martes, junio 21, 2016

Diego Muzzio en Mundos íntimos

El autor de Mockba y Las esferas invisibles escribe para la sección Mundos íntimos de Clarín

Mi relación con Dios: entre la devoción y la duda.

Misticismo.
Por Diego Muzzio

Unas semanas antes de tomar la primera comunión, mi padre se desmayó en la ducha. Aneurisma cerebral. Lo internaron. Estuvo hospitalizado una semana. Una de esas noches, recé. No para que se salvara: recé para que se hiciera la voluntad de Dios. Si su voluntad era que mi padre viviera, mucho mejor. Pero lo que yo quería era una resolución a tanta incertidumbre. La angustia me aplastaba el pecho y yo quería volver a respirar. A la mañana siguiente, Dios había expresado su voluntad: mi padre estaba muerto.
Yo tenía diez años; comulgué por primera vez viendo la imagen del ataúd de mi padre, que no podía borrar de mi cabeza. El mundo, de pronto, se había vuelto pura intemperie.
Mi familia era católica como suelen serlo la mayoría de las familias de clase media, es decir, de la boca para afuera. Mis padres no eran practicantes. Sin embargo me bautizaron y, más tarde, me mandaron a hacer la primera comunión. Era una tradición, una obligación social. Solo que yo me tomé las cosas en serio. La muerte de mi padre profundizó la fe que ya sentía y, a los diez años, creía con la convicción y la pureza propias de la infancia.
El texto completo se puede leer acá

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