[A propósito de Condición de las flores, de Mario Bellatin. Por Osvaldo Tangir, para El arca digital.]
Crear distintas realidades en medio de tanta realidad: es lo que logra generar esta obra en sus poco más de cien páginas. Y es que ésa y no otra es la misión de la literatura –"del sinsentido que es toda literatura"- para su autor, un mexicano nacido en 1960, criado en Perú, con más de quince títulos en su haber, y que hoy gracias a su originalidad, en la que resuena con fuerza el latido del sufismo que practica, es analizado en universidades de todo el mundo. También de la Argentina, claro.
Con la intención de explicar el sistema compositivo de Bellatin, basado en la reformulación y reubicación de escritos pretéritos, se reúnen cuatro textos: Condición de las flores, colección de apostillas en la que, desde su mirada de lector seducido por el libro como inspiración, revela algunos mecanismos del proceso creativo; un fantasmagórico relato inspirado en la fotógrafa Graciela Iturbide; apuntes inéditos escritos en una antigua Underwood –prototextos, según las anotaciones de la estudiosa Graciela Goldchuk, de novelas como Efecto invernadero o Canon perpetuo- y un post scriptum a cargo de Daniel Link, intérprete de su escritura.
La profundidad del autor, su trato amistoso con la ensoñación, su intimidad con lo inaprensible brillan aquí con todo esplendor. Una verdadera invitación para expertos e iniciados y también para aquellos que aun no han incurrido en su inquietante prosa, creada bajo el influjo de esa misteriosa necesidad que es el ejercicio mismo de la escritura.
jueves, mayo 21, 2009
La misión de la literatura
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