Daniel Gigena selecciona para La Nación diez títulos que incluyen personajes memorables de niños en la Literatura argentina e incluye entre ellos a La Sed, de Hernán Arias, e Hidrografía doméstica, de Gonzalo Castro.
La sed. Hernán Arias Ferreyra Editor, 2005 (reeditada por
Entropía)
"Algo sobre lo que me hablaron algunos lectores de La
sed es del efecto que provoca un narrador que no lo comprende todo, que sólo
puede describir las situaciones que vive o las charlas que escucha, sin dar
ninguna interpretación al respecto -indica el escritor cordobés, años después
de la publicación de su primera novela-. Me lo señalaron como un valor. Y
posiblemente se deba a que a los lectores nos gusta imaginar, nos gusta aportar
nuestra parte de la obra. Y un chico narrando exige eso. Ese narrador no tiene
demasiadas ideas sobre el mundo, más bien lo contempla. A nosotros nos toca
cargar de sentido esas situaciones." La sed narra en cinco escenas -desde
el invierno de 1986 hasta el verano de 1987- lo que le sucede a un chico que
vive en el campo, tironeado por los ideales y hábitos de sus familiares. La
novela ganó en 2004 el premio provincial bautizado con el nombre del gran
escritor Daniel Moyano.
Hidrografía doméstica. Gonzalo Castro, Entropía, 2004
"La novela empezó con el texto que escribe un personaje
de Peter Handke, el hijo de ocho años que aparece en La mujer zurda -dice
Castro, narrador y editor-. Es sólo un breve párrafo conmovedoramente absurdo
donde el niño describe cómo se imagina un mundo mejor. Yo me propuse
desarrollar algo cercano a eso que encontraba tan peculiar en esa voz: cierto
pragmatismo que se vuelve lírico a fuerza de querer comprender fenómenos
emocionales complejos desde los mínimos elementos de la percepción y la
experiencia infantil. Enseguida me encontré lejos de ese modelo inicial, al
menos en la textura verbal, y también con la edad de mi personaje, Chloé, que
al ser una niña y tener once años, tomó una saludable distancia de su par
austríaco." Imaginativa y sensual, la novela de Castro parece un cuento de
hadas ambientado en una casona de Villa Devoto.
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