Daniel Gigena escribe sobre el género de terror en Argentina
para Perfil Cultura (la nota completa se puede leer en el link) y menciona Lasesferas invisibles de Diego Muzzio
Las producciones literarias actuales, impulsadas por cierto
sentimiento de época, encuentran posibilidades narrativas inesperadas en un
género poco cultivado entre los escritores locales.
Narradores y editores coinciden en que el género de la
literatura de terror está aún poco desarrollado en la Argentina. Los lectores
suelen hojear antologías que presentan los mismos nombres, si no se da el caso
de que, en un intento honorable por establecer una genealogía del relato de
terror local, algunas editoriales repitan los mismos cuentos de Eduardo
Holmberg, Leopoldo Lugones y Horacio Quiroga. Por supuesto, el pasado no puede
cambiarse, aunque tal vez sí las maneras de leerlo; sin embargo, las
producciones literarias actuales, impulsadas por cierto sentimiento de época
que asocia más claramente el terror con otras series sociales, como la
política, la tecnología, el culto religioso y el entretenimiento, encuentran
posibilidades narrativas inesperadas en un género poco cultivado entre los
escritores argentinos, apasionados por el realismo de denuncia o de impronta
subjetiva.
[...]
Las esferas invisibles, el libro de Diego Muzzio publicado
por Entropía hace pocos meses, causó sorpresa por el cuidado equilibrio entre
una escritura tersa y unas historias bien logradas, todas ellas ambientadas en
Buenos Aires durante la epidemia de fiebre amarilla en el siglo XIX. Las tres
nouvelles de Las esferas invisibles poseen un crescendo que el autor logra por
el manejo de fuerzas oscuras, apenas insinuadas en los acontecimientos (sin
contar la conciencia perturbada de los protagonistas). “No me considero un
escritor abocado al género de terror. También escribo poesía y libros para
chicos, y mis libros para adultos no se centran exclusivamente en el género.
Pero sí es verdad que el tema siempre me interesó y que he leído con mucho
placer literatura de terror y gótica. De hecho, unas de mis primeras lecturas fueron
los cuentos de Poe y Lovecraft. Pero resulta difícil encontrar buena literatura
de terror; quiero decir, escritores más interesados en sugerir que en mostrar
lo que normalmente se considera algo terrorífico. En Las esferas invisibles
está presente el temor al demonio, a los fantasmas y a la muerte, pero también
el miedo a la inmortalidad. Esos son los temores que se desarrollan en cada una
de las nouvelles que componen el libro. Son temas clásicos dentro del género”.
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