El increíble Springer, recomendado del mes en Revista Brando
por Fernanda Nicolini
jueves, octubre 29, 2015
El increíble Springer en Revista Brando
Sergio Chejfec: un viaje al interior de la escritura
Juan Rapacioli entrevistó a Sergio Chejfec para Télam sobre Últimas noticias de la escritura
lunes, octubre 26, 2015
Una mirada al imperio desde el túnel del tiempo
Nicolás García Recoaro leyó Mi descubrimiento de América para Tiempo Argentino
viernes, octubre 23, 2015
Un poeta suelto en Nueva York
Sobre Mi descubrimiento de América, de Vladimir Maiakovski
En Revista Veintitrés por Lucas Cremades
Alejandro García Schnetzer habla de Quiroga
“En mi caso, la escritura no es sólo sentarse a escribir”
jueves, octubre 15, 2015
Una libreta migrante
Últimas noticias de la escritura, de Sergio Chejfec
En SLT (Suplemento Literario Télam) por Edgardo Berg.
En Últimas noticias de la escritura, publicado recientemente por la Editorial Entropía en su colección “Apostillas”, Chejfec vuelve a colocar en el centro de sus reflexiones algunas ideas e hipótesis sobre el estatuto actual de la escritura y del arte contemporáneo. Los nuevos protocolos tecnológicos y las traspolaciones escenográficas de algunas herramientas digitales en la esfera del arte, parecen dar muestra de esta incipiente modificación, al poner en peligro no sólo el principio de secuencialidad literaria; sino también, al mismo tiempo, corroer, a partir de ciertas experiencias colectivas, la noción e imagen de un autor único e indivisible. Testimonios estéticos donde el pasado cultural (libresco) parece disolverse o petrificarse en anaqueles polvorientos; o permanecer fosilizado en bibliotecas destinadas al paseo errante de anacrónicos investigadores, eclipsados bajo la irradiación insomne de sus cristales ópticos.
Si el comienzo de Últimas noticias de la escritura se abre con la letra manuscrita de Salvador Garmendia que sirve como epígrafe al ensayo, una presencia fantasmática invade el texto. En este sentido, el último libro de Chejfec puede ser leído como la historia de una libreta donde se registra, los pasos errantes y peregrinos de la experiencia de la escritura. Ese carnet o cuaderno de apuntes, como amuleto u objeto de una superstición literaria, acompañará al escritor desde sus iniciales copias y transcripciones de historias kafkianas a los actuales croquis y bocetos literarios. Ideas, proyecciones y esquemas que parecen surgir de la cohabitación, intensa o pausada, en algunas estaciones de la vida del escritor, con una vieja libreta verde.
Los lazos conflictivos y tensos entre la escritura manual y la digital será uno de los motivos centrales que el autor recorrerá en su último ensayo. Así, el recuerdo de la experiencia de la escritura en su modo manual, el repiqueteo mecánico de los golpes sobre las teclas, o el imborrable timbre de un carro en su fricción sobre una tela entintada, reaparecerán en algunas prácticas artísticas como certificación actual de la simulación caligráfica y reproducción analógica de sus precursores materiales. Frente a la titilación incandescente de la pantalla señalarán, si se quiere, las formas de una historia del desplazamiento. La intriga o el misterio de la escritura manual ingresarán, otra vez, en la contemporaneidad, bajo nuevas modalidades digitales que modificarán el sentido y el concepto material de su inscripción.
Es así, como en la reverberación de algunas experiencias, tanto literarias como plásticas; se repone la garantía de verdad de los manuscritos, y, en fricción con los anuncios proféticos de Walter Benjamin, asistimos a un retorno aurático. Ciertos empeños grafológicos en actuales formas de reproducción y de transcripción digital, son así puestos de relieve para poner de manifiesto algunas formas de la mediación problemática con el estatuto previo, físico y material de la grafía manual. Las instalaciones borgeanas y menardianas de Fabio Kacero, las transcripciones ilegibles en la serie sesiones performativas de Jim Youd, con su descomunal proyecto de reproducir mecánicamente cien obras de la literatura universal, los manuscritos encuadernados e ilustrados a mano en Joaquín Torres García, el repertorio de trazos ilegibles y asémicos de Mirtha Dermisache, o el proyecto de Esteban Feune con sus Fotografías de libros intervenidos por 99 escritores, son puestos, a modo de ejemplos, como pruebas de la reproducción icónica del original o como retorno de los manuscritos por otras vías. Si para Boris Groys el carácter efímero de las instalaciones reemplazan el lugar social que antes tenía la novela en el siglo XIX, ahora, los nuevos protocolos y principios constructivos parecen preanunciar modalidades del realismo por fuera de sus antiguas convenciones. Los subrayados, las anotaciones, las huellas de la manipulación física en los diarios, libretas o manuscritos, parecen resurgir con las técnicas analógicas del escaneo y por las reproducciones icónicas de los originales. Es así como Chejfec recorre y analiza las Mutacionesde Agustín Fernández Mallo, los relatos-esquemas donde se repite, bajo los efectos del mapa digital, los trayectos urbanos de Smithson por New Jersey; las instalaciones verbales de Lorenzo García Vega que tienden a desacomodar la temporalidad literaria habitual; o las entradas y las cadenas virtuales como búsqueda de una nueva sintaxis en Carlos Gradin, ya sea en Charlygr (spam)o en El peronismo es como.
Y cuando el oleaje de la memoria vuelve a traer el recuerdo grávido del encantamiento juvenil por el descubrimiento y la lectura de los papeles personales de Enrique Wernike, en viejas páginas de la revista Crisis, la reproducción visible de la letra única y privada del autor en su libreta, en una imagen como prueba tangible, inscribirá las instantáneas reflexiones sobre lo efímero en el arte a partir de un relato de César Aira. Las transformaciones perpetuas de las figuras sobre los pliegues de un papel delgado y efímero, a modo de ofrendas que los parroquianos entregan a una niña que corretea entre las mesas de un café, parecen disolverse, mientras su imperturbable madre dialoga con una amiga; al mismo tiempo que el autor, luego de una consulta oftalmológica, anota el título de su futuro proyecto. Es verdad como dijo alguna vez Nicolás Rosa, el hombre pudo no haber escrito nunca y por ende no haber leído jamás. Las actuales tecnologías de comunicación, en sus diversos registros y formatos, inciden en nuestra vida cotidiana y articulan nuevas formas de experiencia pero suelen ocultar las intrigas y los misterios de la escritura. En una línea del tiempo, las vacilaciones e incertidumbres de la letra sobre la pantalla son acompañadas por un cuaderno verde medio oculto sobre la mesa
miércoles, octubre 14, 2015
El mito del río
Alejandro García Schnetzer habla de su nueva novela, Quiroga: “No sabría escribir con el habla del presente, aunque, por otra
parte, es imposible ser antiguo”, dice.
Militantes de la Peter Pan (dos)
Revista Crisis sobre Scalabritney de Martín Zícari
Por Mariano Canal - Alejandro Galliano - Hernán Vanoli
Novelas de jóvenes escritores, a veces no tan jóvenes, publicadas en 2014. Escritos que permiten trazar un panorama sobre la fiesta, el ocio y la experiencia urbana durante los años en que se forjó la ideología estatista socialdemócrata, sustentada en el consumo de tecnologías blandas, que hoy goza de un consenso casi total. Las capas medias se narran a sí mismas durante el kirchnerismo, pero: ¿qué kirchnerismo sucedió para las capas medias?
jueves, octubre 08, 2015
Dibujar cada una de las letras
Por Ezequiel Alemian para Revista Ñ
jueves, octubre 01, 2015
Los puentes magnéticos, de Ignacio Molina
Lectura de Laura Biagini para el blog Asunto Quinta
Encontré Los modos de ganarse la vida, la primera novela de Ignacio Molina, escondida en un estante al ras del suelo de una librería del centro. Estaba medio ajada una de las solapas pero me la llevé por el color borravino tan hermoso y las fotos superpuestas del arte de tapa. Para qué mentir, me la llevé sin leer más que el título. La tarjeteé furiosamente y pedí que me la envolvieran para regalo.