamos nuestros pasaportes, nos fuimos a Ezeiza y nos vinimos a México. Mario Bellatín nos consiguió alojamiento en la Casa Refugio de los Escritores. Esta semana dí clases en la Escuela Dinámica de Escritores que dirige. S. inauguró una muestra. Nos vamos adaptando a la vida mexicana... (vía Linkillo.blogspot.com)."
domingo, octubre 30, 2005
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