Entrevista a Romina Paula para Télam. Por Emilia Racciatti.
"Cuando murió mi padre sabía que la única manera de soportarlo iba a ser escribir sobre eso"
Paula prefiere definirse como "autora" porque dice
que es un título que incluye su práctica como dramaturga, escritora y actriz.
El próximo fin de semana se presentará su obra "Cimarrón" en el
teatro Argentino de La Plata, que llegó después de "Fauna", "El
tiempo todo entero" y "Algo de ruido hace", en las que también
se encargó de la puesta en escena.
Su primera novela "¿Vos me querés a mí?" (2005)
fue el tercer título que publicó la Editorial Entropía, que también fue la responsable
de editar "Agosto" (2009) y ahora "Acá todavía".
En esta oportunidad, Paula construye la voz de una narradora
que asiste a la agonía de su padre en un hospital en el que a partir del
vínculo con sus hermanos rememora su pasado, su rol como hija y encuentra
puentes para pensarse en el más allá de esa instancia de duelo en la que está
inserta.
-Télam: ¿Estas novelas componen una trilogía?
-Romina Paula: Claramente no hay un salto radical, y la voz
es bastante parecida. Incluso creo que esta es un poquito más literaria en el
sentido de ciertas decisiones estructurales, pero sin duda tienen una marca las
tres. La anterior es sobre la adultez y esta es sobre la adultez más entradita.
-T: Sobre el título: también le da nombre a las dos partes
de la novela pero de manera invertida: la primera parte es Todavía y la segunda
Acá.
-RP: Cuando decidí que ese fuera el título pensé en una
frase que dice Rosa, la enfermera, a la protagonista: "¿Vos acá
todavía?", y me di cuenta que también podía usarlo para la estructura.
Pensaba en la versión aristotélica del teatro que sucedía en la unidad de
espacio, tiempo y lugar. Me gustó que sean adverbios de lugar y de tiempo.
Además el "Todavía", que es el nombre de la primera parte, sería
"el todavía estoy vivo" en referencia a la salud del padre. Hay algo
diferente en cada una de las partes: en la primera algo de retrospectiva, los
hitos de la adolescencia y la infancia, lo que pasa con la agonía del padre, su
devenir sexual. Y el "Acá" es puro presente, donde la narradora
avanza sin juzgar las decisiones que va tomando y que tienen que ver los
efectos que te dejan los traumas de una muerte. Es un duelo que te deja también
en un lugar de mucha vitalidad en el que decís "Bueno, todavía estoy
acá".
-T: En la segunda parte hay una pregunta que queda sin
respuesta que es la pregunta por el encuentro con el otro al que fue a buscar
la protagonista.
-RP: Sí, cuando debería empezar, termina.
-T: Vuelve a aparecer el Hospital Alemán en la ficción.
-RP: Eso no tiene nada de poético ni literario: tuve un
vínculo con ese hospital porque hay dos cosas biográficas que sucedieron allí.
Mi abuela estuvo internada en ese hospital y la abuela de la protagonista
estaba internada en ese hospital. Y mi viejo estuvo internado y se murió allí.
Igual el hospital está ficcionado. También aparece Uruguay y un pueblo al que
le puse Reartes porque hay un montón de nombres increíbles para el partido de
la costa en Uruguay, pero no quería que fuera uno real porque cualquiera que
conoce ya tiene un vínculo más real con ese lugar. Reartes es un lugar en
Córdoba.
-T: En el libro se habla de "la década colorinche, mal
cortada, cínica y bronceada".
-RP: Sí, es la década del 90. De hecho cuando lo escribí
dije que era una década a la que no se iba a poder volver y después ganó Macri,
y no sé si es tan difícil que eso suceda. Yo fui adolescente en los 90 y creo
que eso influye, pero no sé cuánto porque no sé si hay un cambio tan grande, ya
que creo que podemos hablar de una generación si hablamos de 30 años juntos, no
de 10 años juntos.
-T: ¿Qué leés de literatura argentina?
-RP: Tengo un hijo de un año y medio y entre todas las cosas
que hago, leer es la que menos hago. Tenía pendiente hace mucho "El libro
enterrado", de Mauro Libertella, que me encantó. Leo a Iosi Havilio que me
gusta mucho. Leí "Los residentes" de Camila Fabri. Me gusta Clara
Muschietti que escribe poesía. Leí a Selva Almada.
-T: ¿Cuando empezaste a escribir la novela?
-RP: La empecé a escribir después de "Agosto", en
2010. Mi papá se murió en 2010 y yo sabía cuando estaba atravesando ese proceso
que el único modo de soportarlo era saber que iba a escribir algo sobre eso y a
fin de año empecé a escribirla. También quería escribir una novela familiar.
Había lugares en los que quería entrar. Empecé a escribir sobre el embarazo y
después quedé embarazada.
-T: ¿Por qué te definís como autora?
-RP: En las tres cosas que hago, la literatura, la
dramaturgia y la actuación, siento que puedo dar algo que tiene que ver conmigo
y que lo que puedo ofrecer soy yo. Por ejemplo como actriz no soy súper
maleable sino que lo que puedo dar es algo que tiene que ver conmigo, entonces
siento que lo que puedo ofrecer es lo que soy yo. Por otro lado, ser escritor
sacaría lo de ser actor y la posibilidad de dirigir teatro. En cambio como
autora soy todas esas cosas. Como directora puedo ser autora, como actriz puedo
ser autora y es una mirada más amplia que la de escritora.
-T: ¿Cómo es la relación con la literatura o la escritura
para el teatro?
-RP: Para el teatro no me pasa que tengo una idea y escribo.
Trabajo casi por encargo para mí misma. Escribo y sé que voy a empezar a
ensayar. Después viene el proceso de la puesta en escena donde seguís trabajando.
Pero sé que el texto se va a encontrar con actores, con ese ser dicho, entonces
son más acotados los procesos.
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