Quintín sobre Música prosaica, de Marcelo Cohen, en Perfil Cultura
(...) La traducción de El peregrino es de Marcelo Cohen. Aunque el
sello editorial es argentino, el léxico es más bien español: Cohen usa
parasoles, binoculares y mecheros, llama “pico” al pájaro carpintero y algunos
pasajes ornitológicos nos sumen en el misterio (“al modo de un agateador, un
chochín escaló el tejado”). Por otra parte, los giros y la cadencia de la prosa
no responden a los usos peninsulares, lo que me produjo una cierta perplejidad
que aclaré recurriendo a un libro de Cohen que no había leído y trata el tema:
Música prosaica (cuatro piezas sobre la traducción), publicado por Entropía en
2014. Resultó un gran ensayo, que merecería mucha más atención. Cohen habla de
música, de literatura, de su vida y del oficio que aprendió en España y continuó
practicando en la Argentina. La doble adscripción lingüística lo llevó de un
rechazo inicial por todo lo que sonara como español de allá a una simétrica
desconfianza por las actuales traducciones de acá, que pretenden independizarse
de la metrópoli implantando el voseo. Como antídoto para el chauvinismo
dialectal, Cohen propone una ampliación selectiva de la lengua a sus
regionalismos, traducciones que mantengan la extrañeza de la lengua original,
sirvan como oasis del castellano y le eviten al lector el aplanamiento que los
medios y la industria editorial le imponen a la escritura.
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