jueves, febrero 12, 2015

Libros sobre cine en continuado

Roger Koza para Ñ sobre Subjetiva de nadie, de Marcos Vieytes 

En una de las tantas publicaciones fugaces de Twitter, un reconocido crítico y periodista de cine argentino informa que en Francia 500.000 espectadores han visto Timbuktu , una película mauritana de Abderrahmane Sissako. Del resto de los países del mundo, tal vez sólo Argentina podría reunir una cantidad considerable de espectadores para un filme de esa procedencia. ¿Una conjetura descabellada? La cinefilia vernácula es numerosa y multigeneracional; hay una cultura cinematográfica vigorosa y una tradición ostensible.

Quizás eso explique un poco, a pesar de la insuficiencia argumentativa pero lejos de cualquier atisbo de sofisma, la insólita cantidad de libros de cine que se publican en el país. Para el hispanoparlante que no vive en la nación de Leonardo Favio y Lucrecia Martel, la oferta en la materia resulta asombrosa. Está claro que, en comparación con los títulos de autoayuda, el número puede ser irrisorio, pero no deja de ser un mercado editorial que a su vez denota una variedad bienvenida.
Un ejemplo reciente: el reconocido crítico de El Amante Cine , Leonardo D’Espósito, acaba de publicar Todo lo que necesitas saber sobre cine.

La voluntad pedagógica del libro no implica subestimar al lector ni abandonar cierto rigor tanto histórico como analítico. Casi al mismo tiempo, el cineasta y crítico Nicolás Prividera ha publicado El país del cine , obra clave para leer políticamente el denominado Nuevo Cine Argentino. Se trata de una obra ambiciosa y arriesgada, tan polémica como las películas de su autor, inobjetable en su solidez argumentativa como también en su distintiva inventiva para agrupar problemas teóricos y contextos disímiles.

Uno de los libros más hermosos que se han publicado recientemente, en la pequeña editorial cordobesa Vilnius, es Hacia lo que vendrá , de Fernando Pujato. En ciertos círculos, el sucinto pero sustancial libro de Pujato, quien escribe sobre películas recientes como también sobre obras ineludibles del pasado, se atesora debido a sus pocos ejemplares. Lo fundamental y maravilloso de Hacia lo que vendrá pasa por cómo expresa una forma de mirar el mundo a través del cine y por su porfía en demostrar que la crítica de cine es una suerte de física descriptiva sensible que se apoya en el movimiento de los planos.

Recientemente se ha publicado Subjetiva de nadie , de Marcos Vieytes, el libro vernáculo más racionalmente salvaje del género, cuyo autor conjura su exposición narcisista al demostrar que la composición de su subjetividad está configurada en gran medida por las películas que analiza, desmarcando su aguda lectura de las películas de una mera idolatría del yo. Su hipérbole estilística es una evidencia de que considera su oficio como una tarea de deposición de falsos ídolos en busca de un dios verdadero. Y, además, las extraordinarias traducciones de títulos fundamentales para la supervivencia y construcción de una cultura cinematográfica que interrogue la imagen por medio de la palabra escrita.


El cine del diablo , de Jean Epstein, Cine Capital , de Jun Fujita Hirose, Bresson por Bresson , Herzog por Herzog , El cine después del cine , de Jim Hoberman, los ensayos de Jean Rancière sobre el arte cinematográfico, algunas joyas entre tantas novedades bibliográficas que confirman la pertinencia de la palabra frente al devenir de las imágenes.

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