miércoles, mayo 20, 2009

Deconstruyendo a Budassi

El Gordo Gostanian indaga las significaciones de Los domingos son para dormir, de Sonia Budassi, en una de sus abstrusas columnas de Hablando del asunto. Entre otras cosas, dice:

- "La insatisfacción no es una hermana insignificante de la histeria. Y que la histeria, a pesar del abuso incondicional de la doxa de origen cosmopolitano -gentilicio que usted no debería confundir, nunca, estimado Sucesor, con cosmopolita- no es tampoco un simple modus vivendi. En todo caso, es más bien una categoría de pensamiento compleja. En principio, estimado Sucesor, una categoría con la que hasta el triste Roland Barthes estaba familiarizado. Tal vez, por su magnetismo poderosamente capitalista."

- "El trance incómodo entre una expectativa real y una expectativa deseada -y en tanto expectativa proyectada, estimado Sucesor, si la publicidad tuviera su Historia, debería llamársela Histeria- funciona también como el mapa de una lógica fémina de la educación sentimental. Sólo es en ese mapa intercalado con las fantasías de Mercado, estimado Sucesor, donde incluso se insertan también ciertas versiones veladas del horizonte pop."

- "Tratar la oposición cultural entre el campo y la ciudad, estimado Sucesor, implica la tarea honesta de esquivar referencias agotadas. Las injertan en sus reseñas de publicación gratuita cualquier pelele. Establezcamos, estimado Sucesor, que en los cuentos de Los domingos son para dormir, la gran mayoría de los personajes, sencillamente, migran. Insistir en ese tópico -el de la condición palurda, estimado Sucesor-, a meses del Bicentenario, habla más de cierta pobreza sociológica que de las posibilidades de alguna nueva lectura crítica. Las migraciones espaciales ocurren. Y Dios, estimado Sucesor, ha atendido siempre en la metrópoli. Y nunca en la periferia. Suficiente. Me interesa en cambio, estimado Sucesor, una dinámica distinta entre el aquí y el allá. La de su mutuo colonialismo."

El tractatus completo, acá.

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