martes, noviembre 01, 2016

Remembranza de una amistad gigante, reseña de "El increíble Springer"

Sobre El increíble Springer, de Damián González Bertolino, en La Voz del Interior. Por Martín Cristal.


La infancia de su nouvelle es entonces la de una generación anterior, con autos descapotables, una ciudad que todavía es un pueblo y con playas que todavía no están abarrotadas de turistas argentinos (si bien desde los médanos se puede espiar a una joven y muy deseable Mirtha Legrand en traje de baño). Lo que para su narrador es una remembranza, para el autor -quien le dedica el texto a su padre- es un ejercicio de la imaginación.

Con nostalgia ficcional, esa imaginación dicta que el hijo de un pescador, que acompaña a su padre en bicicleta para repartir la mercadería de cada día, conozca al hijo de unos inmigrantes franceses. El lazo entre ellos será el de esas amistades automáticas que surgen entre niños de 6 años, y que en los adultos son más difíciles de forjar. De hecho, cuando crezcan -los dos, pero en particular Gastón Springer-, esa lealtad será puesta a prueba.

Con un aire de literatura norteamericana, el estilo es reposado pero constante, sin apresuramientos ni dilaciones, en un tono de confidencia amable, sólido en su madurez de adulto que rememora o que repite un relato que ya ha pulido de reflexiones innecesarias.

La atmósfera de aquel pasado no se le impone al lector con detalles abrumadores, sino que lo va ganando de a poco con pinceladas impresionistas. Crece, sin prisa y sin pausa, como la mancha de sudor en la camisa de ese padre que pedalea.

El increíble Springer funciona bien como relato independiente, tal como lo reeditó el sello argentino Entropía, si bien originalmente se publicó como parte de un díptico, que mereció el Premio Nacional de Narrativa "Narradores de la Banda Oriental" en 2009.

En esa edición inicial, su lado B era el relato "Threesomes", donde Punta del Este se parece mucho más a la que conocemos -o imaginamos- los argentinos: su historia transcurre en los '90, en el club de golf (escenario que en el relato sobre Springer también aparece, aunque de pasada). Tres mujeres juegan y un caddie las sigue; entre esas cuatro figuras construidas en tercera persona, se van destilando una decrepitud que linda con la locura, miserias sociales, hipocresías, la necesidad de cuidar las apariencias y otras preocupaciones -a veces irrisorias- de la gente de dinero o con aspiraciones de figurar.

Aunque sea más difícil de conseguir por estas pampas, vale la pena asomarse también a esa versión "completa" (desde 2014 se consigue por Estuario Editora). En ella, ambos relatos se apuntalan por los cruces que generan un escenario común y dos épocas muy diferentes.

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