sábado, marzo 21, 2015

Del caminar sobre hielo como viaje espiritual

Sección El señalador del diario La Nación

La idea pudo haber sido fruto de la imaginación afiebrada de Fitzcarraldo o Aguirre, dos de los personajes más memorables de Werner Herzog. Pero esta vez los hechos no provienen de la ficción, sino de la realidad más vívida y su protagonista no es otro que el genial realizador alemán. Del caminar sobre hielo (Entropía) tuvo una primera edición en 1978; recoge las anotaciones que el creador de Nosferatu hizo durante su viaje entre Munich y París, adonde llegó para visitar a Lotte Eisner, uno de los emblemas de la crítica europea, conciencia del nuevo cine alemán y una estudiosa del movimiento expresionismo.


Se hizo de una campera, una brújula y un bolso, y en noviembre de 1974 emprendió viaje. Lo que sigue son las anotaciones de un caminante impenitente, que deja constancia del mundo y de los hombres que encuentra a su paso después de observarlos con su mirada curiosa y tan personal. En el epílogo, el realizador le agradece a Eisner que le dio alas. Es el mismo vuelo que durante años emprendieron los agradecidos seguidores del cine de Herzog.

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