viernes, diciembre 30, 2005
jueves, diciembre 29, 2005
¿Cultura o espectáculo?
Con una zumbona voluntad iconoclasta, pero a la vez temerosos de ser repudiados definitivamente por el establishment, nuestros jóvenes escritores moderan sus verdades en la edición de hoy del matutino k.
“A nadie le interesaba publicar estas novelas”
[por Silvina Friera, Página/12]
“A nadie le interesaba publicar estas novelas”
Tras el parto que significó llegar a la edición de sus obras, los tres autores analizan el proceso de escritura, definen al cuento como “sospechoso” y echan un vistazo a sus influencias literarias.
Tres escritores jóvenes acaban de publicar sus primeras novelas en Entropía. Sebastián Martínez Daniell, Gonzalo Castro y Romina Paula no inundaron escritorios con sus manuscritos, ansiosos por ver sus nombres y apellidos en la portada de un libro. Conscientes de que sus propuestas no encajaban en ningún molde y de que la mejor carta de presentación siempre pasa por asumir riesgos en los textos, se dedicaron a escribir y a perfeccionar sus materiales, intercambiando figuritas y funcionando, por momentos, como en un taller literario.
El texto completo, aquí.
miércoles, diciembre 28, 2005
AM
Anoche, tarde, en la innombrable radio de Daniel, después de una entrevista con Luis y antes de una con María, la septuagenaria Lidia charló con nuestra amiga Graciela acerca de Manuel. Aunque las intervenciones de la conductora adquirían menos la forma de la pregunta que la del inapelable suspiro (“Ay, esas novelas de Manuel...”, “Uf, cómo amaba Manuel el cine...”), Graciela se las arregló para evocar, coherentemente, al famoso villeguense en el día de su cumpleaños. Sobre la mitad de la charla, y apelando a todas sus triquiñuelas dialécticas de experta conferencista, hasta logró pasar el anuncio de “Querida familia” y mandar saludos para la editorial.
sábado, diciembre 24, 2005
Seguidilla
[por Leila Guerreiro, La Nación revista]
Romina Paula nació en 1979 en Buenos Aires y este libro breve es su primera novela. Con el diseño cuidado y de exquisito gusto de editorial Entropía, "¿Vos me querés a mí?" es un libro en el que se cruzan diversas voces que, como dice Juan Martini en la contratapa, "se mueven con intuición, ternura, impiedad y una insobornable inteligencia en la reconstrucción de una historia".
viernes, diciembre 23, 2005
Hoy copamos la Eñe
Literatura pop
Diálogos a lo Puig sobre el consumo de tv
[por Diego Erlan]
El libro se llama "¿Vos me querés a mí?" (Entropía, 2005), y la autora es Romina Paula. En un momento dos amigas hablan sobre la niñez. Insistían a sus madres para que las llevaran a los castings. "Siempre pensaba que un día me iba a descubrir un productor en el supermercado y que iba a decir ésa es la chica que estoy buscando." Y al final:
–Cuánta mierda consumimos, ¿no? ¿Nos habrá hecho un daño irreparable?
–No sé, creo que después de un par de tardes de "Jugate conmigo" o "Montaña rusa" no volvés a ser el mismo.
–Puede ser...
jueves, diciembre 22, 2005
Mañana en Eñe
[por Fermín Rodríguez]
¿Qué habrá en las niñas, más que los niños, para que la literatura no deje de volver a ellas? De Alicia a Lolita, la literatura ha encontrado en las niñas superficies de inscripción dúctiles y maleables por las que deslizar con facilidad el sentido. De esa misma materia, indecisa e indiferenciada, donde la inocencia y la precocidad, la ingenuidad y la ironía, mezclan sus aguas, Gonzalo Castro extrajo a Chloé, una singular niña-adolescente que fluye a lo largo de Hidrografía doméstica. Con casi doce años, Chloé habita una franja de tiempo inestable, que se expande y se contrae de un capítulo a otro. Chloé crece y decrece, se agranda y se empequeñece a los saltos, como si el tiempo que corre del pasado hacia el futuro pasara a su lado sin rozarla. En ese pliegue de tiempo que son los once-doce años, Chloé vive sola, al fondo de la casa de los padres, entre colchones que recubren el piso por entero –“la cama más grande del mundo”. Desde esa tierra de ensueños, que la pone a distancia tanto del orden familiar como del resto de los chicos de su edad, Chloé nombra el mundo en un lenguaje fluido, no coagulado por el sentido común. Fragmentos de percepción que apenas se mantienen unidos flotan a la deriva por una novela que no avanza narrativamente ni desemboca en ninguno de los géneros que canaliza el paso de la infancia a la madurez –el bildungroman, la novela de iniciación. Es que en el país de Chloé, todo es acuático, como si el agua fuera el elemento que impregna toda percepción y ralenta todo lenguaje. Pero las aguas de Hidrografía doméstica no son aguas profundas que esconden tesoros de sentido sumergidos, sino aguas superficiales, películas líquidas que elaboran lo que se refleja en ellas –como los pensamientos de Chloé. Porosa al mundo que la atraviesa, Chloé vive empapada en bloques palpitantes de percepción donde los sentidos no están todavía domesticados por el sentido común o por la generalidad del lenguaje. Faltan allí las líneas rígidas de formación –la escuela, la televisión o la familia– que van modelando la materia blanda de la infancia. Volverse adulto significa darle dirección al pensamiento, pasar de una cosa a la otra según un orden rígido, imponerle una forma a la experiencia. Corresponde a los niños y a los artistas –al devenir niño de tantos artistas– liberar las imágenes de los conceptos que las dominan, hacer fluir el mundo y fluir junto a él, interrumpir las asociaciones más comunes para percibir el mundo desde un punto más allá de sí. “Tengo miedo al encadenamiento de cosas” –confiesa Chloé, mientras deriva por ese monólogo que sería erróneo llamar interior, porque un niño es una vida abierta hacia fuera flotando antes o fuera del sentido, una potencia de transformación que la madurez agota. Pura posibilidad abierta al futuro, Chloé es como un animalito agazapado en la inestabilidad de la edad, dispuesta a algo que no se sabe bien qué es. Porque un joven se define menos por lo que es que por lo que puede ser, y lo que puede ser Chloé es una incógnita incalculable que Gonzalo Castro se cuida de no resolver. Como una primera novela.
Lecturas
[gzal wrote:]
La nueva librería Prometeo es estupenda de amplia y confortable, y ahí, en el segundo piso, nos dispusimos a la lectura en estas vísperas de navidad.
Los únicos que leímos bien fuimos Ignacio y yo. Neutros, afables, sin altisonancias, cada uno llevó adelante su material (Ignacio un excelente cuento de su “Los estantes vacíos” y yo algunas lonjas de Hidrografía). En cambio SMD (que cerró el evento y ofició, si, con eficiencia, de presentador) exageró con cierto énfasis de su potente voz. Pero, claro, lo peor nos lo tenia reservado, cuando no, Romina Paula. Primero, con su indignante actitud de ir y tomar un ejemplar nuevo de “¿Vos me querés a mí?” de un estante al lado de la mesa, cuando el resto teníamos los libros marcados con esmero, o hojas impresas con amor. Abrió su libro y empezó por el principio, lanzándose a la interpretación de un diálogo entre la protagonista de su novela y un noviecito, en electrizante contrapunto, mostrando una vez más que la literatura le importa un rábano (o ni sabe lo que es), y que lo suyo, lo único que le interesa, es el teatro.
Opino que a ella y a SMD (que sigue casi sin producir comments para este blog) habría que estudiar expulsarlos del catálogo.
miércoles, diciembre 21, 2005
Diario Perfil
Novedades
Semana
Entre la mueca metafísica y el retrato antropológico, Semana, la primera novela de Sebastián Martínez Daniell, cuenta siete días de la vida de Esteban Tellier, un tipo que no puede dejar de pensar. A medio camino entre la filosófica y la narración costumbrista, la trama se desenvuelve con precisión. Una excelente y cuidada edición de un libro potente, escrito con inteligencia.
martes, diciembre 20, 2005
Casi nada
Este año casi no leímos ningún libro, pero lo bueno es que tampoco vimos películas.
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[Sebastián wrote:]
Hubo 244 estrenos. Vi 27 (11%). Uno más que el año pasado.
A mi madre le gustan las mujeres (Inés París y Daniela Fejerman)
Adictos al sexo (John Waters)
Adiós, querida luna (Fernando Spiner)
Adulterio (John Curran)
Agua turbia (Walter Salles)
Al caer la noche (Brett Ratner)
Alejandro Magno (Oliver Stone)
La lista completa, acá.
lunes, diciembre 19, 2005
Marketing directo
Al usuario "Taragüí", de Wikipedia, le pareció que los links hacia nuestros autores en el artículo sobre "Literatura argentina" eran "publicidad descarada". Y los borró.
El archivo Puig
A 15 AÑOS DE SU MUERTE, SIGUE APARECIENDO SU OBRA
[por Elizabeth Neira - La Nación, Chile]
“Querida familia” recopila las cartas que el controvertido escritor argentino Manuel Puig envió a su familia entre 1956 y 1962, renovando la polémica de hasta qué punto es lícito hurgar en los papeles de un escritor fallecido. Carlos Puig, hermano menor, albacea y principal custodio de la obra del autor de “Boquitas pintadas” y “El beso de la mujer araña”, defiende la publicación de inéditos. Acá desclasificamos los documentos de un rechazado que fue traducido a más de 30 idiomas.
Hay escritores que, ante la inminencia de una edición póstuma de papeles dejados al azar, llevada a cabo generalmente por una viuda ambiciosa coludida con un editor de similares intenciones, destruyen en vida, todo indicio de escritura previa y se cuidan que del producto literario final no quede huella, ni borradores, ni primeras versiones. Nada de nada, ya que todo puede ser utilizado en su contra.
Tal vez el impulso sea narcisista y mucho de lo que va a la pira constituya un valioso material de estudio para futuras generaciones. Hay quienes piensan que no, como el meticuloso Adolfo Couve, que alimentó su chimenea durante años con manuscritos que él consideraba intentos fallidos. Distinto es el caso de Manuel Puig, el popular escritor argentino que publicó libros clave de la literatura latinoamericana de este siglo, como lo son sus novelas “Boquitas pintadas”, “El beso de la mujer araña”, “La traición de Rita Hayworth”, “Cae la noche tropical” y “Pubis angelical”. Libros que le valieron ser considerado el principal renovador de la literatura argentina, estancada medio siglo bajo la sombra de un Borges omnipresente.
Por estos títulos también sufrió persecuciones, críticas injustas, censuras y hasta amenazas de muerte. Pero también lo elevaron a un sitial de honor cuando, en 1982, fue postulado al Premio Nobel, circunstancia compartida en su país sólo por el mismísimo Borges.
Manuel Puig murió en la ciudad de Cuernavaca (México), en 1990 a la edad de 58 años, de manera abrupta. Según versión de sus familiares, producto de una negligencia médica que hizo que una simple operación de vesícula terminara en un paro cardíaco. Cuando eso ocurrió, Puig se encontraba en el cenit de su carrera y en mitad de una fervorosa producción. Es así como dejó a sus herederos una cuantiosa herencia literaria, consistente en una gran cantidad de manuscritos (12 mil piezas), entre los que se cuentan obras de teatro, guiones para cine, comedias musicales, cartas, primeras versiones, crónicas, borradores, proyectos de novelas, papelitos, diagramas de escritura y toda una serie de joyitas como para volver loco a cualquier editor con ganas de exprimir hasta el fondo ese pozo de talento.
Desde 1990 a la fecha, el llamado archivo Puig ha sido desmenuzado en publicaciones de diversa índole hasta la reciente aparición de “Querida familia” (Editorial Entropía), el primer tomo de una serie que recopila las cartas que el escritor enviara a su familia durante los años 1956 a 1962, correspondientes a su primera estadía en Europa.
Carlos Puig, el único depositario de los derechos del archivo, defiende con tesón la potestad de la familia de dar a conocer la herencia que dejara su más célebre miembro, como una manera de reivindicar al autor, por muchos años injustamente acallado, y de mantener viva la memoria de quien fuera el más importante renovador de las letras argentinas del siglo XX.
EL CUSTODIO DEL TESORO
Nietos de un matrimonio de españoles por parte paterna y de italianos recién bajados del barco por parte materna, los hermanos Manuel y Carlos Puig Delledonne crecieron en el pequeño pueblo de General Villegas, en la provincia de Buenos Aires. Pueblo que de no ser por el único cine que existía a mediados de los años ’30, hubiera sido un descampado total. Manuel, el mayor de los hermanos, tenía dos pasiones fundamentales: leer a los clásicos e ir todas las tardes a ver alguna película al destartalado recinto de General Villegas. Carlos tenía otra pasión: la pintura, oficio que hoy comparte con la gerencia improvisada del legado familiar.
–¿Siente una responsabilidad muy grande administrar la obra de su hermano?
–Claro que sí, porque no es mi obra, sino la de otro y encima ese otro es mi hermano mayor. Yo sé cómo era Manuel, cómo pensaba, lo meticuloso que era. Entonces, trato el tema con mucho respeto.
–¿No son las cartas un tipo de documentación muy privada?
–Sí, pero las cartas que él escribe muestran una faceta del escritor que la gente no conoce. Por ejemplo, derrumba el mito de que él era un autor espontáneo, que todo le salía más o menos por pura inspiración. Él era un gran lector, un estudioso y devorador de bibliotecas, tenía muchísimos referentes literarios, que no hacía explícitos en sus novelas porque no le interesaba. No escribía para intelectuales, sino para toda la gente.
–¿Es verdad que al principio le costó mucho conseguir editor?
–Sí, claro, porque lo distinto asusta a la gente. La censura siempre estuvo presente en la obra de Manuel, desde sus inicios, y él se lo tomaba muy a pecho, sufrió mucho por eso. Visto desde hoy, fue una verdadera persecución.
–¿De qué maneras se materializó esa persecución?
–De las maneras más evidentes: no lo editan, lo descalifican a través de la prensa, se prohíben sus libros, su nombre, y por último lo amenazan de muerte. Ahí es cuando decide irse definitivamente de Argentina. A mí, un día me confunden cuando levanto el teléfono y ahí me entero que estaba amenazado. Cuando él se exilia, su literatura deja de circular en la Argentina y comienza su carrera internacional.
–¿Tuvo en vida una postura política muy recalcitrante?
–No, nunca. Era político en la medida que era un humanista y le interesaba la libertad humana. En sus libros eso queda claro. Fue perseguido y rechazado tanto por los conservadores como por la izquierda ultramilitante, porque los totalitarismos justamente atentan contra las libertades humanas.
SIN ALHARACA
–¿Cómo se vivió el tema de la homosexualidad de Manuel al interior de la familia?
–Yo diría que de la mejor manera, siendo un asunto personal y particular de él. No derivó ni en tensión ni en exposición. Tuvo en él un desarrollo tan natural, no tuvo cuestión. Yo siempre sentí a Manuel como una persona muy libre, por lo que su homosexualidad siempre fue parte de su naturalidad y en la familia siempre se respetaron mucho las individualidades.
–¿Le parece que la publicación de inéditos contribuye a la revalorización de la obra de Manuel?
–Lentamente, pero sí. Creo que el archivo contribuye a cambiar el ángulo de visión que tenían los argentinos sobre la obra de Manuel Puig, que era muy estrecho. Los manuscritos lo muestran en su faceta íntima, de hacedor, de ser humano, de familiar, de viajero, de artista que tuvo que vencer muchas dificultades para llegar a ser quien fue.
–¿Cuál sería esta forma estrecha que tienen los argentinos de entender la obra de Manuel Puig?
–Que era un escritor de rarezas, que sólo escribió “Boquitas...” y dos novelitas más. No existe en Argentina la conciencia de que él escribió y experimentó con todo tipo de textos: breves, reportajes (que se publicaron en la revista “Bazaar”), guiones, teatro, comedia, musicales, etc. Manuel hacía cuidadosos diagramas de las tramas de sus obras y corregía mucho. Hay dibujos sobre ello. Tomaba nota de todo y no descuidaba detalle; su literatura dista mucho de ser casual.
–¿Cuál es para usted la pieza más valiosa del archivo?
–Todo es valioso, desde los papeles aislados hasta los proyectos más delineados. Dejó numerosos proyectos inconclusos, la mayoría orientados a la escritura de guiones, pero también el proyecto de una novela que se llama “Mére Fantasie”, sobre la que no había comenzado la etapa de redacción. Y un guión sobre la vida de Vivaldi.
–Todo eso ya es público. ¿Qué queda por mostrar?
–Queda. Lo próximo es otro tomo con más cartas. En eso estamos trabajando.
–¿Cómo le gustaría que se recuerde a su hermano?
–Como un espíritu libre, una persona muy libre que sin hacer revuelo ni alharaca causó una verdadera revolución en el arte y en su época.
Castro básico
Buenos Aires, 1972.
Es diseñador gráfico free-lance y docente en la Fadu-UBA desde el año 1995, en la cátedra Gabriele de diseño.
Hidrografía doméstica es su primera novela editada, escrita entre los años 97-01, e inspirada en un fragmento de “La mujer zurda” del escritor austriaco Peter Handke. Terminada su segunda novela, está actualmente trabajando en una tercera, “Hélice”, y en un proyecto de canciones para guitarra y voz.
sábado, diciembre 17, 2005
Economía de recursos
Dicen que a pesar de la baja tecnología de impresión que manejan nuestros proveedores, el catálogo quedó hermoso (hoy se reparte, gratuitamente, en el festival Buendía). De todos modos, el diseñador equivocó tantas veces la confección del original, que con lo que gastamos en película gráfica habríamos podido financiar el segundo tomo de las cartas de Puig.
jueves, diciembre 15, 2005
miércoles, diciembre 14, 2005
La librería más larga del mundo
¿Quién es David Donayo, que se sigue llevando el crédito por todos nuestros best-sellers?
¿Cómo llegan nuestros libros a Amazon? ¿Los manda Yenny? ¿La Cancillería? ¿Los viene a comprar Jeff Bezos al parque Rivadavia?
¿Quién fija esos precios absurdos?
¿Por qué la novela de Romina, que aquí se vende a 17 pesos, cuesta en Amazon 43?
¿Por qué ni nosotros ni Romina cobramos esa diferencia?
¿Quién es el animal que tipea los títulos en español?
No sé, hagan algo. Gracias.
lunes, diciembre 12, 2005
sábado, diciembre 10, 2005
Verano
La separata Ñ recomienda "Querida familia" como uno de los 234 libros ideales para pasar las vacaciones de verano. Otras opciones: Curvas peligrosas II (de Maitena), El libro de los secretos (de Deepak Chopra), Kama-sutra del sexo oral (de Alicia Gallotti), La ciudad de los herejes (de Fede Andahazi).
viernes, diciembre 09, 2005
La lengua de una generación
[por Carlos Gazzera, La Voz del Interior, Córdoba]
Una veinteañera, Inesia, alias “la Rumana”, a quien todos llaman “Ine”, se convierte en la anfitriona de un relato por las oscuras galerías de la conciencia de una generación. Inesia o “Nesia”, como decide llamarse artísticamente –es actriz de teatro– habla con su diario, con sus amigas, su ginecóloga, con el “amigovio” de turno, la compañera de estudio que se quiere ir a vivir al “Primer Mundo”... Ella vive en “un Aleph enloquecido”. Y esa es la verdadera metáfora de la novela. Un aleph enloquecido por el que todos los puntos de una vida –de su vida– transitan en un instante.
La novela ¿Vos me querés a mí? tiene el vértigo de los jóvenes de clase media que habitan las ciudades de la Argentina. Escrita con la lengua de ellos, es posible asumir que en sus páginas se inscriben los espejismos de una generación que tiene los efectos distorsionados del no-diálogo con la generación de sus padres... ¿Es que siempre será así?
En un país donde las generaciones se vienen matando desde los años ’50 del siglo pasado (los “parricidas”) o han sido desaparecidas" por los genocidas, es difícil abrir un pronóstico de cómo está resultando, después de 50 años, ese diálogo.
Inesia y su mundo es el de una juventud que también está descubriendo la intemperie que confesaron sus abuelos, que atravesaron sus padres. Es el relato en clave de pregunta sobre la voracidad del fuego que consume a los jóvenes de hoy en las incertidumbres que los acechan, en los horrores con que los tienta el sistema. “El deseo es oscuro”, dice uno de los personajes.
Es difícil saber si Romina Paula se propuso escribir a los 25 años un manifiesto generacional de su no-generación, pero lo cierto es que le salió un texto lleno de “manifestaciones” de su generación. Histeria frente al sexo, sabores homoeróticos, desconfianza de las utopías paternas, gustos atravesados por el cine y la TV, horror a la vejez en los geriátricos, a las internaciones en los hospitales públicos, terror al cáncer de mamas o de útero, miedo al fracaso, el suicido como una salida, consternación frente a la desilusión paterna.
Y, sobre todo, un profundo vacío existencial. Un vacío que no llena el sexo, que no llena la terapia psicoanalítica, la adrenalina del oficio. Un profundo tedio de quienes han pasado por la Universidad y no encontraron lo suyo, un tedio de no trabajar, un tedio de no saber qué se quiere… La fragilidad de una pregunta impersonal, amplia, dirigida a la humanidad: “¿vos me querés a mí?”
Leer este fragmentado y vertiginoso relato es como llegar verdaderamente a un aleph, a ese aleph que toda generación busca desde tiempos inmemoriales, y que con el tiempo comprende que nunca encontrará. Quizá la única diferencia es que el lector adulto sentirá que los jóvenes están pagando con sus cuerpos el no hablar la misma lengua de tres generaciones hacia atrás. Quizá, después de leer la novela, los jóvenes podrán comenzar a reinventar la lengua con la que nosotros, sus mayores, los dejamos a la intemperie.
jueves, diciembre 08, 2005
Todo no se va a poder...
miércoles, diciembre 07, 2005
Las cartas de Coco
[por Fermín Rodríguez, Los Inrockuptibles, octubre 2005]
La edición del primero de los dos volúmenes de la correspondencia familiar de Manuel Puig es sin duda un acontecimiento para cualquiera que haya aprendido de sus novelas que el genero
epistolar puede usarse para otra cosa que no sea la afirmación de los privilegios de la personalidad. Porque buscando en las cartas los secretitos de una obra –la vida antes o por debajo de ella–, se corre el riesgo de reponer esa función que Puig trató de desmontar en cada una de sus novelas: la literatura como una cuestión de autor. De hecho, quien entre 1956 y 1962 firma más de ciento cincuenta cartas no es todavía Manuel Puig, el autor de La traición de Rita Hayworth, sino Coco, un joven entusiasta de veintitrés años tratando de estirar todo lo posible un viaje de aprendizaje por Europa. Pero leídas como laboratorio de escritura, las cartas ayudan a entender mejor cómo funciona una literatura que vive de conectarse con la familia y con los grandes relatos de la cultura de masas. En este sentido, la advertencia de Graciela Goldchluk, compiladora de la edición, nos previene de salir a buscar en el lenguaje individual de las cartas, que pertenece a un único narrador –Coco–, el lenguaje de La traición de Rita Hayworth, que no pertenece a nadie más que a los géneros que les prestan la voz a quienes no la tienen.
En esos cinco años de vueltas por Roma, París, Londres y Estocolmo, Puig va ajustando las piezas de una máquina de escritura que no se detiene nunca. El consumidor que va a Europa a llenarse (de películas, de paisajes, de museos, de óperas, de teatro, de comida –Coco no para de comer–) es al mismo tiempo un aparato de producción y reproducción desenfrenado que no deja de registrar, puntillosamente, todo lo que ve y escucha. Ver y oír para escribir parece ser la consigna de una escritura insaciable que se alimenta principalmente de nombres propios –de divas, directores, películas– tanto como de detalles. Porque Coco, aspirante a guionista, se cuida de generalizar: cualquier experiencia se transmite a partir de detalles que hay que saber dar y recibir con avidez (“Quiero saber los detalles”: demanda habitual que funciona como instrucción de escritura). Además de vivir escribiendo, Coco vive de escribir, pero entre la redacción de sus “bodrios” –así se refiere a sus guiones– y las traducciones y subtitulados de películas, más allá de para qué o para quién escribe, Puig va despejando un campo dominado por el acto intransitivo de escribir, por la necesidad casi física de la escritura a secas: “La cuestión es que cuando me siento a escribir lo hago con gusto y se me vuelan las horas. Antes tenía terror a la redacción, lo que me apasionaba era trabajar la trama in mente… Ahora felizmente la segunda fase me gusta también”. Recién cuando la escritura deje de lado la necesidad de interesar a otros o de adaptarse a los gustos del mercado cinematográfico, puede surgir La traición de Rita Hayworth, la novela que transformó a Coco en Manuel Puig.
Correspondencia
Hola,
Quería averiguar cómo hacer para mandar pdf´s de nuestros libros para su nueva sección. Muchas gracias. Saludos,
Juan
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Juan:
Yo soy la encargada de recibir el material de libros.
Luego, la decisión de la publicación corre por otras manos.
Pero, en principio, mandame tu material cuando quieras, los títulos que te interese publicar con alguna reseña o pdf, así conocemos de qué se tratan.
Saludos!
Natalia
martes, diciembre 06, 2005
Revista First
Entropía es una editorial nueva, que se dedica a publicar a jóvenes autores argentinos. Es el caso de Romina Paula, nacida en 1979 , quien presenta en su primera novela una mixtura novedosa de elementos narrativos. Paula combina el diálogo coloquial con diversos recursos más cercanos al fluir de la conciencia y, consigue así un retrato ajustado de su generación.
lunes, diciembre 05, 2005
Un relato subacuático
[Suplemento Oh!, diario Perfil]
por Julieta Mortati
Chloé es una nena angustiada que no puede llorar y duerme. Es la hija ensimismada que quisieran tener todos los intelectuales que desean ser padres. Con una vocecita aguda y débil pero inquebrantable, cuenta cómo es vivir sola en una casa en el medio del jardín, atrás de la de sus padres. Un viaje a la costa, la escuela, el examen, una enfermedad y una salida nocturna, para volver a dormir. Chloé parece haber vivido más de doce años: puede prever las reacciones de su amiga Daphnis, seguirles el juego a las conversaciones de su padre.
Hidrografía doméstica no tiene una introducción, un nudo y un desenlace, porque todo es nudo. El relato que construye Gonzalo Castro es una foto subacuática de un momento donde todo lo que pasa pasa por dentro. Y de la asfixia Chloé podrá salir si y sólo si aprende a sobrellevar su inteligencia en un mundo bobo, lleno de estímulos.
Todo en una edición cuidada y tan suave como un nueva cuerpo de bebé. Ideal para leer en una tarde ventosa de verano.
Lecturas II
Infantilmente timados por el Banco de Galicia, que se robó el único micrófono que había en la Sala Jorge Luis Borges para jugar a la lotería de cartones (o anunciar quién sabe qué espurio premio), editorial Entropía se quedó sin su esperada sesión de lectura en la feria Periférica. El público, en un primer momento furioso ante la gambeta (hasta el punto de montar un pequeño piquete en las escalinatas de mármol), fue luego malamente sobornado (y diezmado) por las autoridades de la entidad crediticia con Coca-Cola diluida y fosforitos de jamón y queso.
viernes, diciembre 02, 2005
Lecturas
El programa oficial de Periférica dice "Mesa presentación de Editorial Entropía". Cuando en realidad se trata de una sesión de lectura. A saber:
Gonzalo Castro: Hidrografía doméstica.
Sebastián Martínez Daniell: Semana.
Romina Paula: ¿Vos me querés a mí?
Ignacio Molina: Los estantes vacíos.
Lo que sea será este domingo a las 18 en el Centro Cultural Borges, con entrada libre y gratuita.
jueves, diciembre 01, 2005
miércoles, noviembre 30, 2005
Googleando
Búsquedas realizadas en Google que derivaron en una visita a nuestro blog:
amuletos de floricienta
teleserie floricienta
vos me queres a mi? romina paula
floricienta fede y max
"romina paula" entropía
capitulos de la primera parte de floricienta
pagina oficial teleserie argentina Montaña Rusa
Prensa amable
Hola. Quería avisarles que este domingo, en el suplemento Oh! del diario Perfil va a salir un comentario del libro de Gonzalo Castro, Hidrografía Doméstica.
Un saludo.
Julieta.
Suban el volumen
El sábado pasado, como parte de nuestro estratégico rally de prensa, estuvimos en uno de los tantos programas que conduce Daniela Castelo. El tándem fue el siguiente: Nadalini (en su altisonante condición de editor responsable) y Castro-Martínez (una dudosa dupla de novelistas/editores adjuntos). Aterrados por la luz roja y el vértigo del vivo (y a pesar del clima de bonhomía que generaba Daniela), nos emperramos en ensuciar nuestra imagen pública con balbuceos y anatemas: inventamos erratas en nuestras novelas, insultamos a las grandes cadenas de librerías, hablamos mal de Anagrama, montamos rutinas humorísticas alla Abbott & Costello , prometimos estériles polémicas que nunca llegaron y fracasamos al tratar de racionalizar la apuesta gráfica de nuestra casa editorial.
Por suerte el sábado que viene, en el mismo programa, va a estar Romina Paula, mucho más elocuente, carismática e inteligente que nosotros.
Buendia
Estimados:
Mi nombre es Lorena Tcach y soy quien nuevamente esta a cargo de coordinar la Seccisn de Editoriales del Festival Buen Dma. El Festival es el 17 de diciembre, de 12 a 24hs. en la plaza Campaqa del Desierto (esq. Costa Rica y Armenia).
Como nos gusta lo que hacen, quermamos que estuvieran en el espacio que tenemos para ustedes, compartiindolo con otras editoriales y revistas independientes. La experiencia del aqo pasado fue mas que positiva, de modo que me gustarma volver a contar con ustedes.
lunes, noviembre 28, 2005
Balance previo
Nuestro "dream team" de autores jóvenes (Romina Paula, Gonzalo Castro, Sebastián Martínez Daniell) fue entrevistado por Silvina Friera, para la sección de Cultura de Página/12. El motivo: óperas primas. (Seamos serios: la única verdaderamente joven de esa terna es Romina Paula; los otros dos están más cerca de cumplir cuarenta que de conseguir pasajes con descuento en ASATEJ.)
[Sebastián wrote:]
Saquen sus conclusiones:
a)
Romina habla bien de Puig (+/+)
Gonzalo habla mal de Aira y, de paso, mal de Calamaro (-/-)
Sebastián habla bien de Bioy Casares (-/+)
b)
Romina habla bien de Carver (+/+)
Gonzalo habla bien de Murakami (+/+)
Sebastián habla bien de Nietzsche (-/+)
c)
Romina alaba a Dani Umpi (+/-)
Gonzalo olvida mencionar a Handke y sale a la puerta a buscar a la prensa especializada para imponer apostillas (-/+)
Sebastián cita a José Hernández, pero también a Gastón Gaudio (-/+)
d)
Romina se explaya sobre la influencia de la dramaturgia (+/+)
Gonzalo denosta el relato breve en todas sus formas (-/-)
Sebastián dice algo confuso sobre la ensayística y, encima, menciona al ignoto Matthew Stewart (-/-)
e)
Romina centra su biografía en su currículum actoral (+/+)
Gonzalo dice que es diseñador y docente de la UBA (+/+)
Sebastián recuerda que es un "oscuro" periodista de agencia (-/+)
Por el momento, lo sustancial de la entrevista se me escapa.
-------
[Gonzalo wrote.]
a)
fue un momento de debilidad. sabia que no tenia que polemizar, me habian instruido para no utilizar frases altisonantes, pero, llegado el momento, no pude reprimirme. Lo unico positivo es que no tuve capacidad para argumentar, asi que simplemente quedó como una tontería de alguien a quien le gustan o no le gustan cosas.
b)
si, nombré a todos los japoneses posibles, pero olvide mencionar a pat morita, recientemente fallecido.
c)
es que ernesto se olvida de que necesito ayuda en el momento preciso, no un rato después.
d)
ahi no tengo perdon.
e)
tendria que haber dicho que era carpintero.
viernes, noviembre 25, 2005
Prensa
Los amigos de la revista Plan V recomiendan, en su número 2 (noviembre de 2005), nuestro Querida familia, de Manuel Puig. Por si no se lee bien, acá va el texto de Iván Moiseeff...
Verano. Playa. Pelopincho.
La mente calcinada. Y mientras, qué bueno
sería ller cartas aunque no sean para uno
como estas ciento setenta y dos que Puig
escribió a su familia cuando tenía
veintitrés años y se fue a conocer el mundo.
¿Quien es David Donayo?
En Amazon, algunos de nuestros libros aparecen como publicados por un tal David Donayo. Vaya lío.
jueves, noviembre 24, 2005
Mass-media
Pasado mañana, en el suplemento Ñ, Romina Paula va a recomendar las siguientes atracciones culturales:
Ir al teatro en el barrio del Abasto de noche. Particularmente al Espacio Callejón (Humahuaca 3759), una sala muy bonita (con enredadera y todo) que renueva su cartelera cada tanto y justo en este momento ofrece tres obras de lo más interesantes. Los viernes a las 21 hs dan Informe demiurgo de Carolina Balbi y a las 23 hs Vapor de Mariano Pensotti, dos trabajos de dos jóvenes dramaturgos y directores que ya tienen unas cuántas obras en su haber y que en este caso, y cada uno a su manera, hacen la puesta de textos propios, de difícil representación y en ambos casos el resultado es muy feliz. Y los sábados el grupo Piel de Lava presenta su última obra, Neblina, un trabajo de dramaturgia de actor, de cuatro muy buenas actrices que se sacan chispas. Antes o después de ver cualquiera de estas piezas se puede ir a comer al más que agradable Absolut (Bulnes 873), atendido por Alex y sus hermanas con muy buena onda y probar alguno de sus platos rusos típicos (recomiendo particularmente el strogonoff y los varenikes) y acompañarlos con unas pertinentes medidas de vodka. Y si no hubiera lugar (conviene reservar), se puede caminar un par de cuadras e ir a por comida china en un pequeño local sobre Lavalle al 3500, casi esquina Mario Bravo, también atendido por sus dueños y jugar con su pequeña hija Sofía hasta que traen la comida, todo como si uno estuviera en el living de su casa.
miércoles, noviembre 23, 2005
viernes, noviembre 18, 2005
Tan de repente
A los 26, ya publicó su primera novela: la historia de dos amigas... demasiado íntimas
Txt. Hernán Muleiro.
¿Vos me querés a mí? Con la cadencia de una súplica amorosa, la precoz escritora Romina Paula (26) tituló su primera novela: la historia de Inesia y Viole, dos adolescentes porteñas que (en medio de una amistad sexualmente ambigua) hablan sobre los dilemas que las atormentan, tan banales como trascendentales: el miedo a envejecer y morir, los imitadores de Emilio Disi, el rol de los medios en su educación, la imposibilidad de relacionarse con sus padres y la cultura que las rodea, los capítulos de Montaña rusa y la angustia propia de una edad donde deberían madurar.
Además de dedicarse a la literatura, Romina actuó en la película Punta del diablo, su tercera aparición cinematográfica, y dirige la obra de teatro que escribió en base a la vida y la obra del poeta argentino Héctor Viel Temperley. Aunque es habitué del teatro off, confiesa: "¡Me muero por ir a ver El champán las pone mimosas!". Así que no es extraño que tenga problemas para definirse: "No sé si soy actriz o escritora, actúo y escribo más bien. ¿Viste cuando viajás que tenés que poner qué sos? Siempre pongo 'estudiante', porque eso se puede usar hasta tener patas de gallo", dice Romina, de pelo corto, ojos azules y sin novio, nacida en Beccar.
—¿Es una novela autobiográfica?
—Qué pregunta cholula... eh... es bastante autobiográfica. Es un retrato tocado de un momento de mi vida. Toco cosas para que los personajes sean de determinada manera, pero la mayoría son cosas que, si no las viví, le pasaron a una amiga. Me di cuenta de que es muy gracioso cómo lo grave se mezcla con lo cotidiano y lo superficial en los diálogos, que eso pasa todo el tiempo, que estás hablando de la muerte de alguien y de repente decís: "¡Me compré unas zapatillas!".
—¿Por qué se llama así el libro?
—En realidad se iba a llamar "las ganas de ser pibe", que es otro de los capítulos, porque al principio pensé que la línea iba a estar del lado de la ambigüedad sexual, pero eso terminó siendo un tema más. Trata más bien sobre la sexualidad. Ojo: no va por el lado de "ay, es trola o no". Eso me parece estúpido...
—También escribís sobre el miedo a la muerte y la gran angustia respecto del futuro. ¿Eso lo ves en tus pares?
—No se si diría "esto es generacional". En todo caso, estoy tan adentro que no me doy cuenta. Adscribo a la mayoría de esos discursos, esa angustia existencial me resulta muy familiar. Las protagonistas, Inesia y Viole, están todo el tiempo dando vueltas sobre su propia cola, pero no la ven ni cuadrada...
jueves, noviembre 17, 2005
martes, noviembre 15, 2005
jueves, noviembre 03, 2005
Donde se lee "David Vanner", debería decir, claro, "David Banner". Porque no se trata, como pensábamos, del hijo de la actriz María Vanner (que tampoco se escribe así), sino del protagonista del tebeo de Stan Lee y Jack Kirby.
Atiendo el teléfono para no escuchar ese sonido que me despierta, hola.
–¿David Vanner?
–Daph.
–Juan dice que ya es hora de que dejes los rayos Gamma, que pienses en lo que le estás haciendo a tu organismo.
–Chau.
Corto el teléfono, y lo desconecto. Necesito dormir este invierno, y levantarme en la primavera, florecida. Necesito que hoy no hubiese pasado nada, que mis límites siguieran estando donde estaban. Me duele la cabeza, los ojos, el empeine, y me agarro los dientes cuando pienso en ese ruido.
Soy un animal, pero eso no es bueno, tengo que dormir y pensar.
Un ladrido lejano, pasos crujientes y Daph que entra de golpe (sólo Daph tiene permitido entrar así en mi casa, aunque se lo tengo prohibido) y se me zambulle encima gritando:
–¡Ella lucha por la justicia!
–Daph, no seas estúpida, me siento mal.
–Buen, perdón, no sabía... ¿pero no estás contenta que los cagaste a piñas a esos pendejos de mierda? –me dice, condicionante.
–¡No! Sos estúpida, Daph, no entendés nada.
Hace un pausa, y toda su forma de sentir la situación se da vuelta.
–¿Por qué me decís estúpida, Chloé?
Calculo que tengo cinco segundos para rectificarme antes de que Daph se me ponga a llorar.
–No, perdón, Daph, no te quise decir eso, mil perdones que te dije así, es que me siento muy mal, hice algo horrible hoy.
–Pero, Chloé, estuviste maravillosa, lo defendías a Fede, y eras vos sola contra cuatro varones...
–Sí, está bien, no, pero no sabés lo que era, yo tenía demasiada fuerza, eran nenes blanditos.
–¡¿Qué nenes blanditos?! Esos pendejos son unos hijos de puta, ¿vos viste cómo estaba Fede? Le rompieron toda la ropa, estaba todo raspado. Fede no cuenta bien qué pasó, me parece; salvo la parte cuando llegaste vos. Ahí se alucina y empieza a contar en detalle, no sabés la cara que pone, está maravillado, es muy gracioso.
Daph no entiende el problema, y yo no sé explicarlo. Yo tampoco entiendo el problema, pero no necesito que nadie me lo explique. Está muy claro en el cuerpo, ahora que soy frágil de nuevo. Tengo miedo, no quiero consecuencias, y no quiero felicitaciones porque no quiero castigos. Tengo miedo al encadenamiento de cosas. No quiero ni pensar lo terrible que pueda ser lo que hice, no quiero tener que defenderme. Estoy muy cansada, y me pesa el cuerpo aunque estoy acostada, que es lo mejor que se me ocurre contra la fuerza de gravedad.
No, hay algo mejor, más liviano, puedo flotar.
–Daph, ¿no me llenás la bañera?
–¿Cuál de las dos?
–La que está contra la pared.
Daph se levanta contenta, porque ya está contenta otra vez.
–¿Se pueden llenar las dos al mismo tiempo? –pregunta Daph abriendo multitud de canillas.
Dicen que Sebastián Martínez Daniell (por ahora son rumores) está invitado a la que será la última sesión del año del ciclo Lectura+Música. Si fuera así, nos encantaría que leyera el siguiente fragmento de su novela.
¿Cómo es que las llaman? ¿Puertas plegables?, ¿puertas tijera?, ¿de fuelle?, ¿acordeón? Son esas puertas de ascensor antiguo; ésas que cuando están cerradas forman versos de Marinetti. Ésas ideales para arrancarse dos o tres dedos. Ésas que permiten palpar, aunque sea por un instante, el misterioso universo que se esconde entre el techo de la planta baja y el embaldosado del primer piso. Bueno, una de ésas era la puerta interna del ascensor de mi nuevo edificio. Y así eran también las puertas externas de todos los pisos, excepto la puerta de la planta baja. La de la planta baja era distinta. Un biombo de siete macizos paneles de chapa verde. No vi ese detalle cuando elegí mudarme a este departamento. Debí esforzarme por ser más atento, debí consagrar mis sentidos a los detalles. Siete paneles que casi impedían ver el interior del ascensor cuando uno entraba en el edificio. Un biombo fatídico que administraba el régimen de visibilidad inmobiliario. Pero el sistema no funcionaría si no alentase el deseo de mirar. En la cuarta chapa –la más simétrica, la chapa rectora–, la historia torcía ligeramente su rumbo, condescendiendo el ingreso del azar. La cuarta chapa tenía una pequeña ventanilla de veinte centímetros de alto por unos diez de ancho. El caos introducía por allí su pequeña mano, permitiendo que las miradas que se posaban sobre ese vacío vieran una ínfima porción de lo que sucedía dentro de la cabina del ascensor. Por lo general, no ocurría nada extraordinario. Pero hoy, al regresar de la casa de Valdivia tras deambular como zombi por las calles, por esa ventanita vi uno de sus ojos. Y luego pelo, luego tela, y luego negro.
El ascensor fue hasta el cuarto piso. (Ahora que lo pienso creo que ese ojo también me vio, Montenegro. Creo que lo que vi no fue un ojo, sino una mirada. Una mirada ciclópea. El cíclope más hermoso que se haya visto.) Luego, el mismo ascensor, por exclusiva petición mía, bajó hasta el nivel del mar. Y luego subió hasta el quinto piso. Y luego ya les perdí el rastro. A todos.
miércoles, noviembre 02, 2005
Epistolares (sugestivas)
estimados senores,
estoy leyendo el libro de
ustedes publicado 'querida familia' manuel puig y quisiera hacer notar lo siguiente, pues supuestamente habra' un volumen dos.
cuando hay asteriscos inmediamente podemos
remitir a la parte baja de la pagina, en cambio si se trata de una palabra en dialecto, sin ningun sentido , tenemos que ir al final de libro.
una sinrazon , pues hubiese sido mas facil para los lectores , ir al final de la pagina, con otro asterisco.
ojala' puedan mejorarlo para el volumen dos.
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quisiera saber si el libro sera' traducido y publicado en italiano.
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atendiendo vuestra respuesta, os saludo cordialmente.
xxxxx
martes, noviembre 01, 2005
"SED, Invasión gota a gota", de Mausi Martínez,
recibió la FLOR LATINA, premio al mejor documental en el
FESTIVAL DE CINE LATINO DE PARIS
Seleccionada para participar en Competencia en el FESTIVAL INTERNACIONAL DE CINE DE LA HABANA, Cuba, "SED" cuenta con la "Mención de Honor por Derechos Humanos en el Festival Internacional de Mar del Plata 2005 ", y la participación en el Festival de Montreal -Festival des Films Du Monde- para la sección "Documentales del cine mundial".
El documental, declarado de Interés por la Honorable Cámara de Diputados de la Nación y de Interés Cultural de la Honorable Cámara de Senadores , cuenta, además con la Declaración de Interés Educativo de los Ministerios de Educación de las Provincias de Corrientes, Formosa, Jujuy, Neuquén, Catamarca, Santa Cruz, Córdoba, Tucumán, Chaco, San Luis, Tierra del Fuego, Chubut y Mendoza. Y las Declaraciones de Interés educativo de la Secretaría de Educación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y del Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología de la Nación.
domingo, octubre 30, 2005
Googleando
Revisando la Internet para comprobar el éxito de prensa de nuestra última novela (¿Vos me querés a mí?, de Romina Paula), descubrimos que Google rankea mejor la página "Florimomentos" (acertadísimo nombre para un site que glosa los pedacitos más relevantes, que han de ser muchísimos, de la teleserie Floricienta) que la web oficial de nuestra editorial.
Los motivos se comprenden al leer este florimomento, correspondiente al 27-5-05:
Malala a Max- "Vos andá y encargate del negro ese que está en la puerta, que yo a mi chiquita la conozco... desde que era chiquita."
Delfina- "¡Max! Max, mi amor. Max ¿vos me querés a mí?"
Max- "Sí, claro, claro."
Delfina- "¿Sí?... Como todos. Todos me aman, todos los chiquitos, los grandes, los medianos, las plumas, me aman, los amuletos..."
Malala- "¡CHIQUITA!"
Max- "¿Los amuqué?"
Malala- "Los amamuita. Amuamita le decía a la nena cuando era chiquitita. ¿A mamuita cúanto la querés? Mucho decía...
(El amor de los amuletos no es un hallazgo menor.) (El paréntesis es nuestro.)
Mientras nosotros nos embarramos los pies en el lodo de la producción cultural argentina, nuestros autores desafían al huracán Wilma y se dan la gran vida comiendo cebollitas cambray y bebiendo mezcal.
"El viernes pasado, la polícia de la ciudad de Buenos Aires tocó timbre en nuestra casa. Buscaban a S. y pretendían llevárselo por la fuerza para que declarara contra una trabajadora de la carne. Dije que estaba de viaje. Tomamos nuestros pasaportes, nos fuimos a Ezeiza y nos vinimos a México. Mario Bellatín nos consiguió alojamiento en la Casa Refugio de los Escritores. Esta semana dí clases en la Escuela Dinámica de Escritores que dirige. S. inauguró una muestra. Nos vamos adaptando a la vida mexicana... (vía Linkillo.blogspot.com)."
viernes, octubre 28, 2005
Definiciones
Después de un mes de brainstorming ininterrumpido, el Departamento de Relaciones Institucionales nos entrega el siguiente texto:
"Entropía es un nuevo emprendimiento editorial independiente centrado en las distintas manifestaciones de la literatura argentina. Nació en 2004 como un esfuerzo por reabrir espacios de exploración y descubrimiento a través de la producción cultural."
jueves, octubre 27, 2005
martes, octubre 25, 2005
Adelanto de Antuca
Estoy pescando. Solo, en esta playa inmensa, trato de sacar algún bicho del agua. Llevo cuatro horas de espera sin ningún resultado.
En estas cuatro horas pensé mucho en Antuca, en Teresa y en mí. Me imaginé en la cama con ellas. Pensé intensamente en ese triángulo. Pensé en Henry Miller con June y Anais Nin. Dos es lo diferente a uno, pero tres es la pluralidad, es lo total. Lo dual parece destinado a agotarse en sí mismo, a unificarse. Mientras que en un trío siempre hay otro, siempre hay un afuera, siempre hay alguien que atestigüe. Por eso la propuesta de Teresa tiene tanta fuerza que es imposible eludirla. Miro el vendaje de mi mano y siento vergüenza. No entiendo por qué soy tan patético.
Aparecieron muchos bichos raros en la playa. Se desplazan en círculo, caminando sobre largas patas como insectos terrestres, pero salieron del mar, seguramente expulsados desde lo más profundo por un tornado o algún lejano cataclismo. Unas nubes extrañas se van enroscando en el cielo. La atmósfera comienza a ponerse densa y misteriosa.
No es el viento común de nuestras playas, sino el ir y venir de un aire enloquecido. El fenómeno me oprime el pecho. Algo trágico está armando la naturaleza a mi alrededor. Un cielo bajo y oscuro comienza a girar sobre mi cabeza. El mar se encrespa y ruge, y la playa se vuelve hostil. Destrabo la caña de su soporte metálico y comienzo a recoger la línea. Las olas se amontonan una sobre otras como en una estampida de búfalos. Siento un dolor agudo en el corazón y lo masajeo con fuerza, pero no puedo irme, estoy narcotizado por este espectáculo. Me resguardo entre los tamarindos, pero los médanos comienzan a volar y escapo hacia las casas.
Le preguntaron a Daniel...
(...)
¿Quiénes forman el canon Link?
¡Qué pregunta difícil! Escribo sobre mis autores favoritos todo el tiempo: Kafka, Pasolini, Puig, Aira, Carrera. Pero también me gustan mucho Flaubert, Proust o Beckett, a quienes no les he dedicado demasiada prosa (por timidez o por incapacidad). Entre los argentinos soy un admirador de Viñas, Ludmer, Sarlo y Rosa, como críticos. Creo que Aira es un artista enorme que domina actualmente la escena porque ha sabido combinar lo mejor de Puig con lo mejor de Copi (otros dos favoritos míos). Ya mencioné a Walsh y Lamborghini… Entre los latinoamericanos, soy un admirador reverente de Sarduy y Mario Bellatín no deja de sorprenderme. Me gustan muchos escritores y sobre todos ellos escribo en mi próximo libro, Leyenda, que aparecerá antes de fin de año.
Parte del canon -leo en tu respuesta- intimida. ¿Intentás, en Leyenda, vencer esa timidez?
El canon es siempre intimidante. En Leyenda divido el presente en dos márgenes: “restos diurnos” y “márgenes”. Dejo al lector la tarea de deducir hacia qué lado me siento arrastrado.
(...)
sábado, octubre 22, 2005
Dijo Daniel:
(...) Leyenda no es un libro de historia de la literatura argentina sino más bien un tratado de arqueología sobre la literatura argentina considerada como una ruina (¿qué literatura nacional no lo es?). Por eso, cada una de sus partes se presenta como un corte y sólo eso. Y cada uno de esos cortes representa un instante de peligro no tanto del pasado sino del presente: peronismo y misterio, crítica y política, crisis de la literatura y milenio. Cada lector podrá arrojar los dados para obtener combinaciones nuevas, pero los dados son ésos. Y un golpe de dados, como se sabe, jamás abolirá el azar (ni la coacción).
Por supuesto, habiendo desechado la ilusión de presentar el libro como una historia particular de la literatura argentina, lo importante es el punto de llegada, el milenio, es decir: la literatura producida, agónicamente, hacia finales del siglo XX y comienzos del XXI (aproximadamente entre 1995 y 2010, cuando la carrera por decidir cómo y cuál es la literatura del segundo centenario y quiénes integran esa generación estará ya, por fuerza, decidida). Así, los capítulos anteriores al “milenio” deben entenderse como cortes retrospectivos: parto del presente para entender de dónde nos viene (de dónde imaginamos que nos viene) una determinada relación (una relación actual) entre literatura y cultura industrial, crítica y verdad, arte y política. (...)