jueves, enero 12, 2017

Malicia en La Agenda

Mariano Vespa reseña Malicia, de Leandro Ávalos Blacha para La Agenda BA



Aquella placidez serrana que Perla y Juan Carlos, junto a su “compañero de gastos” Mauricio, pronosticaban para sus vacaciones en Villa Carlos Paz, se ve convulsionada por una serie de asesinatos de actrices de teatro de revista. Ese contexto estructura Malicia, cuarto libro de MaliciaLeandro Avalos Blacha (1980).

Hace unos años, el periodista Pablo Petrovel se convirtió en el sommelier cordobés de segundas marcas: el catálogo exhibe gaseosas cola, salchichas, vinos, y cómo no, fernets. De alguna manera, el escenario teatral que compone Avalos Blacha es un sustitutivo en rebaja de una idílica Mar del Plata. Pese a la atmósfera de terror y desconfianza, la temporada sigue y Perla, de improviso, se sube a un escenario. Su exuberancia ha llamado la atención de propios y extraños. En simultáneo ha ocurrido el crimen de otra celebridad, que tiene como testigos a Celina, una niña inquieta, y a Marta, una médium. Ambas entran en trance y, a la vez, intentan construir su carrera: Marta autopublicitándose en todos los medios como una mujer capaz de leer el más allá y Celina, endemoniada, desde una pantalla construye adversarios y se apropia del discurso de las vedettes: “De mi vida privada prefiero no hablar”; “gracias chicos, cerramos la nota acá”; “reventé la temporada y a todas esas muertas de hambre”, son alguno de sus yeites. Con ese trasfondo, no son pocos los obstáculos que tiene el comisario Di Lisio, casi retirado, para trabajar en los casos.


Avalos Blacha combina hilaridad en un clima donde lo trash adquiere protagonismo en la marquesina. No pierde de vista el tono noir, sino que moviliza la intriga hacia Perla, la inminente próxima víctima. Pero como sucedió con otra de sus novelas, Berazachussetts, y con algunos relatos de su maestro, Alberto Laiseca, las viejas están ahí, al acecho.

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