[Lautaro Ortíz, para "La Capital", sobre "Todo esto será tuyo"]
Tres elementos, nada frecuentes en la narrativa argentina actual, reúne Augusto Bianco (periodista, traductor y fundador de la mítica editorial Rompan Fila de los años 70) en las páginas de esta novela: humor, imaginación y un desparpajo formal que intenta con éxito destruir la columna vertebral de este género. Su historia es el relato de la vida de Juan Amaral (uno de los tantos nombres que tiene el protagonista) y su aventura, la búsqueda de su identidad. El personaje es una suerte de bestia marginal ("vivía en estado de brotación salvaje") que descubre el mundo a partir de la violencia: su placer es pegar y ser golpeado. Como si en los golpes que da y recibe estuviera el verdadero sentido de la existencia.
Sigue acá.
viernes, abril 28, 2006
La vida violenta
jueves, abril 27, 2006
Donayo Strikes Back
Basta, David. Devolvenos el crédito de nuestros libros.
Lo que nos sorprende, de todos modos, es tu poder de diversificación para ganar nuevos canales de venta. Y los precios, claro. ¿56 pounds por un Leyenda?
miércoles, abril 26, 2006
martes, abril 25, 2006
lunes, abril 24, 2006
El podium de la literatura
Misteriosos son los caminos que elige el capital internacional para purgar sus conciencias corporativas. Algunas empresas financian comedores escolares, otras limpian fachadas de monumentos históricos, otras se ocupan de vestir a los descastados o de parquizar plazas públicas. (De todos modos, no importa cuán eficiente sea la faena del departamento de Marketing Social: la percepción general será siempre que esas operatorias filantrópicas resultan más baratas que el pago de algunos impuestos marginales.) Petrobras, por caso, ha optado por apoyar la literatura nacional, y prepara un exhaustivo diccionario de autores argentinos, que prontamente podrá ser consultado en toda biblioteca, escuela, repartición pública y estación de servicio de nuestra geografía. Durante el evento presentación del volumen, en la Feria del Libro (caprichosamente llamado "brunch", aunque se tratara apenas de un prolijo set de sánguches del restaurante "Lola", ¡a las dos de la tarde!), tuvimos acceso exclusivo a las entradas de tres de los mejores autores de Entropía. Aquí van. (Y eso para probarles a nuestros detractores en Wikipedia que nuestros muchachos sí son dignos de la Enciclopaedia.)
Romina Paula
Buenos Aires, 1979- T.N
Actriz, dramaturga, directora teatral y narradora. Estrenó la obra Si te sigo, muero y publicó en 2005 la novela ¿Vos me querés a mí? en la editorial que editó las cartas de Puig. Por ello, o porque lo nuevo tiene sus genealogías; su voz se ha ligado con la de ese escritor. El repertorio denso de su novela es el de nuestro presente.
Castro, Gonzalo
Buenos Aires, 1972- .N
Su novela Hidrografía doméstica (2004) ha sido muy elogiada por la crítica que parece intuir a través de ella, dónde soplan los nuevos aires de la literatura. Daphnis y Chloé, nombres que evocan una novela de la Antigüedad clásica, son las dos niñas que actúan en el relato, una mezcla de Violeta, Alicia en el país... y Lolita.
Martinez Daniell, Sebastián
Buenos Aires 1971- .N
Su novela Semana (2004) describe la abulia y la absurda conciencia de Esteban Tellier durante siete días. Muy listo y muy estúpido, el personaje, se inscribe en una serie de varones lúcidos e idiotas como el de La luz argentina de Aira, Infierno albino de Bizzio y El pasado de Alan Pauls. El joven escritor renueva aquí la productiva tensión.
viernes, abril 21, 2006
jueves, abril 20, 2006
Episodio II
Le preguntan a Graciela Goldchluk:
¿Qué podemos esperar del Tomo 2, con cartas que comprenden el período 1963-1983? ¿Se trata, ya, de las cartas de un “escritor”? ¿Hacia dónde evoluciona el “remitente”?
El tomo dos está dividido a su vez en dos partes muy diferenciadas.
Las cartas de Nueva York (1963-1968) tienen como remitente a un escritor que lucha por hacerse un lugar, pero que no tiene ninguna duda de sus valores literarios. En esta zona de la correspondencia es posible rastrear una red de solidaridades entre intelectuales, en la era AF, que es a la vez Air France (el lugar donde trabajó ya de manera estable) y Antes de la Fotocopia, cuando valía más la pena viajar hasta París para recuperar una copia de la novela que Severo Sarduy estaba reclamando que intentar mecanografiarla nuevamente. La novela ha cambiado de ámbito y lo que las cartas permiten ver ahora es la tarea del escritor desde una perspectiva absolutamente cotidiana. Mientras aparecen esporádicamente los primeros juicios sobre literatura argentina, la mayor preocupación está puesta en comprar ropa en las liquidaciones de las grandes tiendas.
El otro ámbito es Río de Janeiro (1980-1983). Puig regresó a Argentina en 1968 y se fue a fines de 1973, en un viaje que pronto se convertiría en exilio. Como muchos archivos de esa época, esas cartas cuya existencia testimonia la familia se han perdido. La correspondencia reaparece cuando Puig se muda de Nueva York (pero es una coincidencia que favorece la ilusión, un efecto de montaje casi) a Río. Nos encontramos entonces con un escritor requerido en varias universidades, que revisa compulsivamente las traducciones de sus obras y comienza la adaptación teatral de El beso de la mujer araña. En estos años los juicios expeditivos y totales se dirigen a las adaptaciones de sus propias novelas en el cine. Coco, por su parte, está contento con el cambio porque además de ir a nadar todas las mañanas, podrá estar más cerca de su Querida familia.
_Tomo I
miércoles, abril 19, 2006
Inbox
Subject: Palos porque bogas
From: Linkillo
Así, al acaso: en el texto sobre Aira se perdieron algunas cursivas y algunos espacios en blanco. Nada grave... hasta ahora.
Abrazo
DL
martes, abril 18, 2006
lunes, abril 17, 2006
"Qui a deux femmes perd son âme, qui a deux maisons perd sa raison"
Ya lo decía bien Jean-Marie Maurice Scherer, ilustrando el célebre proverbio ruso. Y nosotros no teníamos dos, ni tres, sino cuatro (casas, claro). Así que ahora, por el bien de la sinergia, de una vez y para siempre:
Editorial Entropía
Gurruchaga 1238, dpto. 3 (CP 1414)
Buenos Aires, Argentina
54.11 4772-3825
Esperemos que la decoración de interiores no sea tan snob como el título de este post.
Fin de los avisos parroquiales del día.
viernes, abril 14, 2006
jueves, abril 13, 2006
Ampliación del campo de batalla
Por fin, algo en "Infobae". ¿Qué sigue? ¿Tapa en "El Guardián"? ¿Nuestro propio programa en la 9,50?
[La pastilla es de: _Todo esto será tuyo]
miércoles, abril 12, 2006
Retornarán los libros, las canciones
[Revista de Libros de El Mercurio, Chile, viernes 7 de abril de 2006]
Un escritor superdespierto
“Alejandro Zambra. Me lo superleí y estudié y se me superabrieron los ojos, se me cayó la venda. Hay tres o cuatro trucos que Mankiewicz usa para aligerar y condimentar el diálogo, que los superadopté", escribe Manuel Puig en 1959, después de leer "All about Eve", el "guión de guiones", como dice, en pleno ataque de felicidad.
La publicación del tomo I de Querida familia (Editorial Entropía, Buenos Aires, 2005), que reúne las "Cartas europeas" que Manuel Puig envió a casa entre 1956 y 1962, supone un decisivo close up a los años de su formación como escritor, a pesar de que a lo largo de las 172 cartas aquí recopiladas se habla poco o nada de literatura. El lector entra por la ventana a una escena familiar que se repite invariable: la madre, emocionada, leyendo en voz alta las noticias que Manuel (Coco) manda desde Roma, París, Londres o Estocolmo.
Es éste un libro bello y extraño, más bien distante de las convenciones de la literatura epistolar; buscando y rebuscando es posible dar con algunos secretos de estilo (los tres o cuatro trucos del propio Puig), pero el personaje que predomina es, cómo no, el hijo, Manuel, Coco, un joven ansioso y querendón, genuinamente interesado en mantener los vínculos con la familia y, en especial, con su cinéfila madre.
Por momentos Coco se convierte en algo así como el corresponsal europeo de su madre: le cuenta que ha visto, en vivo, a Marlene Dietrich ("Personalmente es un monstruo, para colmo está flaca escuálida, la cara es amarillo muerto y estaba sin maquillaje") o a Sophia Loren ("pese a que tiene granos en la cara me pareció algo de no creer"). Paralelamente Puig va construyendo un retrato cordial y afilado de la Europa de la época: casi todo lo maravilla y casi todo lo decepciona, predispuesto, como está, al asombro y a la duda. "La Capilla Sixtina en conjunto me causó un efecto monstruoso de caos, luego vista en detalle es una maravilla pero en general me chocó. Si el Papa se entera de mi opinión la divide en pedacitos", dice Coco, el turista, que nunca deja de ser el hijo, el niño grande que anda de viaje: "Los dientes me los cepillo después del desayuno, a la tarde y a la noche". El buen hijo, en todo caso, sabe disfrutar de la distancia; extraña a la familia, no a la patria: "Buenos Aires no me atrae en lo más mínimo, con esa gente mala y revirada, siempre listos para ensillar el picazo". Naturalmente, lo que Puig cuenta a sus padres es menos interesante que lo que no les cuenta: puestos a espiar al joven Coco, conjeturamos, también, su destape europeo, las aventuras homosexuales que, como apunta Suzanne Jill-Levine en Manuel Puig y la mujer araña, disfraza en sus cartas de virginal "compañerismo".
Abundan las graciosas frases sueltas ("¡Soñé con Lauren Bacall que me contaba la muerte del marido!") y los pincelazos de crítica cinematográfica en plan naif ("No aguanté la tentación de ver 'Locura de verano', con K. Hepburn. Muy linda, pero me cayó mal pues es toda de despedidas"). Pero la literatura, como diría alguna heroína de Puig, brilla por su ausencia: después de leer La lección del maestro, de Henry James, se limita a comentar a sus padres que es una historia "linda". Justamente en esa ausencia de reflexiones literarias está lo más atractivo de este libro: ¿Cómo es que este niño de provincias, que llena la plana de signos de exclamación y visita los museos a paso de trote, llega a ser uno de los mayores escritores argentinos del siglo XX? La lectura de Querida familia deja abierta la respuesta: el mito del escritor "involuntario" queda en pie, pues recién hacia el final del volumen, cuando Puig tiene 30 años, se esboza el camino que conducirá a la escritura de La traición de Rita Hayworth. En cambio, desde las primeras páginas es visible la fidelidad de Puig a sus obsesiones; su autonomía, su resistencia a pensar y a sentir según los numerosos anzuelos que le ponen enfrente.
"En la escritura de Manuel Puig hay imágenes cuidadosas, hábilmente construidas, pero no ideas, ni una visión central que organice y le dé significado al mundo ficcional, ni un estilo", escribió hace algunos años Mario Vargas Llosa. Tal vez abrumado por la creciente importancia de Puig en los ambientes académicos, Vargas Llosa lo pintó como un autor de "literatura liviana", una literatura "que no exige ni tiene otro fin que el de entretener". Es difícil no recordar a propósito aquel ranking del boom donde Puig compara a "la" Vargas Llosa con Esther Williams, que era "tan disciplinada y seria" (y a "la" García Márquez con Liz Taylor, que era "bella pero con las patas cortas"); pero, más allá de los ajustes de cuentas, el juicio del narrador peruano representa la opinión de muchos escritores y lectores que aún no le pillan el asunto a las novelas de Puig.
Y eso, ese desconcierto, es saludable, desde luego. Sostener que El beso de la mujer araña o Maldición eterna a quien lea estas páginas son novelas livianas, parece, por lo menos, temerario, sobre todo porque son obras que no han envejecido o han envejecido bien: la mayor parte de las narraciones de Puig siguen siendo libros extravagantes e innovadores, irreductibles a toda definición más o menos canónica de novela. Puig es autor, como ha dicho Alberto Giordano, de una literatura fuera de la literatura, de una obra a la vez legible e inescrutable, que pone en duda la naturaleza de lo literario. Consecuentemente, Querida familia es, de seguro, uno de los epistolarios más excéntricos de que tengamos noticia, aunque esta vez la excentricidad apunta a la "normalidad", a esa aparente ausencia de "pensamiento" que echa en falta Vargas Llosa en las novelas de Puig. No hay, en estas cartas, frases para el bronce ni retablos de alta cultura: Puig es sólo Puig, un turista argentino de clase media, un cinéfilo voraz, un hijo responsable que se lava los dientes tres veces al día, un chico listo y superdespierto que quiere absorberlo todo. No posa, o bien posa, y mucho, pero en calidad de aficionado; se divierte, como dice Gil de Biedma en un poema, "en la alternancia de desnudo y disfraz", y demuestra, de paso, que una buena manera de convertirse en escritor es no querer ser escritor.
_Querida familia:
martes, abril 11, 2006
Todo aquello será nuestro
Retomemos, después de quince días floridos, cierto laconismo.
Acá la lista de los libros enviados –por obra y gracia del Estado Nacional– a la grandiosa feria de Santo Domingo, República Dominicana (cuna de Trujillo, y de Ángela Carrasco, entre otros).
La nómina contiene: cantidad de ejemplares, título de la obra, precio en dólares.
Y ya que estamos: quien acierte la cantidad exacta de las futuras ventas (la feria empieza el 24 de abril), recibirá de premio el catálogo completo de Entropía.
5- Hidrografía doméstica, U$S 7.-
5- Semana, U$S 8.-
5- ¿Vos me querés a mí?, U$S 7.-
8- Antuca, U$S 8.-
8- Todo esto será tuyo, U$S 8.-
10- Querida familia. Cartas europeas, U$S 15.-
10- Leyenda. Literatura argentina: cuatro cortes, U$S 10.-
lunes, abril 10, 2006
Llave en mano
Querido Juan:
Dicen que volviste. Esperamos que hayas triunfado en todas las gestiones editoriales emprendidas. Nosotros, aquí, no tuvimos sosiego. Organizamos, diseñamos, abastecimos, tercerizamos, posteamos, distribuimos, estibamos, contratapeamos, promocionamos, seleccionamos, y esperamos. Ahora es tiempo de que nos digas que has hecho tú por nosotros.
Ah, y el blog. Te devuelvo la administración de las Apostillas. Tras quince días de gestión, puedo decir que éste es, ahora, un blog mejor: más libre, más rico, más prestigioso (nos leen en Wichita, Juan, nos leen en Wisconsin, ¡nos leen en Wyoming!). SMD fue, como suponíamos, de escasa utilidad; VC, de milagro, libró algún comment. Nuestros socios no creen en el poder del byte, Juan. Qué nos importa.
Estando yo ocupado con el posteo, los comments se desmadraron un poco. Loli fue el pan de cada día, samaritana vocación, incluso descuidando su propio, otrora exitosísimo blog. Molina aportando profesionalismo blogger; Romana intratable, demandando tu presencia, Olco yendo muy fuerte, a veces a destiempo; Islalopeña en breves raciones, pero inspirada. Llach linkeándonos, ayudando a batir plusmarcas, y así.
Algunos cambios menores: formatos de fechas, intensidad del gris de fondo, nuevos amigos en los links; y, por supuesto, cantidad de fantásticas nuevas secciones. Pienso que podemos ser un blog todavía mejor, Juan, pero no mucho mejor.
Tratá de no romperlo.
gz.
viernes, abril 07, 2006
Si te sigo, muero
Se reestrena “Si te sigo, muero”, de nuestra best-seller Romina Paula (dramaturgia y dirección), basada en textos del extraordinario Héctor Viel Temperley. Obra favorita (a juicio de esta casa editorial) de la temporada 2005, es una nueva chance ahora, para las huestes de lectores de la irresistible novela ”¿Vos me querés a mí?”, de conocer la producción teatral de su joven autora.
Escribe Romina:
“Una mujer, su hijo, y el bañero de la pileta viven en un páramo fuera de servicio. Quedaron varados. Un padre y su hija están de paso. Él, Juan Reymond, lleva a su hija, Luisa, a conocer el mar. Hace horas o días que no hablan con nadie. Hace mucho calor. Una hospitalidad precaria y hosca, y el sopor de la siesta los detienen, los abducen, los vuelven deseables y sedientos. Se quedan a pasar la tarde. Son familias que podrían complementarse. El deseo del mar, los conduce hacia la tristeza. ¿Existe verdaderamente el mar Atlántico?”
Reestreno: sábado 8 de abril
Funciones: sábados 23 hs.
Espacio Callejón, Humahuaca 3759, 4862-1167
jueves, abril 06, 2006
Work in progress
Tres excelentes polaroids de medios de transporte (Polapan black & white) por nuestro SMD.
Adobe Garamond para el título y autor (ahora en una sola línea, divididos por una barra, desertizando el plano de color) como variable para la colección “cuentos”.
Seis meses más y lo tenemos, Molina.
miércoles, abril 05, 2006
martes, abril 04, 2006
[¡Nueva sección!] Palimpsestos
En el marco de la política de ”total inmersión” que aplica nuestra editorial, siempre sugerimos a nuestros autores la entrega (o instruimos el decomiso) de todo el material referencial relativo a la obra.
En este caso, se trata de una de las fichas utilizadas como soporte mnemotécnico por el autor de Hidrografía doméstica, en la inolvidable (cómo olvidarla) presentación (a dúo con Semana de SMD) de las dos primeras ediciones de Entropía, en la Librería del Mármol, allá por diciembre del 2004.
[Nuestro criptógrafo extrajo esto, aunque parece poco probable que G.C. haya podido articular algún discurso plausible con tales elementos:
Niñez > mundo en constante reducción
Motor: comodidad/ auto estacionado
No rizomático/ ramificación simple (tachado)
Mise en place: transcurre dentro
Exceso > Epifanía > Pliegue del tejido > Ósea
106 155-157 30 lápiz.]
lunes, abril 03, 2006
Consejos para suplementos culturales
Recomendaría todas las novelas que estén al alcance de la mano, sin calificarlas, por el placer de descubrir, en el libro menos pensado, el hecho literario que, al fin y al cabo, sólo se concreta en su encuentro con el lector, pero puesto a extremista sugiero “La manzana en la oscuridad” de Clarice Lispector y “La redundancia del valor” de Timothy Mo.
La palabra en Clarice Lispector derrapa, está desorientada, extravió la significación, sin embargo va mas allá, sobrepasa sus límites y traduce lo que no tiene nombre. Cada frase es una sola palabra nueva que está nombrando lo innombrable, y expande los límites de lo real. Leer a Clarece Lispector me da coraje.
Timothy Mo está ubicado en el otro extremo del lenguaje. Su voz, tan exacta, se liga unívocamente a la materia que la sustenta, y es refinada y compasiva como un buen bisturí. “La redundancia del valor” nos hace vivir la voracidad del nuevo orden mundial.
En poesía vuelvo a Cesar Vallejo cuando me falta tristeza de la buena, esa humedad profunda que me hace sentir más vivo.
Recomiendo el CD “Lagrimas Negras” de Diego “El Cigala”, y en especial el tema “Nieblas del riachuelo”. Creo que ese viejo tango entregó por fin lo que tenía guardado.
[Revista Ñ, sábado 1º de abril,
por el autor de:
_Antuca]