Las tres nouvelles que integran este libro son recorridas por
la muerte, el terror y la fascinación en una ciudad atacada por la epidemia de
la fiebre amarilla en la que la prosa de Muzzio "cura".
Por Mariana Kozodij para Diario Registrado
"El intercesor", "El ataúd de ébano" y
"La ruta de la mangosta" son los tres cuentos largos que componen
"Las esferas invisibles", editada por Entropía. La peste de la fiebre amarilla, los miedos y
la muerte galopan entre las historias que forman tríadas fluídas a partir de
escenarios y personajes narrados con una precisión fotográfica.
El primer relato nos saca de una pútrida ciudad en la que un
sacerdote avanza entre los convalecientes y nos revela una confesión de la que
se desprende una historia cruel y mágica en los llanos gobernados bajo el mando
de Juan Manuel de Rosas.
Una trama dentro de otra,
en la que la tradición gauchesca gana espacio con refinadas
construcciones como "ranchos que se desangran" y "Marejadas de
polvo desfiguraban la línea del horizonte". Este primer relato tiene la particularidad de
darle al paisaje un animismo que atrapa y convence por sobre el resto de las
tramas.
La segunda historia "El ataúd de ébano" es
interesante pensarla más en términos de exorcismo que bajo la idea de una
redención y perdón. Una sutileza que amplía la manera de comprender el accionar
de Sosa y Vega; dos ladrones de cajones en una ciudad llena de vidas fantasmas
que no permiten diferenciar a los vivos de los muertos.
Por último "La ruta de la mangosta" ofrece
exquisitas imágenes a la hora de "borrar la muerte del rostro" con un
aprendíz, Lisandro Martinez, adicto al opio que necesitará atar cabos antes de
sucumbir a los recuerdos de sus actos como fotógrafo- y algo más- de los
muertos.
Dialogamos Diego Muzzio, autor de "Las esferas
invisibles" que nos adentra en la imaginería de estas historias, que se
retroalimentan, ante una ballena mortífera que nada entre la vida, la muerte y
la eternidad.
- La frase de Melville que da nombre al libro pone el eje en
el terror ¿Dirías que son historias de "miedos", en plural?
Diego Muzzio (D.M.)- Son historias de terror, en efecto, y
hablan de distintos miedos que, me parece, han obsesionado desde siempre a los
hombres y que, por ende, aparecen una y otra vez en la literatura: Los
demonios, los fantasmas, el ansia de inmortalidad y la maldición que puede
acarrear la consumación de este deseo.
- La fiebre amarilla funciona como nodo que une las tres
tramas. Tomaste la última epidemia (1871) que azotó Buenos Aires en tu primer
relato ¿Cómo surgió tu interés en la enfermedad como marco y motor de este
libro?
D.M.- No creo que sea un interés particular por la
enfermedad, sino por lo que generó en ese momento, por el ambiente que propició
y también por los cambios posteriores que impulsó en la fisonomía de la ciudad.
La Buenos Aires de entonces era un lugar insalubre, donde restos de animales se
pudrían en las calles; no había cloacas ni agua corriente. La epidemia de
fiebre amarilla obligó a subsanar estos inconvenientes. Por otro lado, soy de
esas personas que pueden caminar mucho tiempo por una ciudad observando los
restos visibles del pasado, intentando imaginar cómo sería la ciudad en otra
época. Escribir estos textos era como andar caminando por esa Buenos Aires de
otro tiempo. Por otra parte, esa ciudad casi vacía y fantasmal, asolada por la
epidemia, me parecía un buen escenario para situar los relatos. Me daba la
posibilidad de utilizar de otra manera el marco, de ponerlo, de alguna manera,
casi al mismo nivel de importancia que la trama, como si la ciudad fuera otro
personaje más.
- ¿El orden en que están publicadas las nouvelles es el
mismo en el que fueron escritas?
D.M.- Sí, los relatos aparecen en el libro en el mismo orden
en que fueron escritos. Con períodos de mayor o menor actividad, es un libro
que trabajé durante diez años. El intercesor empecé a escribirlo cuando me fui
a vivir a Francia, y El ataúd de ébano, el último relato, lo empecé y lo
terminé muy rápido, poco tiempo antes de volver a vivir a Buenos Aires.
- La magia juega un factor importante; primero en un sentido
más pleno, luego como una especie de exorcismo y finalmente como algo más
tecnológico, como herramienta. ¿Sentís que se prioriza lo mágico por sobre la
razón en estas historias?
D.M.- Hay, en efecto, un componente fantástico en cada
nouvelle. Me parece muy interesante lo que observás, en el sentido de que dicho
componente va mutando según el tiempo real del relato. El primer texto es un
flash back. Cronológicamente, es el relato más antiguo, sucede antes de la
epidemia, y es en donde aparece este terror que podríamos catalogar de más
antigüo, que es el miedo al demonio. En el segundo, en cambio, estamos ante un
terror bien anclado en el siglo XIX, que es el miedo al fantasma. Y, en el
último, es casi un terror tecnológico, a futuro, y que, de alguna manera,
estamos viviendo hoy, que es el alargamiento artificial de la vida humana. En
cuanto a tu pregunta, al menos en este libro lo fantástico es el núcleo de las
tres historias, de manera que no sé si en este marco, hay algún lugar para la
razón….
No hay comentarios.:
Publicar un comentario