El viernes pasado se presentó “Los estantes vacíos”, el libro de cuentos de Ignacio Molina, en el bar Bartolomeo. Lamentablemente, lo que se auguraba una fiesta para toda la familia, trocó en un episodio negro, de consecuencias hasta ahora insondables. Incapaces de reducirlo a un relato secuencial, al menos intentaremos entender la composición de la hecatombe. Aquí, los responsables:
Molina, claro ejemplo. El autor, hombre en apariencia manso, vuelto azuzador de infatigable dinamismo, que instigó a los temperamentos más inestables del lugar hacia el comportamiento incivil.
Además de Molina, lógico, encontramos otro denominador común del desatino colectivo: el alcohol. Sigamos:
Llach, que, entre media docena de actitudes censurables, apostó a una partida de tenis contra las fuerzas vivas de Entropía la edición de equis manuscrito. Es decir, la editorial derrotada (Siesta vs. Entropía) debería (según el tahúr) acatar las órdenes de edición de cierto volumen aportado por la editorial ganadora. Demencial.
Loli, que mantuvo una aristocrática indiferencia, y urdió enclaves tendientes a desestabilizar la estructura de esta casa editora. Aberrante.
En la entrada, en las mesas al lado de la puerta, se estableció una suerte de escaparate de venta de todos los títulos de Entropía, con una pila especialmente voluminosa de ”Los estantes vacíos”. Los agentes del marketing, Cynthia y Arolo, (regenteados por una sarcástica y ambulante Romina Paula) fueron incansables y escandalosos, imponiendo, muchas veces, sus entrenadas voces teatrales muy por encima de las de los disertantes. (La ejemplar Charlotte será ascendida a la categoría de link, luego del defalco al que fue sometida por el mencionado departamento de marketing.)
Amalia, nuestra prestidigitadora de prensa, que operó débilmente en nuestro favor, y no logró que contáramos con las presencias de Saramago y Sábato, cosa que había prometido con certeza (y muy otro hubiera sido el destino del evento con esos venerables exégetas).
Ah, los disertantes:
Terranova, que nos recordó a Hemingway, por lo evocativo y rudo. La turba saludó su intervención con gruñidos que auguraban lo peor.
Mairal, el único disertante sensato, fue racional y ameno en su análisis, pero para ese entonces ya el público pedía sangre. Entonces Funes leyó un cuento de Molina, que el público repudió arrojándole las decenas de ejemplares del libro que recién habían comprado, y en ese momento debimos haber suspendido todo, claro, es fácil decirlo ahora.
Y cuando Levin (que se comportó como un duende salido del averno, aplicando todo el nonsense posible, mientras mantenía de rehenes a varias sobrinitas del autor) subió, el horror se manifestó en su faz mas enajenante. Nos ahorraremos el relato estrictamente policial, que cualquiera puede leer en los diarios del sábado.
A la hora de rescatar a los agentes del bien, podemos nombrar a Islalopeña, porque no vino, y a Nicoleta, si, que hizo de samaritana, recolectando al resto de la comitiva (18 personas en el umbral del coma alcohólico) hacia su departamento de Once. Y, por fortuna, a los representantes de la editorial, todos ellos (VC, SMD, JM, Gzal), que tuvieron un comportamiento varias veces ejemplar. Pero que, claro, no fue suficiente.
La Editorial Entropía se compromete con las autoridades de la Ciudad autónoma de Buenos Aires a nunca más realizar una presentación como esta.
jueves, junio 22, 2006
La presentación de Molina
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
38 comentarios:
lástima que faltaron saramago y sabato: hubiera sido imperdible un cruce con, por ejemplo, terranova.
difamadores
al fin una versión de los hechos. lo que se dice, realmente, una versión. una versión muy particular.
Ojo: si me expulsan del catálogo, en la escandalosa retirada me llevo puesta a Romina, con quien, promediando la noche, comenzamos a pergeñar futuras presentaciones conjuntas.
Para muestra de lo antedicho, y como demostración de fuerzas, basta un extracto de chateo:
nacho dice:
hay que hacer algo más... grosso
romina dice:
exacto
romina dice:
oscuridad, alcohol y música
romina dice:
algo más confuso
Nacho dice:
muuy confuso
Nacho dice:
viste el blog de entropía hoy?
romina dice:
recién
Nacho dice:
les pareció muy caótico
romina dice:
unos irreverentes
Nacho dice:
les espera más caos
romina dice:
eso dicen
romina dice:
en realidad, ocultan su borrachera
Nacho dice:
es evidente
romina dice:
se les ve la plasticola
cómo pude perderme ese horror??????
Hay que decirlo: Entropía arruga.
puedo ir a aristocratizar las reuniones descontroladas de Molina y Romina Paula?
bueno y la fiesta para cuándo?
a mí todavía me deben una presentación
Sí, eso, empujá Romina! Para cuándo?
exijo mi fiesta
Ojo con el blog de lachica! Nueva base de operaciones!
eso, y la fiesta paula, eh?
y la fiesta link, eh!!
(veo que cuando vengo por acá me da el espíritu reclamo)
tengo mi blog. quiero mi fiesta.
Entropía es a los fondos de Santa Cruz lo que una gran casa editora caribeña a los fondos del narcotráfico. Por el momento no puedo decir nada más.
Linda crónica.
no queda claro, ¿de qué lado estás?
Deal. 3 libros = 1 link a mí página de menudencias. Es más de lo que muchas rubias podrían aspirar, dada la seriedad de esta editorial. Se agradece. Saludos.
Estoy con los autores, son hermosos!
sigue sin quedar claro. (sabemos que hay editores infiltrados entre nos, los autores). decídase. el tenis o el honor.
No, no, SL se debe referir a los autores veintiañeros.
ahhhhh! LOS autores.
exacto.
bien.
ya no hay nada que apostar, gzal. No perdamos tiempo: admitan desde ya su derrota.
Hola, este saludo sólo para el Nada que me quiere... y yo, Juan, con todo mi corazón. Ya volveré. Y seré millones.
Ay, Romana, me pillo. Gracias, divina, hasta que me digas "el Nada" me encanta. Claro que serás millones, claro que te quiero. Mucho.
¿Ven por qué una se escapa? Conversan sobre matriarcado, sobre kirchnerismo...
Ayyyyy llegué tarde. Sólo quiero aclarar que la que armó la fiesta en nuestra casa fue la incansable y generosa Moret. Yo sólo me quería ir a dormir y terminé haciendo lo que tan bien me sale: echando borrachos a las cuatro de la mañana al grito de "todo muy lindo, todo muy lindo, pero es hora de que se vayan". Levín, of course, se marchó último y hasta tuvo intenciones de volver con la excusa de una bufanda olvidada. No accedí, lo saludé efusiva desde el otro lado del vidrio. Basta de fiesta.
Mi concubina, la chica en pijamas.
Qué linda es Moret, ¿no?
Igual qué feo descubrir que Nicoleta no co-habita con BB, tan linda también (dicen, no la vi).
Romana se refiere a mí, igual.
Bienvenida a la Argentina, Romana.
Eso, entonces, magister ludi, hace un total de tres chicas lindas. Tres.
Y de Romana no tengo mayores datos, gzal. Quizás sí contrajo matrimonio... Quizás no...
Lo de tres, tres, es para que no me sienta celosa, querido apostillas?
No sé, Autobombo. No cuestiones todo. Todo. Trato de corregir la indelicadeza o el olvido de ese usuario anónimo, que tanto daño le hace a la galantería natural de este blog.
Cuánta belleza, diría Rodolfo Veira.
Publicar un comentario