martes, agosto 18, 2015

El viejo espanto nuevo

Daniel Gigena escribe sobre el género de terror en Argentina para Perfil Cultura (la nota completa se puede leer en el link) y menciona Lasesferas invisibles de Diego Muzzio



Las producciones literarias actuales, impulsadas por cierto sentimiento de época, encuentran posibilidades narrativas inesperadas en un género poco cultivado entre los escritores locales.
Narradores y editores coinciden en que el género de la literatura de terror está aún poco desarrollado en la Argentina. Los lectores suelen hojear antologías que presentan los mismos nombres, si no se da el caso de que, en un intento honorable por establecer una genealogía del relato de terror local, algunas editoriales repitan los mismos cuentos de Eduardo Holmberg, Leopoldo Lugones y Horacio Quiroga. Por supuesto, el pasado no puede cambiarse, aunque tal vez sí las maneras de leerlo; sin embargo, las producciones literarias actuales, impulsadas por cierto sentimiento de época que asocia más claramente el terror con otras series sociales, como la política, la tecnología, el culto religioso y el entretenimiento, encuentran posibilidades narrativas inesperadas en un género poco cultivado entre los escritores argentinos, apasionados por el realismo de denuncia o de impronta subjetiva.
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Las esferas invisibles, el libro de Diego Muzzio publicado por Entropía hace pocos meses, causó sorpresa por el cuidado equilibrio entre una escritura tersa y unas historias bien logradas, todas ellas ambientadas en Buenos Aires durante la epidemia de fiebre amarilla en el siglo XIX. Las tres nouvelles de Las esferas invisibles poseen un crescendo que el autor logra por el manejo de fuerzas oscuras, apenas insinuadas en los acontecimientos (sin contar la conciencia perturbada de los protagonistas). “No me considero un escritor abocado al género de terror. También escribo poesía y libros para chicos, y mis libros para adultos no se centran exclusivamente en el género. Pero sí es verdad que el tema siempre me interesó y que he leído con mucho placer literatura de terror y gótica. De hecho, unas de mis primeras lecturas fueron los cuentos de Poe y Lovecraft. Pero resulta difícil encontrar buena literatura de terror; quiero decir, escritores más interesados en sugerir que en mostrar lo que normalmente se considera algo terrorífico. En Las esferas invisibles está presente el temor al demonio, a los fantasmas y a la muerte, pero también el miedo a la inmortalidad. Esos son los temores que se desarrollan en cada una de las nouvelles que componen el libro. Son temas clásicos dentro del género”.

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